44- Amor, locura y fantasía

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Lautaro se acostó en la cama del hospital y apoyó su pierna sobre las dos almohadas dando un gran suspiro

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Lautaro se acostó en la cama del hospital y apoyó su pierna sobre las dos almohadas dando un gran suspiro. Sólo se había tratado de una fisura, sin embargo, lo que más le dolía eran los golpes que le habían dado en las costillas y la mandíbula que, en su propio concepto, estuvo a punto de quebrarse y donde tenía un super hematoma que contrastaba con sus ojos verdes.

Habían pasado tres horas desde la segunda locura y el terror más grande que había percibido en sus 26 años. El frío de la punta del revólver todavía estaba en su nuca y hormigueaba. Pensó en Bastian y las horas que llevaba en manos de esos infelices. En el miedo surcando su piel, en la incertidumbre ¿por qué les estaba pasando esto a ellos?

Recordó a los 2 hombres quienes los tomaron cuando estuvieron en el piso, después de bajar las sogas, los imbéciles con la ropa de lavandería, ¿cómo carajo podía ser tan inocente?

Un golpe en la puerta de la habitación y Lautaro se sentó, afirmándose en el respaldo cuando Chase ingresó.

― Hola, hermoso.

Lautaro tragó saliva y asintió sin hablar por las lágrimas. Chase se acercó a él lentamente y se sentó en la cama.

― Hace... 6 años estuvimos en una situación similar.

― Amor...

― Recuerdo haber ingresado a una habitación como esta y estabas inconsciente, lleno de cánulas y mangueras, tu rostro morado.

― Estoy bien, ya pasó.

Chase se acercó a él y lo abrazó, enterrando su nariz en su cabello que seguía oliendo a menta y vainilla.

― Te gusta tenerme en vilo... — las lágrimas saltaron de los ojos de Lautaro y rio.

― Ya sabes, me gusta llamar la atención.

El hombre sujetó su rostro con cuidado, delineando con su pulgar el enorme moretón en el rostro.

― Bastardos...

― No te preocupes, tú me haces unos más grandes que ese.

La broma no tuvo el efecto deseado. Lautaro luchaba por quitarle el peso y la oscuridad a la situación, era imposible.

― Se llevaron a Bastian.

― Sí.

― Martin está destruido, hablé con él hace unos minutos, no deja de llorar. Culpa al pobre Brandon que no debe estar en mejor situación que él, todo esto es una mierda. Maldigo la hora en que aceptamos esto.

― Lamento tanto ser débil, no haber evitado que se lo llevaran, sólo me quedé ahí. De no haber sido por Danisa, estaría muerto...

― Esa chica resultó ser una guerrera, ¿quién diría que tu eterna enamorada se transformaría en una especie de Mujer Maravilla?

AMAZONIA S.B.O Libro 9 (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora