Capítulo 24: Ahora y siempre.

6.7K 664 197
                                    

     Kakashi, pese a no ser alguien a quien le gusta estar atado, decidió que quería estar con una sola persona: Makoto Senju. Si tuviera que describir a la mujer que le había robado el corazón desde el minuto uno, lo haría con una única palabra: acogedora. Con ella sentía que estaba en su hogar siempre, cuando entrelazaban sus manos pensaba que nada en el mundo podría separarles y, cada vez que le llamaba cariño su corazón se aceleraba —aunque no quisiese admitirlo. Makoto era su todo y se lo tenía que decir, costase lo que le costase.

     Anduvo por la aldea, intentando pensar en qué decirle a la mujer. No quería sonar cursi, pero sabía que no podría evitarlo, el simple hecho de pensar en ella hacía que se extendiese una especie de calor por todo su pecho. Suspiró pesadamente y justo cuando pensaba rendirse e irse a casa, la Senju apareció en su camino, y no de cualquier forma.

     —Oh, hola, Kakashi —saludó la mujer con un kimono rosado con ribetes blancos, el pelo recogido en un moño y un bolso blanco y dorado.

     —No me habías dicho que tenías un evento importante hoy, ¿adónde vas? —preguntó Kakashi, fijándose en que también iba un poco maquillada. Pese a que no era nada del otro mundo (solo un poco de brillo de labios y máscara de pestañas) se había dado cuenta.

     —Debo ir al clan Hyuga, se casa una amiga de mi madre y me ha pedido que vaya como tributo a mi madre —respondió ella, sonriendo.

     —¿Puedo ir yo también? —preguntó Kakashi, que quería quedársela mirando todo el día. Makoto negó.

     —La verdad es que pensaba que no te entusiasmaría esto, así que solo he confirmado mi asistencia, lo siento —se disculpó.

     —No pasa nada, pásalo bien. —Kakashi depositó un corto beso en los labios de la mujer. —Adiós. —Makoto sonrió.

     —Te quiero, amor. —Ella puso una mano en su pecho y señaló a su novio, seguidamente, se retiró.

     —Qué bonito es el amor —dijo Asuma, dando una palmada en la espalda del Hatake—. Ibas a decirle algo, ¿verdad?

     —No es de tu incumbencia —respondió él, farfullando.

     —Venga, Kakashi, Kurenai me tiene bien informado, vayamos a tu casa y me cuentas. —Kakashi asintió, resignado.

     Los dos hombres caminaron en silencio hasta llegar a la casa de Kakashi, donde él le sirvió un poco de té mientras su amigo estaba sentado en el sofá, mirando algunas de las fotos que tenía en un mueble.

     Kakashi tomó asiento en una silla cercana al sofá y le comentó a Asuma lo que quería hacer.

     —¡¿Que le ibas a pedir matrimonio?! —exclamó Asuma. Kakashi negó con vehemencia.

     —Le iba a pedir ser mi prometida, eso no significa que nos vayamos a casar mañana... —comentó él, dándole vueltas al asunto.

     —¿Y si te dice que no? —preguntó.

     —No lo había pensado... no creo que lo haga —contestó Kakashi, comenzando a preocuparse—. Pero si me dice que no... —Tragó en seco. —No, no lo hará, ¿verdad?

     —Así que a esto es a lo que se le llama mal de amores, me encanta. —Asuma rio. —Díselo ahora, venga, sino te acobardarás.

     —Está en una boda, no voy a hacer eso, sería muy irrespetuoso —susurró Kakashi.

     —¿Qué dices? ¡Es el mejor momento posible! ¡Kurenai y yo iremos contigo! ¡Voy a por ella! —El Sarutobi salió rápidamente de la casa de Kakashi en busca de la mujer.

     Poco tiempo después, los tres se encontraban caminando hacia el distrito Hyuga.

     —Lo que voy a hacer es tremendamente irrespetuoso, no debería hacerlo, a Makoto no le va a gustar esto, ya verás. Y se enfadará conmigo —dijo el Hatake.

     —Pero que no le vas a pedir matrimonio en la boda de alguien, puedes apartarla... —comentó Kurenai.

     —Que no le voy a pedir matrimonio —matizó Kakashi.

     —Además, si no lo haces ahora, no lo harás nunca. Te conozco, Kakashi —dijo la mujer.

     —¿Eh? ¿No es Makoto esa? —preguntó Asuma.

     —¡Está preciosa! —exclamó Kurenai—. Venga, ves. —Kakashi fue empujado por la de cabellos negros y caminó a trompicones hacia la Senju. Kurenai y Asuma se quedaron viendo desde la puerta del clan para controlar la situación.

     —¿Kakashi, qué estás haciendo aquí? —cuestionó su novia, sonriendo.

     —Quería preguntarte una cosa —habló Kakashi. Ella notó que estaba nervioso.

     —Menos mal, esto es un aburrimiento y todo el mundo me mira mal. He tenido que salir para tomar el aire de lo agobiada que estaba... —explicó ella.

     —Makoto, quiero pasar todo el tiempo contigo, ahora y siempre. Me he dado cuenta bastante tarde, pero te elegiría a ti de entre todas las personas del mundo, en un millón de mundos, en un millón de veces —dijo Kakashi, notando como sus manos temblaban y comenzaban a sudar.

     —Kakashi eso es muy bonito —comentó la Senju. Kakashi sacó una cajita de su bolsillo y la abrió, dejando ver un collar con un diamante con forma de corazón.

     —Makoto, ¿te gustaría ser mi prometida? —Makoto entreabrió la boca y después sonrió.

     —Sí, sí quiero. —La Senju abrazó a Kakashi y él suspiró aliviado. Kurenai y Asuma saltaron contentos. —Pero eso no significa casarnos enseguida, ¿verdad? —preguntó ella entre risas.

     —Claro que no, solo es un paso más. —Kakashi besó a Makoto y, después, le puso el collar.

     —Pues, entonces, caminemos juntos toda la vida —susurró ella.

El collar que Kakashi le ha dado a Makoto, está basado en el collar que mi padre le dio a mi madre cuando pidió que fuese su prometida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El collar que Kakashi le ha dado a Makoto, está basado en el collar que mi padre le dio a mi madre cuando pidió que fuese su prometida.

El collar que Kakashi le ha dado a Makoto, está basado en el collar que mi padre le dio a mi madre cuando pidió que fuese su prometida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Raíz | Kakashi HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora