Capítulo 34: Estás de vuelta.

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—¡Tsunade! —exclamó Makoto acercándose a su prima—. ¿Ya te has decidido?

—Claro que sí, cierto ninja ha cambiado mi opinión sobre el tema —dijo ella mirando al rubio, que no pudo evitar sonrojarse.

—Naruto, ya puedes irte, quiero ponerme al día con ella. —Sonrió la Senju, el chico salió de la estancia animado. —Quería preguntarte por el sello de Sasuke, el Sello Maldito del Cielo, me imaginé que podrías saber algo...

—Orochimaru, otra vez, parece no cansarse. Lo siento mucho...

—Oh, no pasa nada, seguiré recopilando información por mi cuenta.

—No, lo siento mucho por tu alumno, el vínculo que le une a Orochimaru es muy fuerte, si te soy sincera, no creo que espere demasiado antes de irse con él —explicó la mujer—. Su chakra se multiplica, buscará más y más.

—De todos ellos eligió a Sasuke porque sabía que era el que quería hacerse fuerte por los motivos equivocados... Tengo que hablar con él.

—Hazlo, yo iré a casa y la ordenaré. Por cierto, ¿cuándo tienes pensado hacer la proclamación? Te veo un poco estresada y debes estar presente.

—En realidad, es en un par de semanas —dijo ella, acercándose a un cajón y sacando el póster que había preparado con antelación.

—¡¿Estás loca?! ¿Y si te hubiese dicho que no?

—Eres mi única familia, sé lo que piensas incluso antes de que lo pienses —habló la peliblanca—. Bueno, iré ya a ver al Uchiha, muchas gracias por aceptar.

—No es nada, venga, ve a verle.

—Tienes que salir antes que yo, no puedes quedarte sola en el despacho del Hokage —explicó la chica, la mujer rio y salió de allí. Makoto guardó todo y cerró la puerta con llave al salir.

La mujer caminó hasta la casa de su alumno, esperando que estuviese allí y, contra todo pronóstico, sí fue así. El chico le abrió la puerta, un poco confuso pues su maestra jamás había intentado hablar demasiado con él, aunque él también tenía algunas preguntas para ella.

—Hola, Sasuke, siento venir sin avisar. —El chico frunció el ceño. —¿Sabes? La primera vez que nos vimos también pusiste esa cara, bueno, también estabas llorando...

—Jamás he llorado delante de ti —dijo él, ella se sentó en el sofá.

—Claro que sí, tenías unos meses y lloraste porque tu hermano me prestó dos segundos de atención —explicó ella.

—No le menciones, ya no somos familia. —La sonrisa de la mujer se borró. No le diría el por qué Itachi hizo lo que hizo, pues su próximo objetivo seguramente sería la aldea, pero intentaría cambiar su opinión.

—Él era mi mejor amigo, le enseñé muchísimas cosas, si quisieras, podría entrenarte como a él. Podría hacerte mucho más fuerte, Sasuke.

—Te escucho. —La mujer se cruzó de piernas y el Uchiha se sentó en la butaca de la izquierda.

—Eso sí, tardaríamos unos cuantos años...

—¿Cuántos?

—¿Unos cinco? Itachi era un prodigio, confío en que tú también. Creo que Kakashi sería un mejor tutor, pero teniendo en cuenta que he entrenado a tu hermano, tengo experiencia manejando a Uchihas.

—¿Por qué haces esto? Está claro que sino no me habrías dicho nada.

—Quiero que te quedes en la aldea. Sasuke, sé lo que piensas mejor que nadie porque yo también he estado en una situación muy parecida a la tuya.

Raíz | Kakashi HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora