¿Bendito celo?

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Base de S.H.I.E.L.D, 10.30 horas.

—Te cite aquí a las ocho de la mañana, estas no son horas de llegar.
—Si, bueno, dejo esperando a gente que son dueños de imperios, los cuales ponen a mi disposición, ¿por qué serias tú la excepción?.
—No me retes Stark, que no estoy para este tipo de cosas a estas horas y menos contigo.
Natasha "Toni" Stark rodo los ojos con malestar, ser citada para hablar de tonterías no era algo que le gustara tampoco y menos a estas horas de la madrugada.
—Bien, vayamos al grano entonces que, como dije, tengo a personas dueñas de imperios esperando por mi—se sentó en una de las dos sillas dispuestas frente al escritorio del director Nick Fury.
—Como sabes, todos los miembros activos de esta organización pasaron sus revisiones médicas hace unos cuantos meses...
—Si, si, para saber nuestro estado de salud según nuestras castas y bla, bla, bla, creo haber dicho que fueras al grano parchecito.
—Si me interrumpes, no podré llegar allí —espetó con dureza el espía— quería hacer esto más llevadero para ti, pero en fin, tu celo está próximo, así que, debes pasarlo con alguien esta vez.
—¿Que?— pestañeó con clara confusión—casi nada suele sorprenderme, así que, ¡felicidades, lograste hacerlo!, pero, me temo que lo que sugieres, va a ser imposible.
—No te lo estoy sugiriendo, te lo estoy ordenando—el alfa de alto rango utilizó su voz para doblegar a la testaruda Omega, pero esta, como siempre ni se inmutó.
—Tus órdenes sabes por donde te las puedes guardar...
—No me interesa lo que pienses, tu salud esta de por medio, eres una Omega brillante, por lo que no te será difícil entender que sucede cuando un omega joven abusa de los supresores.
—Yo no abuso de los supresores— su voz sonó indignada, hasta que vio la mirada de advertencia del Alfa frente a ella— está bien, quizá utilicé un poco demás en el último año, pero sabes que fue un caso de emergencia.
Un escalofrío atravesó su cuerpo al recordar cómo había estado rodeada de un grupo de alfas modificados genéticamente para procrear una nueva raza y ella, era la incubadora que habían escogido un grupo de locos sin otra cosa que hacer más que molestarla.
Por suerte, ella era una mujer bastante ruda y logró completar la misión.
—¿Ya te dije que no me importan tus argumentos?
—¿Ya te dije que no pasaré mi calor con ningún desconocido Alfa idiota?, contrario a lo que dicen los tabloides yo no soy una promiscua.
—Me alegra escuchar eso—suspiró con alivio—además, no pasarás tus calores con ningún desconocido, sabes de las prácticas ancestrales que...
—No, eso es pura mierda Fury—se levantó totalmente en desacuerdo con aquella descabellada idea—no pienso acostarme con ningún alfa de mi manada.
—Tengo entendido que llevas buena relación con varios de ellos, es más, se que tienes excelente relación con Thor, le podemos pedir esto como un favor personal...
—No hay forma, la última vez que sugeriste tenerlo como semental, la reina pasiva de Asgard vino a cobrarnos la afrenta con una invasión alienígena. Y no, gracias, no quiero morir aun y menos cuando Loki es mi amigo ahora.
—Bien, entonces no me dejas más opción—Fury presionó su intercomunicador.
—No—sus entrañas se encogieron cuando cayó en cuenta de lo que Fury estaba a punto de hacer.
—Elizabeth, llama al capitán Rogers y dile que lo espero.
“Si, señor—respondió solicita su asistente.”
—Pasarás tu celo con Rogers.
—No, primero me corto un brazo, prefiero morirme antes que acostarme con ese anciano alfa —sentencio con voz grave.
—Él es el líder de tu manada y, si no quieres pasar tus calores con nadie, entonces, como Omega de la manada y segunda al mando, tu obligación es cumplir con las tradiciones.
Toni entrecerró los ojos, pareciéndole raro que el espía no le haya mencionado a las demás alfas de su manada como posibles candidatos.
—Fue él, ¿verdad?, por supuesto que fue su idea.
—¿Perdón?
—Fue idea de Rogers, él planeó todo esto, claro, es lo más lógico, es la única manera que encontró para poder controlarme, para doblegarme...
Justo en ese momento, unos golpes se escucharon en la puerta, segundos después, Steve Rogers entró en la oficina del director.
—Buenos días—saludó escuetamente, con su típica expresión de pocos amigos— me mandaste a llamar.
—Si, capitán, verá, necesitamos pedirle un favor...
—¡Y una mierda!—Toni se acercó a Steve con actitud hostil—tu plan, no va a funcionar, Rogers, porque, prefiero quedarme estéril antes que entregarme a ti. No me vas a doblegar, ni tú, ni nadie.
Sin más, se retiró del lugar haciendo resonar sus tacones de aguja por toda la estancia. Dejando a un Steve con cara de pocos amigos pero, gratamente sorprendido de que aquella mujer, que a penas y media un metro setenta y cuatro haya logrado enfrentarlo y mirarlo a los ojos con abierta hostilidad como si midiera sus buenos metro noventa. Como en cada ocasión, demostrando que era una mujer fuerte e intimidante.
Nick suspiró por enésima vez en ese día, preguntándose cómo es que se había metido en este lío.
—¿Se puede saber a hora que le hice para ser merecedor de su ira en esta ocasión?—pregunto Steve con voz monótona, acostumbrado ya a los arranques de Stark.
—Solo es uno de sus tantos berrinches—restó importancia— lo llamé capitán porque quería solicitar su colaboración como líder de su manada.
—Por supuesto, sabe que siempre podrá contar conmigo.
—Es bueno oírlo decir eso, ya que, usted será el encargado de servir a la señorita Stark en su próximo celo.
Steve pestañeo lentamente, antes de fruncir aún más el ceño.
—No—fue su única respuesta, totalmente carente de emoción alguna.
Fury volvió a suspirar, si seguía así, estaba seguro de que la felicidad se le escaparía por culpa de las testarudas personas que tenía como líderes de su equipo.
                                [°°°]
—¡Eres una inconsciente!, te di una orden directa.
—Si, bueno, ya es de dominio público que no soy muy buena siguiendo ordenes.
—Tenías que esperar al equipo, pusiste en peligro la misión y a los civiles.
—Todos ustedes estaban ocupados en sus propios asuntos, si hubiera esperado, esos civiles muy probablemente hubieran muerto, así que, no me vengas con esa mierda de soldados porque de no haber actuado, todos hubiéramos terminado muy mal—Toni Stark dio una dura palmada a la mesa metálica mientras observaba con creciente ira al Alfa líder de su manada.
—Toni, por favor, tranquila—susurró Bruce Banner tomándola de la mano, mientras desplegaba sus feromonas para tratar de calmar el ambiente. Aquel gesto incomodó demasiado a quien es su alfa confesado, pero, ambos sabían que tenían que mantener la situación bajo control.
Desde que Fury había pedido que Toni pasará su celo con Steve, las cosas se habían puesto mucho más hostiles entre ellos, provocando que el equipo estuviera alerta y en tensión constantemente.
Steve dio un fuerte puñetazo a la mesa metálica, provocando un fuerte sonido y una abolladura a la pobre.
—¡Inconsciente, irrespetuosa!, tu, sigues aquí, respirando, y haciendo lo que te plazca porque soldados como nosotros salvamos tu trasero—vociferó Steve ya casi perdiendo los papeles— y precisamente, porque no tienes ese entrenamiento es que te pones en peligro.
—¡Soy la maldita Ironwoman!, y, si leíste el informe de lo que fue mi camino para llegar hasta aquí, sabes que puedo cuidarme perfectamente sola.
—Pues no lo parece, te pusiste en peligro de forma arbitraria y temeraria sin importarte los miembros de tu equipo, tu, fuera de aquí puedes hacer lo que quieras, pero, mientras estés en mi equipo harás lo que yo diga, no quiero cargar con tu muerte solo porque a ti se te da la gana.
—Estas muy equivocado si piensas que voy a seguir tus órdenes como un perro fiel, yo tengo autonomía sobre este equipo, soy la segunda líder al mando, lo cual quiere decir que estoy capacitada para tomar las mejores decisiones y si eso no te parece, pues te aguantas.
—Chicos, creo que es mejor que nos calmemos un poco—Natasha intentó interrumpir el inminente choque, pero sus líderes ya estaban muy lejos como para retornar.
—¿Que me aguante?—Steve respondió con hiriente incredulidad—como puedo tomar en cuanta a alguien como mi mano derecha cuando ni siquiera se viste apropiadamente, ¿donde está tu traje de seguridad? No estamos en una de tus malditas juntas de negocios, respétate y respetamos a nosotros.
—¡¿Qué diablos hay de malo en mi traje?!—Toni se abrió su saco gris oscuro, mostrando que, debajo de este solo llevaba un Corset Charmain de encaje en tono gris perlado, que hacía resaltar generosamente su busto; su conjunto, con el pantalón de sastre del mismo color del saco se complementaba con unos zapatos rojo brillante de tacón de aguja. Una maravilla arquitectónica para unos y una trampa mortal para otros, que Toni manejaba a la perfección.
—Mi traje—continuó—es un Versace hecho a medida, muy elegante que no deja a relucir nada que no hayas visto antes y si quieres criticar mi forma de vestir, por qué no lo haces también con Natasha que tiene un escote que le llega al ombligo.
Obviamente estaba exagerando, pero, Natasha disimuladamente comenzó a subir el cierre de su traje, tratando de no meterse en el camino de esos dos.
—¡No estamos hablando de Natasha, estamos hablando de ti y tu falta de respeto por nosotros! —Steve tenía las manos apoyadas en su silla, sus nudillos, blancos por la fuerza que empleaba al tratar de contenerse.
—Ah, claro, a ella no le dirás nada porque es una alfa, en cambio yo, al ser una Omega todos los estigmas están bien para mi, ¿no es así?
Un fuerte estruendo sobresaltó a todos cuando Steve tiró la silla de metal—de la cual se había estado sosteniendo antes para evitar irónicamente cualquier arranque de ira— a la pared, causando la deformidad de ambos objetos.
—¡Salgan todos, ahora!—exclamó exaltado utilizando la voz de mando.
Todos y cada uno de los presentes se retiró, menos Toni, obviamente.
—Tus comentarios racistas, francamente me tienen arto, ¿cual es tu problema?
—¿Mi problema?, yo no tengo ninguno, el asunto aquí es que eres un maldito hipócrita, además de machista con las Omega mujeres, pero era de esperarse de alguien criado en los cuarenta.
—Tu, no sabes absolutamente nada de mi, niñita y sinceramente no me interesa congraciarme ante una Omega tan engreída y déspota como tu.
—Tu eres un Alfa idiota que cree que tiene la verdad de su lado, pero déjame decirte que no es así.
—Tu eres una Omega terca y egocéntrica, que no le importa nada más excepto si misma, aun no entiendo como llegaste hasta aquí.
Toni inspiró ahora si muy indignada, que pusieran en tela de juicio su trabajo, era algo que no iba a permitir.
—Para tu información, a mí me reclutaron para ser parte de esta manada y, si te tomaste la libertad de leer, o en su defecto, entender lo que leías, mi camino hasta donde estoy parada actualmente me lo labre a base de sangre, sudor y lágrimas, lo mío, no vino de una puta botella.
—Eres una Omega irrespetuosa.
—Y tu un Alfa retrógrada y machista.
—Tu, eres una Omega tonta y estúpida que no sabe absolutamente nada de la vida.
Bien, esta vez se había pasado, Steve lo supo en cuanto Toni lanzo un grito escandalizado mientras tomaba una silla y la arrojaba a la pared más cercana. No causó el mismo daño que Steve, pero hizo más ruido.
Ambos se acercaron listos para acabar con esta tensión de una vez, aquí, en este preciso momento no existían los géneros, solo habían dos guerreros ofendidos que iban a arreglar sus asuntos sacándose el alma a golpes.
Cuanto Toni lanzó el primer golpe, Steve lo esquivó a penas, pero, ya tenía una de sus manos levantadas y se aprovechó de que ella había tenido la guardia baja y la tomó del cuello, para luego levantarla por encima de sus pies.
Con una agilidad increíble, Toni había envuelto sus piernas en torno al cuello de Steve mientras se sostenía de sus antebrazos, practicándole una llave a su cabeza digna de la UFC. Para cuando el Alfa de su manada la empotró contra la mesa metálica, ella ya había cerrado la llave, de modo que el rostro de su contrincante quedará atrapado justo sobre su intimidad.
El golpe, la presión ejercida en su cuello por aquellas enormes manos y aquella presión deliciosa en su feminidad la hicieron soltar un gemido involuntario. De pronto, el ambiente cambió súbitamente cuando Steve abrió la boca grande y mordió la zona íntima de la exuberante mujer que lo tenía atrapado, con la suficiente fuerza como para arrancarle otro gemido. Entonces, comenzó a presionar su rostro aun más en aquella zona que comenzaba a humedecerse, el fuerte y delicioso aroma a café recién pasado y a chocolate amargo saturó sus sentidos, por lo que, intentando obtener más comenzó a lamer. Sus manos hace rato habían dejado el esbelto cuello de la joven para posarse en sus más que generosos pechos, presionándolos con fuerza suficiente para provocarle aún más placer, cosa que así, la entrada a la gloria estuviera más húmeda.
Con morboso placer, Steve sintió como Toni arañaba de forma sensual sus antebrazos, hasta que sus delgadas manos tomaron su cabeza, ejerciendo más presión en su zona, a la cual prestó especial atención, lamiendo, mordiendo, moliendo su rostro hasta que sintió como sus piernas se tensaron a su alrededor y la zona en donde estaba masajeando se mojó aún más. La había hecho llegar al orgasmo con solo unos roces, Steve se sintió el ser más poderoso del mundo y, antes de perder el control del todo, se separó de ella.
—Quítate los pantalones o vete de aquí, no podré controlarme más tiempo.
Toni podía jurar que no habían visto en su vida cosa más sexy que el capitán Rogers necesitado. Su rostro y cuello sonrojados, su frente pelado de sudor, sus labios rojos e hinchados y sus pupilas dilatadas por el deseo carnal le arrancaron un gemido. Sus manos, automáticamente abrieron sus propios pantalones.
—Tu y yo sabemos cómo debemos arreglar esto—se sentó rápidamente para unir sus labios en un furioso beso, mientras ambos forcejeaban para quitarse la ropa necesaria para su explosivo encuentro.
Toni logró quitar la parte de arriba del traje de Steven mientras con agilidad abría la parte de abajo para sacar su miembro. Lo primero que pensó fue:
"Diablos, no me va a entrar ni aunque le rece".
Lo segundo fue: " ¡Uhm, Yumi!"
Aquella cosa tenía el grosor de su antebrazo, pero en vez de asustarla, comenzó a mojarse aun más. Algo que fue totalmente aprobado por Steve, quien gruñó al quitarle sus pantalones y separar sus muslos. Ella sabía lo que él estaba viendo. Llevaba unas medias con ligero de encaje, junto a una diminuta tanga del mismo color que su corset. Steve le abrió las piernas todo lo que podía y enterró su rostro en su húmeda y necesitada feminidad, como el salvaje que es, solo hizo aun lado su pequeña ropa interior y comenzó su devorarla como un muerto de hambre.
—¡Oh por... Jarvis!
La puerta se cerró automáticamente justo cuando Steve la hacia llegar nuevamente al orgasmo con su lengua muy enterrada en su interior.
Steve, se sorprendió gratamente cuando descubrió el motivo de la excesiva humedad de la mujer.
—Lo siento, hago Squirt—se avergonzó por primera vez en su vida.
Steve solo sonrió sucio mientras se elevaba toda su altura y jalaba sus caderas al borde se la mesa, solo para alinear su miembro con la entrada a la gloria, la fue penetrando centímetro a centímetro y, cuando no pudo contener más sus rugidos, la beso con hambre renovada. Desde allí, la comenzó a penetrar duro y profundo, los sonidos obscenos que hacían sus pieles húmedas al chocar entre sí, lo único que hacía era excitarlos más. Las paredes internas de Toni lo aprisionaban al punto del dolor, pero el placer era tan intenso que lo precipitó directo al abismo.
Toni arañó su espalda y mordió sus labios cuando el orgasmo más bestia la golpeó, provocando que Steve la llenará con su simiente. Ambos estaban tan borrachos de placer que ni se percataron de cierto bulto formándose en la base del pene del Alfa.
Sin previo aviso, Toni explotó en carcajadas, unas muy contagiosas la verdad, ya que, Steve se descubrió riendo también.
—¿Que es tan gracioso?—preguntó mientras lamía y mordía sus pechos perfectos, ni tan grandes, ni tan pequeños, cabían a la perfección en sus manos, como si hubieran estado hechos para ellas.
—Nosotros—comentó con un gran suspiro de saciedad—yo quería partirte los huesos a ti, no que tu me partieras por la mitad con ese monstruo que tienes entre las piernas.
—Si, bueno, la idea que tenía formada en la cabeza de como acabaría un enfrentamiento cuerpo a cuerpo contigo, tampoco terminaba así.
Ambos se miraron por unos instantes, para luego romper a reír nuevamente.
—Ni que lo digas, esto fue realmente inesperado—Toni se removió un poco, notando por primera vez que Steve aún estaba duro dentro de ella y de cierta presión estirando su entrada—Espera ¿me anudaste?
Steve pestañeo sorprendido e intentó salir de su cuerpo, ambos soltaron un gemido de dolor y placer ante el brusco movimiento.
—Eso parece—Steve comenzó a sudar frío.
—¡Carajo!, no puede ser—Toni comenzó a temblar
—Solo significa una cosa.
                                 [°°°]
—¡¿Que tu hiciste que?!—Sam lo miró incrédulo ante sus palabras— debe haber un error.
—Por supuesto que lo hay—respondió Bucky muy serio—debes estar confundido, hermano.
Steve suspiró, decirle a tus amigos que habías abusado de una chica, no estaba dentro de sus temas favoritos de conversación, pero, necesitaba hablarlo con alguien.
—Abuse de Toni Stark, esa es la única verdad—le dio un largo trago a su vaso con ron puro—me siento como un miserable.
—Punk, habla claro y no omitas ningún detalle, dinos que pasó después de que nos echaste de la reunión y te quedaste con ella.
Steve les relató todo, desde sus palabras hirientes hasta el bochornoso incidente en donde ella le hizo una perfecta llave a su cabeza, el cómo perdió el control. Lo demás lo dijo en forma general, no quería contar nada más de ella, eso quedaría en su memoria por el resto de la eternidad.
—¡Carajo!, hiciste lo que la mayoría de nosotros no hizo nunca, te tiraste a tu crush y a la primera.
—¡Sam!—lo amonestó Bucky—Steve, estas metido en un serio problema, si la anudaste solo significa que...
—Que es mi destinada Bucky, al fin la encontré y me detesta a muerte—otro trago de ron comenzó a quemarle las entrañas.
Había una leyenda que decía que, todos en el mundo tenían un alma gemela que en cuanto te acostabas con esa persona especial y la anudabas a la primera y sin celo de por medio, era la señal inequívoca de que habías encontrado a tu destinado.
Ambos sabían de aquella leyenda a la perfección. Por eso le dolió tanto cuando Toni se vistió como pudo —una vez su nudo bajo— y salió corriendo de ahí, gritándole que era un idiota y que jamás se uniría a él, ahora menos que nunca.
—Amigo, eso si es una tragedia, tu la amas desde hace cuanto, ¿cinco años?—Steve asintió— pues, míralo de esta forma, tienes suerte.
—¿En serio? —su voz estaba teñida de incredulidad.
—Si—Bucky rodo los ojos—Lo que pasó entre ustedes fue consensuado, no premeditado, pero consensuado, entonces, eso quiere decir que no te es indiferente después de todo.
—Su celo está cerca Buck, eso la debe haber predispuesto a...
—Hasta donde sé, ella toma fuertes supresores, tan fuertes que podrían tumbar a diez Omegas, ¿sentiste su aroma libre en algún momento?
Steve negó, pensando que él había captado su aroma directo de una de las fuentes, más no lo había sentido rodeándolo.
—Lo que quiere decir que no estaba siendo influenciada por su celo, sino que, te deseaba y mucho.
Una pequeña llama de esperanza comenzó a encenderse en su frío corazón. Estaba enamorado de esa Omega altanera y déspota desde que la vio por primera vez sin ese traje de mujer dura. Aquella vez, cuando Hulk, Thor y Natasha la ayudaron a salir de aquel infierno a donde se la habían llevado para fungir de incubadora.
La vio arrodillada en medio de la cama de la enfermería del complejo, abrazada a si misma mientras lloraba amargamente. No sabía si de rabia, de alivio o una combinación de ambas. Pero, verla así, sin esa careta de tipa dura, a Steve se le antojo lo más adorable del mundo, así como hermosa y poderosa.
—Esa mujer nunca me va a amar, me detesta y el hecho de que me haya dejado entrar en su cuerpo no dice nada—prefirió matar de raíz aquella esperanza antes de que sea demasiado tarde.
—Podría decir muchas cosas, solo es cuestión de saber interpretarlo—Bucky toco su hombro para consolarlo—lo primero que harás será hablar con ella.
—Bucky...
—Ya, Steve, debes hablar con ella, si reaccionó como lo hizo fue porque todo esto también debió ser un shock para ella, somos conocedores de las leyendas, pero ella es una mujer de ciencia y aunque tiene conocidos que son destinados, ella nunca lo creyó del todo, ya que, nadie va diciendo por allí el cómo en un acoston casual te encontraste con el amor de tu vida.
—Cómo casualmente, les sucedió a ustedes— concluyo Bucky con una sonrisa—¿como no nos dimos cuenta antes?
—Era lógico, tantas peleas, tanta tensión, los polos opuestos se atraen, dicen por ahí, ustedes son el uno para el otro.
—No voy a hablar con ella, dejó muy claro que no quiere nada de mí y no la pienso forzar a que me acepte—Steve seguía terco—saben qué, voy al baño.
—¿Estas pensando lo mismo que yo?—Bucky le dirigió una mirada perversa a Sam en cuanto Steve salió para el baño.
—Quizá, dame su teléfono—comenzó a  escribir rápidamente—listo.
Dejó el teléfono en la mesa y esperó a que Steve regresara, en cuanto se sentó nuevamente junto a ellos, la pantalla brilló con un mensaje.
—Mira punk, tienes un mensaje.
Steve cogió su teléfono, era un  mensaje de Toni.
"Hoy, 7:30 pm, en mi taller de la base"
                                [°°°]
—¿Que tu hiciste qué?
Toni tomó un largo trago de su vaso con escocés.
—Tuve sexo salvaje, sudoroso e irresponsable con Steve Rogers—respondió con un nudo en la garganta.
—Él, ¿abuso de ti?—Pepper ya estaba preparando los argumentos para la demanda contra Steve en caso la respuesta fuera afirmativa.
—¿Que? ¡No!, por madame Curie, Pepper.
—Tenía que preguntar, estas próxima a tu celo y ...
—Pepps, estaba caliente, pero muy consciente de lo que hacía, yo también lo deseaba, desde hacía tiempo si soy sincera.
No lo iba a negar, Steve siempre le atrajo, era algo que no podía explicar, pero, desde el día en que lo vio, quería cogérselo a lo salvaje y atarlo a ella para siempre, ese era motivo suficiente para odiarlo por hacerla desear amarrarse a un alfa. Ahora que entendía el porqué de aquel deseo irresistible que sentía por él, lo odiaba aún más porque sabía que no podría tenerlo.
—Entonces, ¿que piensas hacer?
—Nada, buscaré a alguien para pasar mi celo ya que tu no me quieres ayudar y me mantendré totalmente lejos del Capitán perfección.
Pepper soltó una carcajada para nada femenina.
—Toni, sabes que te quiero, pero mis afectos no llegan hasta ahí.
—Alfa agua fiestas.
—Deberías hablar con él, quizá si terminó teniendo sexo contigo en la sala de juntas, quiere decir que no te es indiferente.
—No lo sé Pepps, es complicado—finalmente su voz adquirió un tono sentido— Steve me detesta y su carácter remilgado siempre saca lo peor de mi, yo no quiero estar atada a alguien que ni siquiera resiste estar cerca de mi ni cinco minutos.
—Los polos opuestos se atraen, Toni, es tu destinado, dale la oportunidad de conocerte y así lo conoces a él.
—Eso no aplica para nosotros.
—He visto como te mira y es más que obvio que tu también le gustas, solo necesita un empujoncito para que dé el primer paso, porque, vamos, ambas sabemos que tu no eres una manzana acaramelada.
—¿Tu crees?— su corazón comenzó a latir esperanzado.
—Si, sus ojos brillan cuando te ve, lo he visto también ensanchar sus fosas nasales tratando de capturar tu aroma cuando estas a su lado.
Toni se lo pensó por un momento, si recordaba todas las veces que había discutido con Steve y analizaba el trasfondo, era muy probable que le buscara pelea por celos. Si, había un patrón en ello, siempre discutían cuando salía con alguien, o cuando llegaba con un atuendo provocativo y todo el mundo se le comía con la mirada. Y se volvía especialmente rabioso cuando el aroma de otros alfas la rodeaban.
De hecho, su anterior traje fue el culpable de que terminara teniendo sexo con él en plena base. Una llama de esperanza comenzó a flamear en su interior.
—Creo que tienes razón, querida.
Y como si de una señal divina se tratara, su móvil vibró con un mensaje. No conocía el número, pero, no era necesario, sabía quien era.
" Stark, necesito hablar contigo de un asunto importante, dispone tu la hora y el lugar que yo estaré allí, pero, eso si, usa minifalda. Atte. S. R"
Toni soltó una carcajada ante tal atrevimiento y respondió de inmediato. Con una enorme sonrisa, tomó la mano de Pepper y la jaló a su habitación, una vez allí escogieron el atuendo perfecto para la ocasión. Era una falda plisada en color negro, no muy corta, quería verse elegantemente fácil para él. El atuendo lo complementaba con una blusa de color azul, muy cercana al color de los ojos de Steve, esperaba y captará el mensaje. Obviamente las medias negras, el ligero y los zapatos de tacón negro con suela roja no podía faltar.
No necesitó de maquillarse mucho, ya que su belleza es natural, dejó su frondosa cabellera castaña suelta para darse un aire salvaje e irresistible, como para que caiga en cuanto la vea entrar.
Había terminado de vestirse con el tiempo justo para salir a la base, tomó los condones que Pepper le lanzó en el aire y subió a su auto, manejó como una desquiciada hasta el centro de la ciudad y llegó justo a tiempo.
El atuendo que había escogido era el correcto, ya que todos con los que se cruzó literalmente estaban babeando el suelo.
Apresuró sus pasos para meterse en el ascensor, tecleo el código de verificación y el armatoste se comenzó a mover. Por primera vez en su vida estaba nerviosa, sopesando en la posibilidad de que si llegaban a entenderse, cerraría el mejor trato de su vida. Estaba cruzando los dedos para que eso sucediera cuando las puertas se abrieron y el olor dulzón de un Omega muy dispuesto le golpeó la nariz; salió de inmediato para ver que sucedía y vaya sorpresa que se llevó.
Allí, parados frente al laboratorio de su Brucie Boo estaba esa Omega odiosa del departamento de investigación besándose con Steve.
—Veo que no tienes urgencia para hablar conmigo—en un impulso, dejó libre sus feromonas, demostrando que estaba más que furiosa, ella era una Omega dominante, por lo que no le pareció extraño el encogimiento de aquella mujer y el temblor en el cuerpo de Steve.
—Toni, no... ¡espera!
Toni simplemente dio media vuelta y salió de allí con toda la dignidad de la que disponía.
                                [°°°]
—¿Donde está Stark?
—Capitán, por enésima vez le digo que, no se donde está y aunque lo supiera—cosa que si sé— no se lo diría.
Steve estaba hecho una furia, Toni se había ido desde hacía ya cuatro días a Dios sabe dónde y no le había permitido explicarse.
