Raíz | Kakashi Hatake

Capítulo 16: La niebla.

     Su misión era muy simple, debían hacer de guardaespaldas para un constructor de puentes. Bueno, hubiese sido simple si dos ninjas no hubiesen querido atacarles por el camino, o si el hombre al que protegían hubiese sido sincero. Ahora, el equipo 7 debatía si continuar o no con la misión.

     —Siendo honesta, no me importaría ayudarle si no estuviera al cargo de tres genins, pero no pienso poner a mis alumnos en peligro —comentó Makoto, intentando no sonar demasiado a la defensiva.

     —En cierto modo, concuerdo con Makoto... —dijo esta vez el Hatake.

     —¡Por favor! ¡Entiéndanlo! Mi país está sumido en la miseria, no hubiésemos podido contratar una misión de más rango, el puente es muy importante, por favor —suplicó el constructor. Naruto se quejaba todavía de la herida que se había hecho en la mano, aunque ya debía estar sanada gracias a Kurama.

     —No podemos hacer una misión tan difícil, las reglas lo estipulan —respondió Kakashi. Después miró a Makoto.

     —Aquellos que rompen las reglas son escoria, pero, si Obito estuviera aquí, diría que somos escoria por no ayudarle. Creo que podemos encargarnos de esto, somos jonins... Puedes dejar a los niños en Konoha mientras yo sigo con él... —habló Makoto, sonriendo.

     —No, no voy a dejarte sola, podemos ir todos, adelante. —Kakashi comenzó a caminar por delante de todos y Makoto, atrás del todo.

     Al cabo de unas horas, llegaron al país de las olas. Cogieron una barca y llegaron a tierra de nuevo. Allí, Naruto y Sasuke siguieron peleando para demostrar que eran mejor que el otro.

     Unos arbustos comenzaron a moverse de repente. Naruto lanzó un kunai, que impactó en un conejo de nieve. Makoto activó su Byakugan con el ceño fruncido. Súbitamente, una gran espada se aproximó hacia ambos maestros a gran velocidad. Los jonin la esquivaron sin mucho problema.

     —¡Oh! ¡Esta espada es del Demonio Oculto! —exclamó la Senju, sonriendo de lado. Kakashi levantó su bandana mostrando el Sharingan de Obito. Makoto, al verlo, apartó la mirada.

     Ambos jonins se abalanzaron hacia su enemigo, pese a que estaban en desventaja por no conocer el territorio.

     —¿Cómo puede tener él un Sharingan? —se preguntó Sasuke a sí mismo.

     —¿Qué es el Sharingan? —cuestionó Naruto esta vez.

     —Es el poder ocular de los Uchihas... —susurró Sasuke.

     —Además, permite copiar técnicas con verlas solo una vez —añadió Zabuza—. Tengo el gran placer de pelear contra dos de los mejores ninjas de Konoha, la Diosa Senju y Kakashi, el ninja que copia. Qué alegría. —Realizó una técnica para ocultarse en la niebla, bastante inútil considerando el Byakugan de Makoto, la cual se dio cuenta de que Sasuke se apuntaba con un Kunai.

     —Sasuke, no te preocupes, Makoto y yo os protegeremos —dijo Kakashi rápidamente.

     —Yo no estaría tan seguro —susurró Zabuza, el cual apareció delante del constructor dispuesto a atacarlo. Makoto se puso delante de él y expulsó chakra de su mano, haciendo que el criminal retrocediese.

     De repente, ese Zabuza se deshizo, ya que era un clon de agua. El verdadero Zabuza, atacó a Kakashi, cortándolo por la mitad. Para sorpresa del criminal, él también era un clon, pues había copiado su técnica.

     Kakashi, en menos de treinta segundos, se encontraba en una prisión de agua.

     —¡Elemento afín! ¡Control del agua! —Makoto comenzó a desestabilizar la burbuja de agua gigante gracias a una de sus más complicadas técnicas, la cual agotaba su chakra rápidamente.

     —¡Makoto! —exclamó Sakura, agarrando el cuerpo de Makoto, que, pese a estar exhausta, seguía agitando el agua—. ¡Pare, por favor!

     —Elemento agua: Tigres de agua —susurró Makoto, levantándose y cubriendo a Sakura de un ataque con kunais de agua—. Sasuke y Naruto están planeando algo, por favor, Sakura, protege al cliente. —La Haruno asintió y se puso delante del constructor de puentes con un kunai en la mano.

     —¡Eres tan increíble como tu abuelo, Diosa! —exclamó Zabuza, sorprendido por las técnicas de la mujer.

     —Suelta a Kakashi, ahora —masculló la Senju. Sus puños se envolvieron con chakra y agua, adquiriendo forma de tigre. Corrió hacia el hombre, intentando no tropezar y comenzó a atacarlo ferozmente. Zabuza, por su parte, esquivaba y asestaba golpes críticos en ella.

     Antes de caer desplomada al suelo por falta de chakra y hemorragias, levantó su pulgar hacia Kakashi. El cual se traducía a: "Confío en ti, te dejo el resto, por favor". Kakashi se removió inquieto en la prisión, otra vez, Makoto moribunda, y, otra vez, él no había podido hacer nada.

     Naruto y Sasuke idearon un gran plan, distrajeron y atacaron al criminal, el cual, en un despiste liberó a Kakashi. Kakashi agarró a su amiga y la apoyó en un árbol. Zabuza y el Hatake comenzaron a pelear, más que física, psicológicamente.

     De repente, un ninja clavó unas agujas en Zabuza. Afirmaba buscarlo, y se llevó su cadáver. Kakashi, por su parte fue a por Makoto.

     —Eres una gran actriz, ¿te lo he dicho alguna vez? —susurró Kakashi.

     —Mi senjutsu solo funciona cuando hay grandes masas de agua, eso no quita que me esté desangrando y necesite un médico —murmuró la mujer, Kakashi sonrió, cansado. Hasta él estaba agotado. Pasó un brazo de su amiga por encima de su cuello y agarró su cintura. Ambos se apoyaron el uno en el otro para avanzar.

Makoto suele ver como Kakashi entrena desde las sombras, ella piensa que no lo sabe, pero en realidad Kakashi se dio cuenta e intenta parecer lo más guay posible delante de ella como en Icha Icha Paradise.