Capítulo 6: Siete años.

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     Sasuke había cumplido siete años. Makoto tenía veintidós y seguía en Raíz, pero, algo había cambiado: Itachi estaba con ella, no en su misma escuadra, sino dirigiendo otra. Los Uchihas se iban a rebelar, pues querían manejar Konoha. Y a Itachi le había sido asignado el papel de espía, tanto de Raíz como del clan Uchiha. Mientras que Makoto simplemente era un títere de Danzo.

     Danzo les había llamado a la guarida, a ambos, y no les hacía falta ser genios para saber qué quería ese sujeto de ellos. Los dos se miraron entre sí, impasibles y delante de ellos, cuando la puerta se abrió, se vio a Danzo.

     —Veo que ya estáis aquí, como se esperaría de vosotros —dijo el hombre, mirando con una sonrisa ladina a ambos. Makoto ya sabía lo que iba a pasar. El clan Uchiha planeaba un golpe de estado e Itachi era un espía de doble bando con una lealtad indudable a Konoha. Por otro lado, estaba ella, que si estaba allí era por ser conocida como la mejor ANBU del momento. —Necesito que realicéis una misión.

     —Vamos, Danzo, ambos sabemos qué pretende que hagamos, así que me saltaré los rodeos y se lo preguntaré directamente, ¿qué ganamos a cambio? —preguntó Makoto, mirando seriamente al hombre.

     —¿No crees qué es de mala educación interrumpir cuando alguien está hablando, Tigre? —cuestionó Danzo.

     —También es de mala educación responder una pregunta con otra, de todas formas, vaya al grano —dijo la mujer.

     —De vez en cuando agradezco esa prisa tuya, especialmente hoy, ya que no tenemos mucho tiempo —habló Danzo—. Ya sabéis la situación en la que se encuentra el clan Uchiha, así que, sin más rodeos, Konoha necesita que sea exterminado. Seréis tres, pero vuestro otro compañero no se presentará todavía.

     —¿Cuándo debemos hacerlo? —preguntó esta vez Itachi.

     —Hoy a las ocho y media de la tarde —respondió el hombre. Makoto lo miró seriamente.

     —¿Exterminar a un clan entero? No es una tarea sencilla... —masculló la mujer—. ¿Qué nos llevaremos a cambio? —demandó Makoto, mirando hacia Itachi.

     —Tigre, tú serás libre. —Makoto movió la cabeza bruscamente hacia Itachi, como preguntándole al hombre "¿Y él qué?". Danzo lo captó enseguida. —Él ya sabe lo que gana. Marchaos. No hay tiempo que perder.

     Ambos jóvenes se retiraron sin intercambiar palabra. Pasaron unos tres minutos hasta que Makoto se atrevió a hablar.

     —Lo siento... por todo esto —se disculpó Makoto. Itachi solo asintió.

     —He de ir a un lugar, me espera un amigo. Ves yendo y encuéntrate con nuestro compañero —ordenó el Uchiha. Makoto corrió hacia el clan viendo a Itachi desaparecer entre las sombras de la noche.

     La primera impresión que le dio el clan fue de luto, era un clan muerto desde mucho antes que esa noche. Era algo indescriptible, pero siquiera las más profundas penumbras de el lugar más horrible del mundo, podrían compararse al aire que se respiraba allí. Y sabía de lo que hablaba, no por nada llevaba años en Raíz.

     Agarró el mango de su katana y miró desconfiada el lugar. Itachi seguía sin llegar, y hacía unos seis años que no entraba en el recinto, el mismo tiempo que hacía desde que le habían detectado una enfermedad incurable a Itachi.

     —Veo que ya has llegado, Tigre —dijo una figura que había aparecido de la nada. Portaba una máscara que únicamente dejaba ver uno de sus ojos, el cual era un Sharingan. Sus ropajes eran negros, y su tono de voz muy maduro y áspero.

Raíz | Kakashi HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora