Capítulo 19: Vivo.

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     —Ahora que estoy aquí, ¡todo irá bien! —exclamó Naruto, sonriendo.

     —¡Naruto! —gritó Sakura, sorprendida.

     —Los héroes aparecen en el último momento para repartir leña, pues eso es lo que voy a hacer ahora, de veras —explicó el Uzumaki—. Kage bunshin no jutsu. —En el momento en el que dijo esas palabras, Zabuza le lanzó unos shurikens. Makoto expulsó chakra desde el tenketsu de su mano, pero sabía que no llegaría a tiempo para desviar los shurikens. Nadie podía pararlos, nadie llegaría a tiempo. De repente, Haku lanzó un par de agujas, deteniendo las armas a medio camino, él había salvado al Uzumaki.

     —Naruto, esto no es una demostración de talento. No le dejes saber tu técnica al enemigo —dijo el Hatake.

     —Si son técnicas basadas en engaños haz que el enemigo esté siempre dudando —aconsejó la Senju, poniéndose en pie—. Te has convertido en un blanco fácil.

     —¡Lo siento! ¡Yo solo quería salvar a todo el mundo! —chilló el Uzumaki.

     —Pero aquí hay otro misterio... —Kakashi observó al de la máscara.

     —¿Haku, qué has hecho? —preguntó Zabuza, enfadado.

     —Este chico... deja que pelee con él —dijo Haku.

     —¡Venga, mascarilla! —exclamó él—. Te aviso, aún no sé cómo, pero voy a arrancarte esa máscara de cuajo.

     —Ni se te ocurra intervenir, Kakashi, ya sabes lo que hay, si vas a por alguno de ellos, yo iré a por el constructor —dijo Zabuza. El Hatake tragó en seco, estaba atrapado.

     —Lo siento, pero deberías haberte quedado en casa —habló Haku. Makoto miró a Naruto seriamente.

     —¡Naruto! ¡Aléjate de ahí! —exclamó Makoto, viendo que las cosas no acabarían bien.

     —¡Yo nunca huyo ni retrocedo a mi palabra, Makoto! ¡Ese es mi camino ninja! —gritó el Uzumaki, sonriéndola. Sasuke le lanzó un kunai a Haku, que tenía la guardia baja. Para sorpresa del chico, lo esquivó.

     —No me he olvidado de vosotros, ni por un instante. Algunos guerreros aceptan la derrota elegantemente, saben cuando han sido vencidos, otros no. Sigamos luchando entonces, ¡hasta el final! —exclamó el de la máscara. Makoto se puso delante de Sasuke mientras Haku se introducía en los espejos.

     —¿¡Eh, adónde vas!? —gritó el rubio, enfadado.

     —No te preocupes, Naruto, lucharé contigo después. —Haku apareció reflejado en los espejos.

     —No quería sacar la artillería pesada, pero veo que será necesario —dijo Makoto, arrancando las mangas de su traje ninja.

     —Este es el verdadero poder de la Diosa Senju. Esto será divertido. —Los ojos de Makoto resplandecían al mismo tiempo que mordía su pulgar.

     —Jutsu de invocación. —La mujer posó su mano en el suelo y un gran tigre salió de ahí, teniendo Haku que ensanchar la esfera de espejos para que no se rompiera. —Protege al niño. —Le ordenó al animal.

     —No te excedas —aconsejó el tigre. La Senju sonrió de lado.

     —Aplastaré tus espejos con solo un dedo —susurró Makoto, acercándose a uno de ellos. Tocó la superficie con su dedo índice y unos sellos comenzaron a aparecer.

     —¿Co-cómo? Es una técnica que no puede pararse ni destruirse... es una barrera de sangre... —preguntó Haku, viendo que su creación se resquebrajaba.

Raíz | Kakashi HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora