11- Un recibimiento inesperado

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Sharik observó el reloj por enésima vez, esperando que alguien se dignara a abrir la oficina en donde supuestamente Charles lo entrevistaría.

Había pasado una hora y nadie aparecía, ¿se habría arrepentido? ¿lo habría olvidado?

"Maldito Bastian".

Ya entendía lo que había sucedido, seguramente el bastardo se había quedado despierto con su amigo haciendo "maniobras" como ellos llamaban a darse largo y duro durante toda la noche. Sharik rio y llamó a Bastian.

― Sharik

La voz de ultratumba lo confundió, indicándole que nada de lo que su imaginación esperaba había ocurrido.

― ¡Amigo! Perdona, pensé que Brandon estaba contigo, si recuerdas que ayer...

― No está conmigo.

El tono seco para nada se parecía al Bastian que conocía, la que siempre le levantaba el ánimo.

― ¿Estás bien?

― Me dejó ayer, Sharik. El bastardo se dio el gusto de tenerme como quiso y me botó como condón usado.

Sharik tragó saliva, con más confusión en su cabeza. Eso era imposible. Brandon nunca dejaría a su amigo.

― Bas, seguro fue una discusión nada más, te conozco, tú eres una reina del drama.

― No fue una peleíta, Sharik, se terminó.

― ¡Pero si recién empiezas!

― Escucha, tengo una reunión y después tengo clases, si Brandon te dijo que fueras, seguramente irá.

― Pero si ya no está contigo...

― No tiene nada que ver, aguarda un tiempo más, ya aparecerá ahí.

― Gracias, amigo.

― Suerte, Sharik.

El moreno se quedó observando el celular por varios minutos, era tan difícil para Bastian, su primer amor ¿Cómo era posible que hubiera terminado tan pronto?

Sharik no era gran conocedor del amor, tenía 21 años y su vida de carencias le había dejado poco tiempo para enamoramientos. Trabajaba desde los 15, desde que su padre había fallecido y su madre había quedado para criar a sus 3 hijos. Le avergonzaba a veces su pensamiento, sin embargo, debía ser sincero consigo mismo y decir que, en ocasiones, tenía envidia de Bastian, de su alegría, de la forma en que veía la vida, y del amor que tenía con ese hombre hermoso como pocos.

Una punzada de culpa se instaló en su pecho, ¿cómo carajo era así con una persona como Bastian que siempre había estado para él? Ese mero pensamiento le daba vergüenza, sin embargo, con el transcurrir de los días no había podido quitárselo y ahora se sentía lleno de culpa por lo que su amigo estaba pasando. No necesitaba muchas palabras para percatarse que era el peor día de la corta vida de Bastian.

AMAZONIA S.B.O Libro 9 (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora