"El amor todo lo puede... Ya no estoy tan seguro de eso, es difícil creerlo cuando miro tus ojos y sé que te estoy perdiendo".
Bastian Driesen es un joven de 18 años que jamás se ha enamorado. Es bello, inteligente y tiene a todas las mujeres babean...
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― ¿Crees que dentro de 15 años será así de intenso?
― Supongo con algunas pastillitas azules puedo incluso superarme.
Bastian se abrazó más fuerte al cuerpo escultural al tiempo que ambos reían. Brandon acarició el cabello rubio y contempló ese rostro maravilloso.
El muchacho cerraba los ojos y disfrutaba de las caricias. Adoraba sentirse importante, lo que tenía con Brandon era especial, algo que sólo un ser humano enamorado estaba capacitado para comprender.
― ¿No te irás con los chicos?
― No por ahora. Quiero disfrutarte un poco más antes de volver a mi vida sin ti.
Le hizo cosquillas en el cuello con la punta de la nariz y Bastian dio una risilla.
― Tu amigo Azali también se quedará después de todo.
― Han extendido el contrato, además, Azali se quedaría así tuviera que pagar él.
― Eres malvado.
― Es la verdad, la chica Janssen lo ha vuelto loco y creo que es genial.
― ¿No te da pena?
― ¿Quién? ¿Azali?
― Estar lejos de casa, más allá de que se sienta atraído por Danisa, debe extrañar a sus hijos.
― Lo hace y, lo creas o no, son lo más importante para él, pero, a veces...
― ¿Qué?
― Pocas veces habla de sentimientos. No recuerdo una muestra de afecto hacia su esposa en público. Es como una roca.
― Todos tus compañeros tienen esa apariencia, te lo he dicho, tú te sales del molde.
― ¿No parezco rudo acaso?
Lo sujetó del mentón y se inclinó para besar sus labios. Bastian sonrió entre el beso y acarició su mandíbula.
― Eres el hombre más completo y maravilloso que he conocido después del esposo de mi hermano. Fuerte cuando debes serlo, humano y bondadoso si la situación lo amerita, seductor y tenaz a veces cuando tienes frente a ti algo que te interesa y...
― ¿Algo más?
Brandon enredó sus dedos entre el cabello dorado y largo, le encantaba la forma en que caía entre sus manos.
― Justo, me pareces un hombre justo, aunque a veces parezcas cruel...
El pecho de Brandon se hinchó de ternura y afecto por ese muchacho que se cobijaba en su cuerpo. Nunca dejaba de sorprenderlo.
― ¿Cómo has hecho para meterte tan dentro de mi corazón?
