Nota: Esta historia llega gracias al auspicio de RRogersStark, espero y haber llenado tus expectativas, sin más, feliz lectura a tod@s.
•••-Necesito que me digas como volviste a la vida.
Loki giró para enfrentarse a la persona que osaba hablarle con tan imperioso he, irrespetuoso tono.
-No es de su incumbencia, soldado-respondió airoso.
-Por supuesto que lo es-Steve supo que era momento de cambiar de tono por la ceja alzada del semidiós-Loki, por favor, mi hija no deja de llorar todas las noches llamando a su papi, mi hijo es un fantasma que vaga por la casa culpándose por no haberlo salvado y yo, yo no sé que hacer para ayudarlos, no sé que hacer sin él.
Steve cayó de rodillas mientras las lágrimas salían de sus ojos. Cualquiera diría que ya estaba seco después de llorar por meses, pero, no era así, él lloraba la pérdida de su amor todos los días y sus noches, añorándolo, extrañándolo.
Todo el mundo intentaba hacerle ver que debería recordarlo como era, como un héroe y él no dudaba de sus buenas intensión, pero, ante sus ojos, era facial para ellos decir eso, ya que habían recuperado lo perdido, incluso Bruce quien había traído milagrosamente a Natasha con aquel chasquido.
Todo el mundo estaba feliz, menos él y sus hijos, a quienes el destino había castigado con la pérdida del único hombre que los mantenía en el camino correcto.
Loki hizo una mueca de dolor al ver lo demacrado que estaba el orgulloso Capitán América, aquel que un día lo enfrentó con bravura y furia. Verlo convertido en un guiñapo, no le causaba ningún placer, pese a la creencia popular.
-Steve, Stark está muerto y no hay nada que se pueda hacer para remediarlo.- Aquellas palabras quemaron su boca, sabiendo que en parte, no eran verdad.
-Por favor, Loki, por favor, ayúdame, ayuda a mis niños, haré lo que sea para traerlo de vuelta, tu harías lo mismo si fuera Thor.
Loki cerró los ojos, apesadumbrado con la idea de haber perdido a Thor, Steve no tenía ni idea de lo que sería capaz de hacer por su hermano, ya había muerto una vez por él y esa era prueba suficiente de que haría cualquier cosa, dentro o fuera de sus manos.
En serio quería ayudarlo, pero no estaba seguro de qué tan alto sería el precio a pagar.
-Lo siento, no puedo-desapareció en un destello dorado y verde, apareciendo minutos después en su habitación.
Se encontró a Thor, acostado en la cama viendo a su pequeña hija dormir. De tan solo pensar que podría perderlos, le daban escalofríos, había luchado con todo por estar aquí, entendía a Steve más de lo que quisiera.
-En verdad me diste una hija perfecta.
-Ciertamente, lo es.
-Si el precio es de rango divino, déjame pagarlo a mi. -susurró Thor acariciando la mejilla de su nena de nueve meses.-Steve y su familia merecen lo que todos nosotros tenemos.
-Tienes razón, pero, los tratos mágicos no funcionan así, él o los involucrados deben pagar el precio.
-Entiendo, entonces, ¿no hay nada que hacer?
-No lo sé, pero, no te preocupes, lo averiguare en estos momentos.
-Te cuidado, vuelve a mi pronto-susurró Thor con miedo. Temía perderlo en cualquier momento, era comprensible su miedo, ya que una vez lo había hecho.
-Siempre volveré contigo de una forma u otra-Loki le Guiñó un ojo-Celesta...
De inmediato, un portal de color negro y púrpura con destellos plateadas se abrió detrás de él y fue absorbido.
En cuestión de segundos estuvo en dominios de la diosa de la muerte, aquella que había sido amante de Thanos una vez y que lo había despreciado por parecerle indigno debido a los crímenes que cometió alguna vez.
-Oh, por mi misma, ya era hora de que aparecieras.
Loki levantó una ceja, sorprendido ante lo dicho por aquella mujer de estatura baja, pero de cuerpo voluptuoso, cintura estrecha, su cabello era largo y castaño, al igual que sus ojos.
-Mi señora, es un placer volver a verla y que haya aceptado verme...
-Ahórrate toda esa parafernalia, se porqué me llamaste y te lo concederé de inmediato-espetó la diosa con un gesto hastiado que le recordó a alguien más.
-¿En serio?
-Si, ¡su alma es insufrible!, a pesar de que está en un lugar en el cual solo los de alma pura residen, no deja de berrear y maldecir su suerte, aparte de que me trata como si fuera inferior a él, ¡a mi, que soy la diosa de la muerte!
-Si, es precisamente por él que estoy aquí-Sonrió de lado, conocedor de lo insufrible que podía ser aquel hombre.
-Bien, llevatelo, pero sabes que, a pesar de que no lo quiero aquí, tendrás que acceder al precio, ¿verdad?
-Lo comprendo.
-Bien, ahora, vuelve a casa y lleva a ese lastre contigo antes de que irrumpa aquí para decirme las veinte nuevas razones de porqué él sería mejor dios que yo.
-Como ordenes, mi señora.
Y así como llegó, Loki regresó al plano terrenal con una preciada carga.
[•••]
Steve estaba exhausto, había tenido un día realmente complicado, las actividades cotidianas sin Tony eran casi imposibles de realizar, sin contar con lidiar con sus felices amigos y sus depresivos hijos.
Había estado por horas en la escuela primaria, tratando de calmar a su hija Morgan, quien no quería estar allí, ella solo quería estar en su casa, acurrucada en su cama junto a él y abrazada a una foto de su papá y a un peluche de Iron Man que su hermano le había conseguido.
Luego de calmar a su niña, tuvo que ir a la escuela de Peter, en donde tuvo que hablar con el director de la conducta poco tolerante y desinteresada que mantenía en los últimos meses, después de calmar al director y maestros y tras arrancarle una promesa a su hijo de que se comportaría mejor en honor a su papá, salió para el complejo, necesitaba supervisar las mejoras dentro del mismo y manejar a los agentes y reclutas ahora que Nat había tomado una excedencia y Fury se encontraba no habido, para variar.
Las mejoras. Bruce, Hank, Janet, Hope, Scott he incluso Shuri, hacían todo lo que podían, pero, para Steve no era suficiente, a pesar de que ellos se esforzaban para cubrir el enorme espacio que dejó Tony, él sentía que no lo lograban, todas esas mentes podrían ser muy brillantes en sus ámbitos, pero no eran Tony.
Cansado, al fin llegó a su casa, aquella que su marido había construido para él y sus hijos, con la esperanza de tenerlos a todos juntos algún día. Al entrar, se sintió de inmediato embargado por un sentimiento extraño, como de premonición.
Había una presencia en la casa.
Tomó su arma de la cartuchera que colgaba de su baja espalda y de forma automática, se dirigió hacia la presencia que sentía. Frunció el ceño al darse cuenta que se dirigía su su habitación; con cuidado abrió la puerta he irrumpió en la misma en la oscuridad, no necesitaba encender las luces debido a que su visión era perfecta.
Sus ojos se posaron en su cama, específicamente en el bulto que sobresalía en la misma, sin dejar de apuntar su arma, retiró la sábana con un movimiento fluido, cayó sobre su culo en cuanto vio lo que había en su cama.
Un jóven. Desnudo.
Un joven totalmente desnudo de la edad de su hijo-calculaba- se encontraba plácidamente durmiendo sobre su cama como si nada.
Su corazón comenzó a latir deprisa cuando el joven volteó su rostro hacia la ventana, dejando que la luz lo iluminara.
-No puede ser... -susurró Steve conmocionado, mientras se ponía de rodillas y con manos temblorosas comenzó a tocar los pies de aquella aparición, con reverencia, comenzó a subir sus manos por sus piernas y muslos, ignorando a propósito su miembro despierto por el sueño, sus manos se posaron en su abdomen.
Con un dedo tembloroso, trazó una cicatriz recta en su bajo vientre, reconocería esa cicatriz con los ojos cerrados, con emoción, le dio un pequeño beso y se maravillo con la textura de su piel. Sus ojos recorrieron su pecho, la cicatriz en medio del mismo también era visible, por lo que también la besó con lágrimas surcando sus ojos. Entonces, llegó a su rostro, aquel maravilloso rostro durmiendo plácidamente, sin ninguna de sus bellas líneas de expresión y sin sus hermosas arrugas provocadas por la edad, sin rastro de ojeras, de barba o bello alguno.
