Capítulo 33: Problemas.

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—¿Creéis que estáis en el derecho de elegir? —preguntó el que había interrumpido.

Makoto sonrió, Kakashi llegaba en un gran momento. La mujer palmeó el suelo, indicando al Hatake que se sentase ahí.

—Debería marcharse, Kakashi —sugirió el líder del clan.

—La única que puede decirme qué hacer es Makoto, y usted no es ella —respondió él, burlescamente.

—Esto es un asunto serio, si no va a irse, compórtese —dijo una abuela.

—Esto no es un asunto serio para mí —explicó Makoto, que ya no estaba nerviosa gracias a la presencia de Kakashi.

—Además, Makoto, es la que está liderando Konoha ahora mismo, el asunto está un poco difícil para vosotros si queréis hacer algo contra ella —añadió su prometido, Hiashi murmuró algo y asintió.

—No vamos a ceder, solo tienes una opción: marcharte de Konoha. Si los demás se enteran de lo que le hiciste a los Uchihas, te matarán. Estamos siendo benevolentes contigo —dijo el líder—. Vuestras amenazas no suponen ningún miedo a los Hyugas.

—No me iré de este lugar. Es mi aldea, mi hogar, el hogar de las personas que quiero —susurró ella, un poco triste, viendo que los de ese clan no cedían.

—Creo que no entiendes que te estamos obligando a irte, tu opinión no nos importa nada —dijo la abuela.

—Kakashi... —susurró la Senju, bastante seria, él comprendió que estaba replanteándose el hecho de marcharse.

—Mi prometida no se va a ir a ningún lado —habló el Hatake golpeando la mesa—. Si pensáis que lo de los Uchihas fue por su culpa, yo empezaría a mirar por las instituciones de Konoha, que son el verdadero cáncer de esta aldea. —Kakashi entrelazó su mano con la de Makoto. —Como Makoto tenga que volver aquí una vez más, juro que os estrangularé a todos. —Se levantó y eso mismo hizo ella. —Si nos disculpan.

La pareja salió de la sala y, Makoto, por culpa del estrés, no pudo evitar caer de rodillas al suelo.

—Lo siento... lo siento... —susurraba ella mientras pasaba las manos por su cara, él la cogió para que no tuviese que caminar y se fueron a casa.

Al llegar, Makoto corrió a la habitación y se encerró ahí dentro. Kakashi golpeó suavemente la puerta, pero solo se escuchaban los sollozos de la Senju como respuesta.

—Lo siento... —Volvió a decir ella.

—Soy yo el que lo siente... debí haber estado contigo, debí haberte protegido...

—Tú no tienes porqué protegerme, no soy tu responsabilidad. Siempre acabas metido en problemas por mi culpa —dijo ella acercándose a la puerta para, después, apoyar su espalda en esta y deslizarse hacia abajo.

—No me importa meterme en líos si es por ti. Eres la persona a la que más quiero en este mundo, tus problemas son mis problemas y los míos son los tuyos —explicó el Hatake sentándose frente a la puerta.

—Kakashi, quizá debería irme, por tu bien, por nuestro bien.

—¿Crees que estaría mejor sin ti? —preguntó él, enfadado.

—¡Obviamente! —exclamó ella, mientras su llanto se hacía más intenso.

—¡Pues entonces no entiendes nada de nuestra relación! —Kakashi bajó su máscara, notando como sus ojos se humedecían.

—¡Quizás no lo hago! Quizás no deberíamos estar juntos... —Makoto intentó parar de llorar, sin éxito.

—Tienes razón, quizás estaríamos mejor el uno sin el otro —dijo él mientras unas lágrimas resbalaban por sus mejillas—. Quizá sí que estaríamos mejor separados... ¿Pero sabes qué? Me niego a aceptar que te vayas. Si te vas, no solo te irías tú, te llevarías mi corazón y la única alegría que me queda...

Makoto quitó el cerrojo de la puerta, encontrándose a Kakashi llorando, con las manos delante de sus ojos, se acercó a él y le abrazó, entre lágrimas.

—¿Ya lo entiendes? Prefiero una vida llena de problemas a una vida sin ti —susurró él, envolviéndola con sus brazos.

—Perdón por todo, sabes que te elegiría a ti sobre todas las cosas, ¿verdad? —dijo ella limpiando la cara del hombre.

Ambos callaron durante unos minutos, pero no deshicieron su abrazo. Así eran como más cómodos estaban, corazón con corazón. Diciéndose indirectamente que ninguno de los dos se iría, que preferían escogerse el uno al otro antes que una vida separados.

Kakashi miró a la peliblanca, se notaba que estaba insegura con la decisión que había tomado, pues no sabía si era correcta o no.

—Confiaré en ti incluso cuando tú misma no lo hagas —dijo él, Makoto pasó sus manos por el pelo del hombre y le besó.

Cuando se separaron, se miraron mutuamente a los ojos.

—Sé que no lo digo mucho, pero te quiero —dijo ella.

—Eso es lo bonito de nuestra relación, que aunque no lo digamos, lo sabemos.

—Eso es lo bonito de nuestra relación, que aunque no lo digamos, lo sabemos

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A Makoto no le gusta la pizza en general.

A Makoto no le gusta la pizza en general

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Raíz | Kakashi HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora