Makoto había decidido tomarse un día libre para meditar una importante decisión: a quién escogería para dirigir el futuro de la aldea.
Anduvo por las calles de la aldea y, lo que más le sorprendió era que no había casi nadie, la agitada Konoha había pasado a ser un desierto. La muerte del Tercero había desatado recuerdos de cuando Minato y Kushina murieron, y no mentiría, no lo había superado. Pero, sobre todo, pensó en el clan Uchiha, las atrocidades que hizo y las que jamás dejarían que descansase en paz.
A raíz de pensar en la masacre, no pudo evitar recordar el reencuentro con Kakashi y, no podía parar de preguntarse una cosa: ¿por qué se distanció de ella? ¿Por qué la dejó de lado?
Como siempre, la vida era caprichosa e hizo que Makoto chocara con alguien, y ese alguien no era ni más ni menos que su prometido.
—Hola, Makoto, ¿pasa algo? —preguntó él.
—Tengo varias dudas que me gustaría comentarte, no es nada de la aldea, sino de nuestra relación —explicó con suma simpleza.
—Claro, entiendo, ¿vamos a casa? —Makoto asintió y ambos comenzaron a caminar en completo silencio. Kakashi, no paraba de preguntarse mentalmente qué había hecho mal.
Al llegar, ambos se sentaron en el sofá y Kakashi, tras bajar su máscara, agarró las manos de la Senju.
—Makoto, sea lo que sea, si te he ofendido, hecho daño o algo malo, lo siento mucho, no era mi intención —dijo él. Makoto amaba que Kakashi fuese tan amable y atento con ella, era una faceta de él que sabía que era solo para ella, sabía que no se la enseñaría a nadie más. Eso le hacía sentir especial y querida.
—Pasó hace tiempo, pero últimamente me lo he estado preguntando. —Makoto deshizo el agarre de manos sutilmente. —Ambos sabemos lo que hice, la masacre. Pero ¿por qué me abandonaste? No lo entiendo a día de hoy, estuvimos en ANBU al mismo tiempo, teníamos un pasado en común y lo tiraste, lo tiramos, todo a la basura. No estoy exenta de culpa, yo no te busqué, pero, aún así...
—Me gustabas mucho —cortó Kakashi rápidamente—. Pensaba que tenía una maldición encima, creía que todas las personas a mi lado acababan muriendo. Así que estaba convencido de que a ti te pasaría lo mismo, te quería mucho, tanto que fui capaz de dejarte ir. No estoy orgulloso de eso, pero, en ese momento, creía que era lo mejor. Y créeme, todo lo que más amaba, de ti y de mí, se fue contigo. Lo que hice fue una especie de sacrificio a mi parecer, dejé que fueses libre y feliz, a cambio de mi propia felicidad.
—Realmente me sorprende que te gustara, creía que teníamos una especie de rivalidad mutua.
—No te equivoques, la tenemos. —Ambos rieron. —Haces que mejore, me haces mejor persona y ninja. Y te prometo que nada nunca me ha dolido tanto como cuando tuve que dejarte marchar, ahí entendí que te quería incluso más de lo que pensaba. Cuando te veía paseando por la aldea, parecía que ibas a desmayarte en cualquier momento, estabas extremadamente pálida y delgada, así que, si no me acerqué antes a ti, fue porque sabía que ese dolor era en parte mi culpa.
—No tienes por qué hablar de ello si no quieres, Kakashi —comentó Makoto, agarrando su mano.
—No quiero que haya secretos en nuestra relación. Si quieres saber algo, solo pregúntame, eres casi mi esposa, mereces toda la información que pueda darte.
—¿Crees que lo hicimos bien? Dejando a Naruto solo, éramos su única familia y no estuvimos ahí para él.
—¿No lo sabes? —preguntó Kakashi. Makoto negó, extrañada—. El Tercero ordenó que nadie relacionado al Cuarto, cuidara de Naruto, ya sabes, diariamente. No hubiésemos podido cuidar de él aunque hubiésemos querido.
—No me dijo nada de eso, ¿por qué nunca me contaba nada?
—Ya me extrañaba, había cosas que tampoco conocías, ¿crees que puede ser un error o algo así?
—Y una mierda, ese hombre se ha llevado todos los secretos de mi familia a la tumba, dudaría que esto fuese solo un error —comentó la Senju, enfadada.
—Voy a preparar algo de comer, ¿quieres algo en especial?
—¿Podrías hacer fideos instantáneos? Me apetecen mucho.
—Bueno, si tú lo dices. ¿Gambas o pollo? —Kakashi abrió el estante de los fideos instantáneos. —Huele un poco mal por aquí.
—De chili mejor, no te quejes tanto. —Rio ella. Justo cuando Kakashi iba a agarrar un bol, pudo ver una mano amputada.
—Makoto... ¿Te gusta guardar manos o es esto una amenaza? —gritó.
—¿Qué coño? —preguntó ella, corriendo hacia la cocina—. Obviamente eso no es parte de mi colección.
—¿Tienes una colección de manos amputadas?
—Nunca lo sabrás, de todas maneras, ¿es esto preocupante? —Makoto agarró el miembro. —Lleva muy poco tiempo ahí, sé de quién es.
—¿Cómo?
—Tiene rastro de su chakra.
—¿De quién?
—De mi padre —respondió Makoto.
—¿Otra vez él? Mala hierba nunca muere.
—Creo que sí está muerto, puede que esto sea de justo después de su muerte, la han podido conservar...
—¿Y de dónde sacan el chakra?
—Si había justo por los conductos de la mano, en las condiciones adecuadas, es fácil conservarlo.
—¿Quién crees que te la ha enviado?
—Orochimaru, es el único que puede hacer todo esto, y el único que conoce los secretos de mi familia. —Makoto envolvió la mano con agua y, después, la congeló.
—Haré los fideos, hablaremos de esto en la mesa —dijo el Hatake. Ella asintió.
Makoto no quiere tener hijos por ahora, pero le gustan más las niñas que los niños.
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Raíz | Kakashi Hatake
Fanfic2° L I B R O | | S A G A A N B U 2° Temporada de ANBU Makoto ya no podía más, no podía soportar más dolor, así que cierto individuo se aprovechó de eso para que la mujer se uniera a su organización. Kakashi y ella habían perdido el contacto, se pod...