Steve gimió cuando sus dedos se enredaron en su suave cabello castaño voluminoso, mientras restregaba su rostro contra el del bello durmiente. Era él, su Tony estaba con él. No sabía si era real o un producto de su imaginación, pero, antes de que despertara de aquel increíble sueño, le dio un beso suave en sus labios rojos. Sintió las mismas cosquillas, el mismo escalofrío y la corriente eléctrica que circulaba entre ellos era la misma, no había duda, era Tony. Se separó de inmediato cuando su amor se removió, imaginando que tenía las mismas ganas que él de hablar o simplemente contemplarse por horas.
Pero, lo que no se imaginó fue el grito de terror que pegó Tony mientras salía de la cama a toda prisa, buscando algo con que cubrirse.
-¡AUXILIO UN HOMBRE LOBO ME QUIERE VIOLAR!.
-Tony... Cálmate...-Steve se levantó he intentó acercarse, pero Tony retrocedió asustado, aferrándose a la sábana.
-¡NO TE ME ACERQUES! ¡AUXILIO!
-¡Por Odín, cuanto escándalo! -Loki hizo su aparición en ese momento y Tony corrió a esconderse detrás de él. -¿Por que gritas?-Tronó los dedos encendiendo las luces.
-¿Un hombre lobo me quiere violar y pretendes que no haga escándalo?-Se quejó el joven Tony, parpadeando por la luz.
-Oye, ese no es un hombre lobo, iluso-Se quejó Loki mirando hacia Steve, haciéndole una señal para que guardara silencio.
Cuando Tony logró enfocar sus ojos, vio a aquel hombre que lo había besado, su cuerpo comenzó a temblar y su respiración se aceleró. Aquel hombre de cabello un poco largo y rubio, ojos de un hermoso azul y cuerpo de dios griego, era la cosa más hermosa y caliente que había visto. Tony hizo una mueca de disgusto.
-¡Esto es peor, es un viejo!-Soltó horrorizado-¿Dónde me haz traído, hermano?
Loki soltó una carcajada, había lanzado un hechizo a Steve para que no hablara.
-En verdad, eres un caso serio, hermanito, si, es un poco viejo, pero no puedes negar que es guapo-Tony rodó los ojos con un ligero sonrojo- Bueno, este es tu jefe, tienes que cuidar a sus hijos por un tiempo, ¿de acuerdo?
-Mientras no se me acerque con intenciones raras, está bien.-Coincidió mientras le hacia una señal a Steve de que lo estaría vigilando.
Loki tronó los dedos y lo vistió como se visten los jóvenes de esta época.
-Hablando de hijos, están a punto de llegar, será mejor que vayas a presentarte.
-Okey.
-¿Que está pasando? -preguntó de inmediato Steve cuando se sintió libre del hechizo.
-Traje a tu marido de vuelta, pero, siempre hay un precio a pagar, tienes treinta días para conquistarlo y lograr que él se entregue a ti por voluntad propia, nada de forzarlo, solo así recuperará la memoria, su apariencia original y se quedará a tu lado.
-¿Y si no logro conquistarlo?-temía por la respuesta.
-Volverá a los brazos de la muerte y no habrá retorno.
[•••]
-No quiero ninguna niñera, quiero a mi papi-se quejaba la pequeña Morgan en los brazos de su hermano.
-Lo sé, linda, yo también quiero a papi, pero es un favor que tenemos que hacerle a tío Loki, seremos buenos con su amigo, ¿si? -rogó Peter, conocía desde hacía unos meses a su hermanita, pero le bastó para saber que tenía el mismo carácter difícil y bromista de su papá. La había amado desde que la vio y no cambiaría nada de ella, ese era uno de los motivos por el cual la había llevado a una heladería y a un sitio de comidas rápidas a por sus amadas hamburguesas, era bueno saber que ella también compartía su amor por las mismas igual que su papá, al igual que él.
-Está bien, seré buena.
-Esa es mi pequeña damita-Le dio un sonoro beso en sus mejillas antes de colocarla en el suelo para abrir la puerta de su casa.
-Hola, soy Tony, ustedes deben ser los hijos del señor pervertido, a partir de hoy seré su niñera...
Peter dejó de escuchar lo que sea que el joven estuviera diciendo, tembló ligeramente al percatarse de su gran parecido con él, salvo porque era un poco más bajo, calculaba que tenían a misma edad.
Con sus ojos desbordando lágrimas se acercó sin pensarlo y se abrazó al joven, temblando de la emoción de verlo y rogando porque esto no sea un sueño. Casi al instante, los brazos del joven rodearon su cuerpo con fuerza, como si lo reconociera. Su tío Loki le había dicho que un amigo suyo con un problema de memoria se quedaría con ellos, pero, nunca se imagino que, aquel amigo fuera su propio papá.
Peter se separó solo un poco para tomar el rostro de su adolescente padre y limpiar las lágrimas de su desconcertado rostro y, antes de que algo pasara, le dio dos besos en cada mejilla para luego separarse de él.
-Lo siento si te incomode, Tony, es que, en esta casa somos muy efusivos-se excusó, era claro que su papá no los recordaba.
-Me doy cuenta-Parpadeo Tony, sintiendo algo removerse en su interior. Dirigió sus ojos hacia la pequeña que lo miraba con el ceño fruncido y un puchero.
-¿Papi? -susurró Morgan, agarrada a la pierna de su hermano mayor, quien iba a intervenir pero, fue interrumpido por Tony arrodillándose a la altura de su hermana y regalándole la sonrisa más bonita del mundo, aquella que solo les daba a sus hijos.
-No tengo problema si quieres llamarme así, Morgoona.
No se le pensó dos veces y se echó a los brazos de Tony, quien la recibió como si fuera la cosa más preciada en la vida.
Morgan comenzó a contarle a su papi todo lo que se había perdido desde que había partido, Tony, con una paciencia increíblemente infinita se sorprendía y hacia preguntas en las partes correctas del relato, aunque a leguas se notaba que no entendía nada. Peter levantó sus ojos de la tierna escena para ver a su padre llamándolo desde la cocina con una seña, por su expresión, la cosa era sería.
-Pa-Tony, porqué no llevas a Morgan a su habitación, en un momento subiré con algunos dulces y refrescos.
-¡Dulces!-Se emocionó la niña-vamos papi, quiero mostrarte mis dibujos.
Tony la cargó en brazos y antes de salir de la sala, se acercó a Peter.
-No tardes, niño-con una sonrisa hermosa revolvió sus cabellos con cariño.
El corazón de Peter latió tan rápido que dolió. Quizá no supiera quienes eran ellos, pero, en su mente había atisbos sobre ello y eso era bueno. Se dirigió a su padre de inmediato con miles de dudas.
-¿Que está pasando? ¿como regresó papá? ¿Por qué tiene esa apariencia? ¿Va a regresar a la normalidad? Porque sería realmente loco que fuéramos a la misma escuela, ¿Mis amigos les gustará? Pero qué digo, lo van a amar, será divertido tenerlo durante las clases de ciencia, el profesor se volverá loco y Ned que lo admira tanto va a alucinar...
-Hijo, céntrate-Steve rio, adoraba esa parte de su hijo, se parecía tanto a Tony que daba gracias a la providencia todos los días por eso- necesito que me ayudes.
-Okey, okey, dime.
-Escúchame con atención y no me interrumpas-su hijo asintió-Loki hizo un trato con la muerte y trajo a tu papá de vuelta, tengo treinta días para que se enamore de mi y así regresarlo a la normalidad.-sabiamente omitió cierto detalle escabroso.
-Okey, ¿Cual es el problema?
-No sé cómo hacerlo.
-¿Eh? -Peter compuso una cara de extrañeza - o sea, se casaron, ¿no? y nos tuvieron a nosotros, digo, algo debes de saber.
-Si, a tu papá como adulto-remarcó Steve-tu joven papá, que tiene tu edad, es un poco más difícil y más si no quiere acercarse a mi después de lo que pasó en la habitación.
-¿Que le hiciste? -estrechó los ojos Peter, intentando contener su imaginación.
-Nada malo, simplemente se asustó de verme allí, cerca de él, pensó que era un hombre lobo-sonrió Steve rascando su frondosa barba que había crecido descuidada nuevamente.
-Bueno, no lo culpo, le doy la razón a tío Buck cuando dice que un indigente se ve mejor que tu-rio Peter
-Si, supongo que si, ¿me ayudaras?
-¡Por supuesto!, señores, iniciamos el plan "conquistando a papá".
[•••]
Y así empezó el plan de conquistar a un muy joven Tony Stark. Peter le había dado una lista con todas las actividades que podían realizar juntos, le había explicado paso a paso lo que tenia que hacer, según él, no había pierde y él lo creía.
¿El problema? Tony no quería hacer absolutamente nada con él. Cada vez que lo invitaba a alguna atracción para jóvenes, siempre arrastraba a Peter y/o a Morgan con ellos. Siempre le ponía malas caras y se alejaba cuando se quedaban solos, aunque, nunca lo trató de forma mal educada, siempre lo llamaba señor Rogers sin importar que éste le dijera que podía llamarlo por su nombre.
Pero, si a de ser sinceros, él tenía en parte la culpa, ya que se había hecho tan amigo de Peter y sus amigos que sus celos salían a flote y sacaban lo peor de él, cosa que hacia alejarse aún más a Tony de él.
-Estamos en el día veinte ¿Por qué rayos aún no te has acostado con él? -preguntó Loki molesto.
-No sé cómo llegar a él-susurró Steve con dolor.
-Debes saber cómo, es tu marido.
-No lo es, quiero decir, lo es en persona, pero, no en esencia, si por lo menos me recordara las cosas serían más fáciles.
-Es Tony Stark, con él las cosas nunca son fáciles y si quieres que recuerde quien es y se quede aquí, debes seducirlo.
-Estoy más que consciente de eso, se que si no lo conquisto, la muerte se lo llevará y lo alejará de mi y de sus hijos para siempre y estoy desesperado, se me agotan las estrategias para conquistarlo y él no parece ni remotamente interesado en mi.
-Ese es el problema, tienes que seducirlo, no conquistarlo, tienes que despertar su deseo, en cuanto te tenga, despertará su corazón.-espetó Loki con sarcasmo, el rostro de Steve se mostraba escandalizado-oh, por Odín, no me digas que nunca sedujiste a Tony hasta el punto de volverlo una bestia en celo porque no me lo creo, tus hijos son prueba de ello.
-A Tony si, a la versión pequeña de él no-Steve se pasó la mano por el rostro- es tan pequeño, se ve tan delicado y se parece tanto a Peter que, lo único que quiero es protegerlo.
Loki enfureció.
-¡Si no te lo coges, se va a morir, Rogers y yo no podré hacer nada para evitarlo!
-¡Eso lo sé, maldita sea que lo sé!, pero, él se tiene que entregar a mi, nunca forcé a Tony a nada y por más desesperado que esté, nuca lo forzaría.
-¡Entonces, debes hallar una forma ya!
-Lo haré, juro que lo haré.
-Sabía que algo no andaba bien, pero nunca pensé que fuera tan grave.
Steve y Loki se congelaron, el semidiós maldijo en voz alta, debido a su embarazo, su magia se drenaba y le era difícil mantener al margen este tipo de situaciones.
-Me metiste -lo señaló Tony.
-Soy el Dios de las mentiras-se encogió de hombros Loki.
-Buen punto-el pequeño castaño se encogió de hombros - Ahora, quiero saber qué pasa.
Ambos le contaron su descabellada historia y quien era, el motivo y la razón por la cual se encontraba en esta situación. Tony no podía hacer otra cosa que escuchar atentamente, con cada palabra entendía mejor ciertas citaciones y pensamientos que surcaban su mente y no entendía el por qué.
Cuando comprendió que Peter y Morgan eran sus hijos, su corazón se alegró, amaba a esos dos con todo su ser y no podía entenderlo en su momento, ya que nunca le gustaron los niños, pero, ahora si que lo entendía.
Lo de que Steve era su esposo, eso sí que no pudo digerir, el hombre le provocaba sentimientos contradictorios. Primero, le atraía como la luz a las polillas, es tan alto, tan guapo, tan cliente que cada vez que lo ve, no puede evitar temblar y desear que lo acariciara, que lo metiera en su cama y que se lo cogiera lo suficientemente fuerte como para no dejarlo caminar en días. Segundo, le producía rechazo, había algo en él que le provocaba rechazo, se sentía traicionado y herido y no entendía por qué, suponía que aquel hombre le habría hecho algo malo para sentir aquello.
Había entendido lo que tenía que hacer, por lo que no era necesario escuchar más. No quería morir, eso lo tenía claro.
-¿Y si no quiero quedarme contigo? -Soltó Tony, interrumpiendo a Steve- ¿y si no quiero ser su padre?, ¿que harás?
El dolor que mostró el rostro de Steve lo dejó sin aliento.
-Eres libre de hacer lo que quieras, lo único que quiero es que vivas, no importa si es lejos de mi, de nosotros, tienes derecho a elegir, ya que en el pasado, no pudiste tener la libertad de hacerlo.
-Oh, vamos. -Se quejó Loki, conocedor de la historia de amor de ambos.
-Está bien, me entregaré a ti, pero, después de eso, me iré.
[•••]
Tony se encontraba recostado en su cama, pensando en los acontecimientos de los últimos días. Hace unas horas, Loki lo había visitado para recordarle que hoy se cumplía el plazo que le había dado la diosa de la muerte. Aquel recordatorio lo hizo entrar en pánico.
Amaba a Peter y a Morgan con locura, pasar los días con ellos era de lo más divertido, había descubierto que tenía muchas cosas en común con Peter, pero compartía el mismo carácter y la astucia con Morgan y era de esperarse, ya que ambos eran sus hijos, no quería dejarlos.
Era realmente bueno sentirse parte de algo, pero, al mismo tiempo lo asustaba.
Era consiente de que debía haberse acostado con el señor Rogers desde hacia tiempo, pero, tenia miedo de quedar atado a él.
En un principio, lo asustó de muerte cuando conoció a aquel hombre más viejo que el mundo, pero, en los días consecutivos, se encargó de mimarlo igual o incluso más que a sus hijos. Con la excusa de salir a comprar alguna cosa para la escuela de Morgan, lo arrastraba a alguna heladería o algún sitio de comida rápida, lo llevaba a los centros de vídeo juegos más modernos que había visto nunca y le permitía jugar las horas que quisiera.
Lo miraba como si fuera la cosa más hermosa y valiosa del mundo y le sonreía mientras hablaban de tal manera que le hacia pensar que lo salia de su boca fuera la fórmula para curar el cáncer o algo así. La otra vez lo llevó a patinar bajo la nieve, sobre el lago congelado que había cerca de la casa. Fue una noche mágica a su parecer; su miedo hacia el hombre había menguado y se había hecho paso a otra cosa, le gustaba, lo amaba. Y al amarlo, quería decir que no querría dejarlo nunca y que tendría que quedarse con él y eso, lo aterraba.
-Hey, es hora de la cena, ¿vamos?-Preguntó Peter desde la puerta.
Tony sonrió, ellos siempre se encargaban de hacer que tomara al menos las tres comidas básicas del día y lo hacían todos juntos. Por decisión unánime, habían optado por no decirle nada a los niños, no querían que sufrieran de forma innecesaria.
-Claro-Se levantó Tony y lo abrazó-¿Que hay para hoy?
-Morgan quería pizza, así que pedimos un par-Peter era feliz mientras abrazaba a su pequeño-en comparación con él-papá, sentía que lo conocía mucho mejor que cuando era adulto- Ayer te vi con papá conversando muy juntos, ¿Te gusta?
-¡¿Que?!, no.
-Vamos, no me molesta si te gusta, todas mis amigas y amigos se mueren por él, en sus palabras, darian un brazo por estar con él-Peter se estremeció-Asco.
Tony rio encantado con el gesto.
-No hay forma de que me guste, o sea, es muy viejo, es más viejo que la biblia y habla de forma anticuada, no se como le puede gustar a alguien, esas personas deben estar loc...
Tony se cayó de inmediato, escuchando la viciosa maldición que Peter soltó y no era para menos. Habían llegado a la sala y se habían encontrado con Steve besándose con una mujer de cabello rubio.
-¿Quien es esa?
-Es la agente Sharon Carter, es la secretaría papá mientras está a la cabeza de S.H.I.E.L.D.
Secretaría. Un clásico.
-Peter, ¿tu hermana y tu tienen algún lugar en donde pasar la noche a parte de este y en donde los pueden cuidar?
-Oye, soy Spider-Man y no necesito que me cui... -Peter cerró la boca de inmediato cuando su padre le lanzó la mirada, aquella que le decía que estaba en problemas -si, pop's, lo tenemos.
-Bien, recoge a tu hermana de la escuela y llévala para allá. Tu padre y yo arreglaremos algunos asuntos.
[•••]
Era oficial, estaba a punto de cometer una locura, llámese entrar a la habitación de Tony y tomarlo por la fuerza.
No se había acercado ni una sola vez a él, pensó que aquel día mientras patinaban, habían compartido un lindo momento, pero, al parecer no fue suficiente para hacerlo ceder.
Con la decisión ya tomada y el terror de perderlo haciendo estragos en su sistema, salió de la ducha envuelto en un albornoz negro dispuesto a todo.
-Vaya forma de demostrarme amor, me pregunto, ¿con cuantos te habrás acostado mientras estuve muerto?
Steve se congeló. Tony estaba parado frente a él vestido con solo una camiseta que le quedaba muy grande, presumiblemente suya.
-No es lo que pien... -se calló de inmediato cuando lo vio quitarse la camiseta, se acercó a él completamente desnudo, lo tomó de las solapas del albornoz y lo besó.
No sabía si era por que aquel beso se lo estaba dando Tony, o porque Steve sintiera amor por él, pero, el beso que le había dado Sharon no tenia ni punto de comparación con éste.
Ardiente, voraz, capaz de hacerlo caer en la peor de las necesidades y hacerlo cometer el peor de los crímenes por solo probar aquel beso una vez más. El roce de su piel suave y caliente, lo transportó directamente a su primera vez juntos tantos años atrás, cuando estaba nervioso y ansioso por satisfacerlo, cuando se embriagó de su aroma y su almizclado sabor decadente.
Gimió de dolor cuando su pequeño castaño se separó de él, pero se recompuso cuando le quitó el albornoz y se embebió con su apariencia. Lo tomó de la mano y lo dirigió a la cama para luego sentarlo en el borde; Tony se montó sobre él y le dio otro beso demoledor, Steve no hacia otra cosa más que gemir como un adolescente ante las caricias y roces indecentes que un joven Tony Stark le regalaba. Rompió el beso cuando el castaño se levantó para alinear su entrada con su feliz erección, la cual disminuyó un poco al ver la ira reflejada en sus hermosos ojos.
-Tony... Espera... Así no... -gimió como si le estuvieron arrancando el alma cuando Tony bajó sobre su erección con rudeza, lo llenó con su semilla mientras caía a la cama por la fuerza del impacto de su prematuro orgasmo. Tuvo a bien sostenerse de las caderas de Tony, ya que éste también se había dejado ir, manchando su abdomen y pecho, el aroma de su estancia sobre su cuerpo fue todo lo que necesitaba para perderse a si mismo en el sexo con el amor de su vida.
-Dios, eso fue increíble, espero y eso no sea todo. -ronroneó Tony.
-Lo averiguaras ahora mismo.
Steve se levantó saliendo del cuerpo de Tony, a quien lanzó a la cama de forma ruda cayendo de espalda sobre la misma. Steve no esperó nada y lo puso sobre su abdomen, levantó sus caderas, obligándolo a mantener su pecho pegado a la cama con una de sus manos en medio de su espalda, le abrió las piernas todo lo que podía y con un solo golpe lo penetró hasta que su pelvis chocó con su perfecto trasero. Tuvo el placer de causarle otro orgasmo a su pequeño entre gritos alocados de placer, su entrada se apretó de tal manera a su alrededor que estaba al borde del llanto por el placer con los gritos y gemidos de Tony de fondo, Steve comenzó a moverse como un verdadero salvaje contra aquel cuerpo pequeño de pliegues suaves y curvas pronunciadas incluso para su edad.
Tony no hacia más que gritar que se lo cogieran más rápido y más duro, la sensación de sentirse tan llenó lo hizo venirse una vez, y otra y una más, antes de sentir que su hombre había hecho exactamente lo mismo que él, ya que su semilla se escurría por sus muslos perlados por el sudor.
Por fin, agotados por todo el placer que habían sentido, ambos se quedaron dormidos, muy juntos.
Poco tiempo después, o eso pensó Steve, fue despertado por una sensación de frialdad en su cuerpo, estaba solo en la cama.
Abrió los ojos de inmediato cuando se sintió observado.
-Se ha ido.
