Raíz | Kakashi Hatake

Capítulo 12: La prueba.

     Naruto, Sasuke y Sakura sentían que habían pasado siglos esperando a sus maestros, sus dedos se habían entumecido, Naruto se había quedado dormido, Sasuke daba cabezazos y Sakura parpadeaba el doble para no dormirse.

     Al cabo de un rato, Kakashi y Makoto aparecieron, charlando entre sí.

     —¡¿Dónde se supone que habéis estado!? —exclamó el Uzumaki, molesto.

     —Bueno, es que se me cruzó un gato negro y tuve que cambiar de acera —explicó Kakashi.

     —Y yo me he parado a ayudar a una anciana a cruzar la calle —dijo esta vez Makoto, sonriendo y levantando sus dedos en señal de paz.

     —Bueno, vamos a empezar —avisó Kakashi. Makoto sacó dos cascabeles de su bolsillo mientras que el hombre ponía una alarma en un reloj para el medio día.

     —Vuestra tarea es muy sencilla, debéis quitarnos estos cascabeles. —Makoto jugó con ellos, haciendo que sonasen. —La cuestión es hacerlo antes del mediodía, yo llevaré uno y Kakashi otro, sencillo, ¿no? —preguntó Makoto, sonriendo.

     —Si no los conseguís antes del mediodía, seguiréis sin comer. —Makoto miró a Kakashi con el ceño fruncido, eso no estaba en el trato. —Estaréis atados a esos postes y miraréis como Makoto y yo nos comemos la comida.

     —¡Espera un momento! Somos tres, ¿por qué solo hay dos cascabeles? —cuestionó Sakura.

     —Me alegra que lo preguntes querida Sakura —dijo Makoto, guiñando un ojo—. De esta manera, nos aseguramos de que uno de vosotros repita sí o sí, es decir, que volverá a la academia.

     —Aunque os volvemos a avisar de que podéis repetir los tres —habló Kakashi—. Podéis usar las armas que queráis, incluido el shuriken.

     —Si no estáis dispuestos a matarnos, jamás conseguiréis estos cascabeles —hablaron Makoto y Kakashi al unísono. Después se juntaron para hablar de que les había quedado muy bien esa última frase.

     —¡Esas armas son demasiado peligrosas, maestros! —gritó Sakura. Naruto empezó a reír.

     —Sobre todo para Makoto, que no pudo esquivar un borrador —dijo el rubio. Makoto se sonrojó y Kakashi dio un paso adelante, como si fuera a protegerla y habló.

     —Los payasos de clase suelen ser los más débiles, puedes ignorarlos sin problemas, sacan notas muy bajas, son fracasados... Antes de hablar así de Makoto, deberías mirarte al espejo. —Naruto se enfadó y agarró un kunai. Con el arma en la mano, se abalanzó sobre Kakashi, Makoto, para que no le hiciera nada, extendió la palma de su mano y expulsó chakra para alejarlo. —Gracias, Makoto.

     —De nada, Kakashi. —Ambos se sonrieron entre sí. —No tengas tanta prisa, Naruto, aún no hemos dicho "ya" —habló Makoto mientras él se levantaba del suelo.

     —Pero te has acercado a mí con todas las intenciones de matarme, así que... —Makoto rio sutilmente. —¿Cómo os lo digo? La verdad es que me estáis empezando a caer bien, chicos.

     —¿Preparados? —preguntó la Senju, sonriendo—. ¿Listos? ¡Ya! —Los tres alumnos se separaron.

     —Muy bien, los ninjas deben saber esconderse... —susurró Kakashi. Makoto y él seguían en el centro del campo—. Bueno, hasta ahí llegan, se han escondido.

     —¡Eh! ¡Makoto! Un duelo uno contra uno, solos tú y yo, ¿aceptas? —preguntó Naruto frente a ellos. Makoto sonrió nerviosamente y comenzó a negar con la cabeza, para intentar que captase que eso no es lo que debía hacer.