—No me iré de aquí hasta que me diga donde está—intentaba intimidar a la alfa mano derecha de su pequeña niña, pero, estaba resultando en vano, esa mujer tenía el aura de comerse a sus enemigos crudos y sin ningún tipo de aderezo.
—Capitán, hasta donde sé, ella lo vio besándose con otra mujer cuarenta y ocho horas después de que ustedes habían intimado, enterándose en el proceso que eran destinados, dígame, ¿como se hubiera sentido usted en su lugar?.
—Eso es lo que quiero explicarle—suspiro Steve cansado, tomando asiento frente a la mujer— fue un mal entendido, yo no la estaba besando, ella me beso a mi por sorpresa, Toni llegó cuando la estaba alejando de mi. Yo no quiero a nadie mas que a Toni.
Pepper entorno los ojos, sopesando las palabras del hombre y observándolo con detenimiento. Se veía cansado, demacrado y hasta podría jurar que había perdido las ganas de vivir. Si, estaba enamorado de su jefa y mejor amiga y probablemente estuviera diciendo la verdad.
—Digamos que le creo, dígame, ¿que intenciones tiene con Toni?
—Las mejores—el sonrojo en sus mejillas lo delató— yo quiero cortejarla y si ella me acepta, ser novios y quizá con un poco más de tiempo conociéndonos, quisiera casarme con ella.
—Ella no quiere nada de eso, no quiere atarse a ningún alfa, no quiere ser doblegada por nadie.
—Y no lo haré, acepte o no que la corteje, nunca le cortaría las alas de ninguna manera.
Pepper entrecerró los ojos nuevamente, las palabras y la actitud del capitán ante esta situación parecían ser sinceras y Dios sabía que ella solo quería lo mejor para Toni, pero, antes que nada, estaba su lealtad para con ella.
—Lo siento, Capitán, pierde su tiempo conmigo, no puedo decirle donde está ella, ahora, si me disculpa, tengo una junta muy importante.
Steve hundió los hombros derrotado, se levantó de su asiento y salió de las industrias Stark, sopesando sus posibilidades.
"¿Capitán?"
—¿Jarvis?—Steve se sorprendió mucho, ya que solo tenían interacción con la I.A. cuando estaba en misión y mientras llevara el auricular puesto.
"Capitán, la señora Stark se encuentra en el centro de la ciudad, en uno de sus departamentos, la dirección ya está cargada en su móvil y el GPS en su motocicleta ya está activado"
—¿Pero que...
"Solo vaya, Capitán, antes que llegue el servicio que contrató mi señora"
Steve no necesitó nada más para subir a su moto y arrancar, siendo guiado por Jarvis hasta el departamento de esa testaruda Omega que muy probablemente ya habría entrado en celo.
No le tomó ni diez minutos llegar a su destino, dejó su vehículo en cualquier lugar y salió corriendo hacia el edificio, justo a tiempo de escuchar como un alfa fornido, rubio y con cara de pocos amigos preguntaba por el encargo que le había dejado la señorita Stark. Las fosas nasales de Steve de abrieron al sentir el aroma del alfa, su cuerpo se preparó para pelear por su Omega.
"Capitán, usted siga directo al ascensor y no se detenga"
—Pero...
"Confíe en mi, capitán, mi señora lo necesita"
Con un gruñido Steve siguió de frente hacia el ascensor que ya lo esperaba abierto de par en par; no necesitó presionar ningún botón, ya que Jarvis lo llevó directo al Pent-house que era propiedad de Stark. En cuanto las puertas se abrieron, el aroma fuerte de un Omega en celo hizo su cuerpo vibrar a la vida, el exuberante aroma de granos de café recién tostados y chocolate caro le hicieron agua a la boca.
—Ya era hora que llegaras, haré que lo descuenten de tu paga—Toni hizo su aparición en escena, vistiendo únicamente una bata de seda negra.
Su cabello castaño lo llevaba suelto y alborotado, desde donde estaba podía ver el sonrojo de su piel y como unas gotas de sudor caían por su hermosa frente.
—¿Rogers? ¿Que haces aquí?
El mencionado salió de su aletargamiento en cuanto ella pronuncio su nombre.
—Yo... Quería hablar contigo.
Su voz ronca y profunda le arrancó un gemido necesitado a Toni, provocando la reacción del cuerpo de Steve.
—Como podrás ver, no estoy en condiciones de hablar— con un andar sensual, se fue acercando poco a poco a Steve.
—Lo se, solo quiero que me escuches y después me iré— intentó respirar lo más superficial posible para que el aroma de Stark no le nublara la razón—Lo que viste hace unos días, fue un mal entendido, yo no besé a esa mujer, yo...
—Tu me quieres, puedo sentirlo—Toni se acercó lo suficiente a Steve como para alcanzar sus labios si se ponía de puntillas.