[•••]
Steve llegó a su casa muy cansado, había pasado un mes desde que había liberado a Tony de las garras de la muerte y éste había desaparecido tal y como lo prometió.
Aquel día, Loki había llegado para comunicarle que se había llevado a Tony muy lejos, a un lugar en donde podría estar seguro mientras descubría qué hacer con su vida, ya que, lo había arrancado de las garras de la muerte, pero no había recuperado su memoria ni su apariencia por lo que sabía de Peter y Morgan, ya que cada día hablaban con su papá por vídeo llamada.
Según Loki, Tony no había cambiado debido a que se había entregado a él por despecho y no por amor, cosa que lastimaba mucho a Steve quien, a pesar de ser su marido, se había enamorado nuevamente de él en su versión más joven.
Estaba destrozado por su ausencia, si, pero, al menos no le había roto el corazón a sus hijos.
Tras darse un baño, se metió a la cama totalmente desnudo, a penas y se había secado el cuerpo. Se quedó dormido casi de inmediato, mientras pensaba cuanto más sufrimiento tendría que soportar antes de colapsar.
Mientras Morfeo lo arrastraba a su mundo, sintió como unas suaves manos acariciaban sus piernas, subiendo lentamente por ellas hasta acariciar sus muslos. A las manos, se sumaron unos labios esponjosos y una lengua curiosa que se hacía paso por su hombría, en cuanto tomaron sus testículos en una cavidad caliente y húmeda, sus labios soltaron un somnoliento gemido, sus caderas se levantaron de la cama cuando aquella boca tomó prisionero a su miembro.
Aún preso del sueño y de los recuerdos más húmedos con su amado, tomó entre sus manos una cabeza de cabellos suaves, y comenzó a cogerse aquella boca pecaminosa sin ningún pudor, su cuerpo musculoso se arqueó en una elegante curva cuando se vacío entero dentro de aquella boca.
En su sueño, Tony aprovechó su éxtasis para subir sobre su cuerpo y autopenetrarse con su miembro aún erecto, montándolo de forma salvaje, subiendo y bajando sobre su pene como si la vida se le fuera en ello, su entrada apretándolo al punto del dolor. Todo aquello fue demasiado de soportar cuando aquella boca hábil lo besó y le robó el alma cuando se vino dentro de él, aferrándose a su cuerpo como un hombre moribundo se aferra a su fé.
-Te amo-Susurró el fantasma de su amor antes de caer profundamente dormido.
El ruido de una licuadora siendo usada lo despertó. Steve abrió los ojos y casi se cae de la cama al ver lo tarde que era, se puso su pantalón de pijama y salió de su habitación rumbo a la habitación de sus hijos, pero no los encontró, entonces bajó presuroso las escaleras.
-Lo siento, niños, me quedé dormido ya les preparó el...
-Los niños se fueron hace un buen rato-Steve se congeló en la entrada de la cocina-entraron a la habitación para darte un beso y luego se fueron, estabas tan profundamente dormido que no te diste cuenta y tampoco quisieron despertarte.
Tony sonrió y los ojos de Steve se llenaron de lágrimas al verlo. Él estaba de vuelta. Su memoria y su apariencia, tal como lo recordaba la última vez que lo vio. Su cabello castaño más claro por el paso del tiempo, su barba perfectamente cortada y aquellas líneas de expresión marcadas aún más por el paso de los años lo hacían verse más guapo que antes, vestía un pantalón de pijama y una camiseta blanca que le quedaba grande, presumía que era la suya.
Tony se acercó lentamente hacia él, con manos temblorosas acarició su pecho desnudo hasta tomar su rostro.
-Lo siento, siento haberte dejado solo por tanto tiempo, cap. -Steve cerró los ojos, dejando caer sus lágrimas.
-¿En verdad eres tu?
-Si, mi amor, en verdad soy yo y prometo no dejarte nunca más.
-¿Lo prometes?
-Si, Steve, lo prometo.
Steve lo tomó en sus brazos levantándolo del suelo, haciendo que Tony se abrazada a él con brazos y piernas, mientras se fundían en un beso conciliador, Steve caminó hacia su habitación para celebrar que por fin dejaría de sufrir. Era bueno saber que al final, el plan de Peter de conquistar a papá, había funcionado.
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One Shots Stony y Más
FanficCompendio de One Shots de las parejas de Marvel de mi prelidección.