Raíz | Kakashi Hatake

Capítulo 11: Presentaciones.

     Los integrantes del equipo 7 estaban reunidos en unas escaleras, donde Naruto, Sakura y Sasuke estaban sentados. Frente a ellos, Kakashi y Makoto estaban apoyados en una barandilla.

     —Bien, una vez aclarado el malentendido del borrador —dijo Kakashi, mirando el chichón que le había salido a Naruto justo donde Makoto había lanzado el objeto—, os hemos traído aquí para presentarnos.

     —¿Presentarnos? —preguntó Sakura, extrañada—. ¿Qué debemos decir?

     —Bueno, vuestro nombre, lo que os gusta, lo que no, vuestros sueños para el futuro, pasatiempos... ¡cosas así! —habló Makoto con un tono animado que contrastaba fuertemente con el tono monótono del hombre. Pese a que no le gustaban los niños ni enseñar, la Senju quería ser la maestra perfecta para esos tres.

     —¿Por qué no os presentáis vosotros dos primero? Así sabremos cómo hacerlo —sugirió la de cabellos rosados.

     —¿Nosotros? Bueno, las damas primero —comentó Kakashi. Makoto asintió.

     —Ah, esto me trae viejos recuerdos... —susurró la Senju para después proseguir hablando—. Yo soy Makoto Senju, me gusta leer, entrenar y dormir. No me gusta la gente en general. No tengo ningún sueño. No hay nada que quiera alcanzar. —Sonrió.

     —Por mi parte, soy Kakashi Hatake. No tengo ganas de deciros las cosas que me gustan y las que no, así que no lo haré, y mi sueño para el futuro... —dijo el Hatake, parándose a pensar—. Jamás había pensado en eso. En cuanto a mis pasatiempos... no tengo muchos.

     —Hay cosas que no cambian —comentó Makoto, sonriendo.

     —Bien, ya lo habéis entendido, ahora podéis presentaros vosotros. Primero tú, Naruto —habló Kakashi, señalando al rubio.

     —¡Yo soy Naruto Uzumaki! Me gusta el ramen de Ichiraku y el ramen instantáneo, lo que no me gusta es tener que esperar los tres minutos hasta que el ramen se prepare, ¡y mi sueño es convertirme en Hokage, de veras! —exclamó el Uzumaki, sonriendo. Makoto alzó un puño y habló.

     —¡Así se habla Naruto! ¡Ya verás como lo conseguirás! —exclamó la mujer. El de ojos azules se sonrojó. Kakashi tosió falsamente y volvió a lo suyo.

     —Bien, ahora tú, la del pelo rosa. —Sakura asintió, sonriendo y comenzó su presentación.

     —Yo soy Sakura Haruno, la persona que me gusta es... —La de ojos verdes giró la cabeza hasta ver a Sasuke, para después, sonrojarse. Al darse cuenta de esto, volvió a mirar al frente. —Mi sueño para el futuro es... —Miró a Sasuke de nuevo, para volver a sonrojarse. —Y lo que más odio es ¡Naruto! —Makoto puso cara de ofendida y negó varias veces, ¿cómo alguien podía odiar a ese niño?

     —Las chicas de ahora se preocupan más por los chicos que por el entrenamiento, ¿tú también lo haces, Makoto? —preguntó el Hatake. La Senju, quien hasta ahora tenía su cara de indignación, pegó un brinco y empezó a mover sus manos rápidamente, tratando de maquinar una excusa.

     —¿Co-cómo puedes pensar eso de mí? ¡Soy una Jonin muy capacitada! —Makoto realizó una mueca, enfadada, y se cruzó de brazos.

     —Yo nunca he dicho lo contrario... —susurró el de cabellos grisáceos—. Tú eres el último, venga.

     —Yo soy Sasuke, Sasuke Uchiha. No me gusta ni odio nada en particular, mis pasatiempos son entrenar y mi sueño, no es un sueño, es una meta porque se hará realidad y es matar a alguien en concreto y restaurar mi clan. —explicó el Uchiha. Makoto miró a Kakashi, sonriéndole burlescamente. El hombre casi podía verla diciendo en su mente "Mira que niñato vengador te ha tocado, fastídiate, yo tengo al mejor". Kakashi resopló fuertemente.

     —Ajá, bueno, mañana por la mañana venid aquí, realizaremos vuestra primera misión para ver si os aprobamos o no —explicó Kakashi. Makoro rio, sabía que no era su primer equipo, y que nunca antes había aprobado a uno, pero, aún así, esperaba que ellos lo consiguieran.

     —¿Co-cómo? Pero si nosotros ya estamos aprobados —susurró Sakura suficientemente alto como para que la oyeran.

     —No, todavía necesitáis nuestro visto bueno. ¡Ah! Por cierto, si falláis, volvéis a la academia —comentó la Senju, restándole importancia.

     —¡No! ¡Me niego a volver! —exclamó Naruto. Makoto rio.

     —Si no puedes superar la prueba, no mereces ser ninja, así de fácil. Os recomendamos no desayunar, a no ser que queráis vomitar —sugirió el Hatake. Makoto apoyó una mano en el hombro de su compañero.

     —Chicos, Kakashi y yo debemos marcharnos, ¡suerte para mañana! —Makoto y Kakashi desaparecieron en una nube de humo.

     —¿Qué has hecho? —preguntó el hombre. La de ojos rubíes negó sutilmente con la cabeza.

     —Nos hemos alejado unos metros, ¡los estabas deprimiendo! ¡Pobre chiquillos! ¡Se trataba de asustarlos un poco! —exclamó Makoto. Kakashi puso su dedo en los labios de Makoto para que se callase.

     —Todo depende de ellos, no de nosotros, ellos nos probarán si merecen o no ser ninjas —dijo Kakashi, quitando el dedo de la boca de Makoto.

     —Sí, si lo entiendo, es solo que no quiero que repitan... —susurró la Senju.

     —Deja de ser tan imparcial, necesitamos ninjas, no niños que no saben lo que hacen. Les mandarías a una muerte segura, para ya. No lo haces por su bien, sino para tú no sentirte sola —explicó el Hatake. Makoto asintió, alicaída.

     —Tienes razón, lo siento, no puedo evitarlo. Mejor yo me voy ya, tengo cosas que hacer y no quiero que te quedes aquí innecesariamente —dijo Makoto. Después sonrió al hombre y se fue.

     Kakashi solo la observó yéndose. Quizá se había pasado un poco. Últimamente estaba bastante estresado debido a sus misiones y lo estaba pagando con la única persona a la que apreciaba. En realidad, no sabía cómo expresarse correctamente.

La canción favorita de Makoto sería rockstar de Duki.