—Si—estaba a punto de caer, tenerla tan cerca era demasiado para su pobre corazón.
—Entonces ¿Por qué la besaste? —Toni tomó la nuca de Steve para luego enredar sus dedos con la hebras doradas y tiró ligeramente.
—No lo hice—gimió necesitado—fue ella, yo solo te quiero a ti, yo solo te deseo a ti.
Entonces, Toni sonrió como solo ella sabe hacerlo.
—Eso quería escuchar.
Rápidamente, la mujer se puso sobre sus rodillas y ante la mirada atónita de Steve, comenzó a desabrochar sus pantalones, para luego tomar su miembro en su boca, centímetro a centímetro.
Steve soltó un gemido entre sorprendido y excitado, agarrándose de donde podía mientras la mujer de sus sueños le practicaba una felación espectacular. Venirse dentro de su boca fue tan brutal que por un momento creyó que se había quedado ciego y sordo, pero, si que pudo oler sin dificultad alguna el pesado aroma de su Omega entrando finalmente en celo. Por lo que, —más guiado por el instinto que por la razón— la tomó en sus brazos, dirigiéndola al enorme sillón que había vislumbrado cerca de la entrada del Pent-house.
La besó con desenfreno, probo con gula su tostada piel, dejando las marcas suficientes como para hacerle saber a quien posara sus ojos en ella que ya tenía dueño, y uno muy posesivo.
Cuando Toni se vino gracias a su ágil boca, el peso de lo que estaba haciendo disipó un poco su mente, que sus dientes se afilaran no tenía nada que ver, claro que no.
—No... Espera... No podemos, mejor dicho, no así—Steve se alejó de su cuerpo, pero ella, ágil como es les dio la vuelta, de modo que era él quien yacía en el sillón y ella lo montaba.
Aquella imagen de verla a ella con la batalla de seda cayendo de sus hombros mientras le mostraba su cuerpo desnudo, era demasiado erótico como para soportarlo sin perder la cordura.
—Si podemos, tu me quieres...
—Pero tu a mi no, te arrepentirás de esto, lo sé...
—Tu no sabes nada beloved, pero, no te preocupes, conversaremos durante la cena de compromiso.
Steve no tuvo tiempo de replicar porque Toni se lo había introducido de golpe en su húmeda, sedosa e hinchada cavidad, arrancándole un gemido agónico junto con otro orgasmo igual de bueno que el anterior.
En ese momento de intimidad, ambos se besaron con ternura, diciéndose palabras dulces y promesas de amor, claro, siempre y cuando Steve no esté penetrándola con vehemencia, o Toni no tuviera la boca ocupada.
                                [°°°]
—¿Me estas diciendo que me manipulaste todo este tiempo?—a pesar de lo duras que sonaron esas palabras, la sonrisa que partía el rostro de Steve era de genuina alegría.
—Si y no, Bruce ya me había dicho lo que pasó con esa mujer, pero, yo aún estaba dolida y quise vengarme, pero al final desistí y cancele el servicio, pero el tipo no contestaba, por eso lo estaba esperando, pero te juro que yo no sabia que Jarvis se había comunicado contigo.
—Eres, realmente increíble—Steve besó a su magnífica y loca esposa, mientras acariciaba su abultado vientre.
—Yo solo quería saber que salón escogerían para festejar su aniversario de bodas, no enterarme que fui producto de una calentura irresponsable—Peter, de veinte años miraba horrorizado a sus padres.
—Rayos, no quiero ni imaginarme en qué circunstancias fuimos engendrados nosotros—Harley de dieciocho observo a su hermana gemela, Sara Mary estremecerse del miedo.
—Si bueno, eso fue muy curioso, verán...
—¡No!—gritaron sus cachorros en coro, provocando la risa más que feliz de Toni.
Si, desde que había tenido su primer encuentro con Steve resultó que había quedado embarazada de Peter y no le quedó de otra más que apresurar su boda, ya que ni muerta usaría un vestido holgado. Ambos hablaron de forma adulta y responsable, dejando todo su asunto en claro, pero parece que omitió decirle aquel pequeño detalle de que ya sabia sobre sus sentimientos y que había echo eso solo para hacerlo pagar.
—Eres realmente increíble—susurró Steve contra el cuello de su amada esposa, acariciando con la punta de su nariz la marca.
—Si, bueno, al final me casaste, ¿o no?
—Si y  no hay día que no agradezca por ello.
Ambos se volvieron a besar y ante las protestas de sus hijos soltaron una carcajada. Si les preguntaban, ellos no cambiarían absolutamente nada de sus vidas. Aunque, si hubieran sabido que solo bastaba con el celo de alguno de ellos para atar al otro, estarían casados desde mucho antes.
¡Bendito sea el celo

One Shots Stony y MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora