"El amor todo lo puede... Ya no estoy tan seguro de eso, es difícil creerlo cuando miro tus ojos y sé que te estoy perdiendo".
Bastian Driesen es un joven de 18 años que jamás se ha enamorado. Es bello, inteligente y tiene a todas las mujeres babean...
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Bastian manejó a toda velocidad hasta el hotel de Lautaro y Chase en donde su hermano y Kellan Jansen lo esperaban. Estaban comenzando un nuevo proyecto hotelero en Brasil y, Martin, después de ser testigo del excelente desenvolvimiento de su hermano en la empresa durante su ausencia quiso que formara parte de toda su vida financiera.
"Alguna vez entenderás que esto es lo mejor, que te amé con el alma, ese el único motivo por el cual te dejo".
Bastian estacionó el deportivo frente al hotel. Se observó a través del espejo retrovisor, ojeras violáceas enmarcando su piel blanca y sus ojos sin brillo. Respiró una y otra vez, controlando la rabia consigo mismo y las ganas de llorar que, por momentos, eran incontrolables
"Maldito hijo de puta".
Tensó la mandíbula y presionó el volante al punto en que sus dedos quedaron de un color rojizo. Charles Brandon ya no formaba parte de su vida, todo lo que había vivido con él tenía que quedar escondido debajo de la alfombra. Se arregló la camisa azul y el traje gris colocándose los anteojos de sol dado la luminosidad del ambiente y, en mayor medida para cubrir los vestigios del daño que Brandon había causado en su alma y en su cuerpo, sólo con palabras.
Caminó hacia el interior del hotel y llegó al restaurante en donde se encontraba Kellan y su esposo Andy, Martin, Lautaro y Chase.
― ¡Pero si ha llegado el rompecorazones Driesen!
Kellan como un enorme oso lo aprisionó y lo levantó a lo que Bastian rio, más por obligación que sinceridad.
― ¿Cómo has estado?
― Estoy bien, amigo.
Bastian saludó al resto de los chicos y se sentó al lado de su hermano.
― Te llamé esta mañana.
― Lo lamento, Martin, me quedé dormido.
― Espera un segundo.
Martin simuló presionando sobre su pecho como si estuviera a punto de infartarse.
― ¿Tú acabas de pedirme disculpas? Dime mocoso, ¿Quién eres y que has hecho con mi hermano preferido?
― Ya —. Bastian le golpeó el hombro — no me molestes.
Bastian se quitó los anteojos y dejó a la vista las enormes ojeras y el rostro demacrado.
"El bastardo lo hizo".
Martin tragó saliva entendiendo exactamente qué pasaba con él, sin embargo, estaba rodeado de gente y si presionaba, el muchacho se derrumbaría.
― No hay problema, Bas, recién estamos comenzando. Estoy tratando de lograr que Martin se una a un emprendimiento que quiero iniciar en Brasil junto a Chase y Lautaro y tu hermano no termina de convencerse.
