Aviso parroquial:
Hola a tod@s, es un gusto como siempre saludarlos, esta pequeña historia llega bajo el auspicio de @VioletaMalfoyGranger.
Linda, tuviste una genial idea, espero haber hecho un buen trabajo con ella.
Sin más, feliz lectura, I❤3000[•••]
Las cosas nunca son fáciles en la vida y menos para él, a pesar de tenerlo todo.
Tony Stark es un Omega de diecisiete años, enamorado de la vida, de sus inventos, de su carrera y de cierto alfa de baja clase social llamado Steve Rogers.
Steve no sólo es el amor de su vida, sino también es su pareja destina y no hay día que Tony no agradezca al cielo por eso, a pesar de los obstáculo que pone su padre y las inseguridades del mismo Steve.
—¿En verdad me quieres?—Preguntó Steve mientras acariciaba la espalda desnuda de su omega, aún no lo había reclamado oficialmente en teoría, ya que soñaba con hacerlo cuando tuviera algo más que su vida para ofrecerle, pero, en la práctica, era totalmente suyo.
—Sabes que si—Tony besó su pecho desnudo— tu eres el amor de mi vida.
—¿Aunque tenga esta apariencia?—dudó.
Si bien es cierto, era un alfa y según los estudios realizados— cuando al fin después de varios intentos lo admitieron en el ejercito—arrojaron que era un alfa sangre pura y de alto rango, por no decir que muy probablemente era el único en su clase. A pesar de saber aquello, su apariencia enfermiza, desgarbada y con escasa masa muscular casi similar al de un beta adolescente lo hacía dudar de si mismo. Según los médicos, debido a la mala nutrición y al estrés por el que había pasado mientras crecía, su cuerpo quedó estancado y no se desarrolló como debería de hacerlo alguien de su casta. Esa era una de las razones por las cuales había intentado ingresar con ahínco al ejército, ya que ahí entrenaría lo suficiente para que su cuerpo se dejara de tonterías y finalmente pudiera desarrollarse, eso y que su mejor amigo, casi su hermano, a pesar de ser un omega, había entrado también al ejército y el necesitaba protegerlo.
—¿Qué tiene tu apariencia?—se quejó Tony—eres hermoso y fuerte, adoro cuando me sonríes y tus ojos brillan cual estrellas, eres la cosa más hermosa que he visto jamás.
Y ahí estaba el otro motivo por el cual quería ser alguien mejor, su Tony era lo mejor que le había pasado en la vida y quería protegerlo y ayudarlo. Tony era el heredero de una familia muy influyente y con una cantidad de dinero aterradora, pero, no era feliz. Su padre siempre demostró tenerle antipatía por haber nacido omega y su madre simplemente le era indiferente. Habían ocasiones en las que no podía tocarlo debido a las heridas que su padre dejaba en su cuerpo si cometía algún acto inapropiado ante sus ojos, y él quería acabar con eso, quería hacerse de un nombre y una reputación para que su Tony, una vez lo reclamara, no tuviera que avergonzarse de él y menos convertirse en un motivo más para que su padre lo castigara. Todo sufrimiento que él pasaría de ahora en adelante en el ejército, lo valía por él.
—¿Aunque sea más viejo que tu?—continuó Steve sintiéndose angustiado.
—Oh por favor, Steve, solo me llevas por cuatro años y si, te amo a pesar de todo, con cabello, sin cabello, con dientes o sin ellos, siempre te querré—Tony levantó su rostro de aquel pecho más delgado que el suyo propio—¿Por qué simplemente no puedes creer que te amo tal y como eres?
—A pesar del par de años que llevamos juntos, siento que eres un hermoso sueño del cual voy a despertar pronto, temo perderte—Steve lo abrazo con fuerza.
—No me perderás, mi amor, nunca, te lo prometo—Tony juntó sus narices, disfrutando simplemente del momento, el cual no duró mucho ya que el teléfono móvil del castaño sonó, contestó de inmediato al reconocer el tono de llamada.
—Hey Jar, que su...
"Debes salir de allí, tu padre lo sabe y va para allá"
La llamada se cortó y Tony salió de inmediato de la cama.
—¿Que sucede? —preguntó Steve levantándose también.
—Mi padre—como si hubiera estado esperando a ser nombrado, la puerta de la modesta habitación donde dormitaba Steve comenzó a ser aporreada—Mierda.
Ellos habían terminado de vestirse para el momento en el que la puerta caía en un estruendo.
Dos hombres, alfas, por el hedor a agresividad, se acercaron y tomaron a Steve, uno comenzó a golpearlo mientras él otro lo sostenía. Tony, como era de esperarse se lanzó en pos de ayudar a su novio, pero fue tomado del cuello por otro alfa.
—Siempre supe que serias un problema, pero, jamás me imaginé que serias capaz de entregarte cual ramera al primer imbécil que se te cruzara en el camino.
Howard Stark apareció por la puerta, alto, imponente, sus feromonas de alfa dominante y agresivo saturaban el ambiente, haciendo temblar a los presentes.
—Papá...
Howard levantó un puño y lo lanzó directo al rostro de Tony, haciéndolo caer lejos del agarre de su guarda espalda. Sin asco, Howard lo levantó del suelo de los cabellos.
—¡Suéltalo, por favor, suéltalo, no le hagas daño! —gritaba Steve debajo de aquellos alfas que lo habían utilizado como saco de boxeo.
—Tu, asqueroso e inmundo remedo de alfa, no te vuelves a acercar a mi hijo, si aprecias tu vida y su vida, lo dejaras en paz.
Sin decir más, Howard sacó a Tony a rastras de aquella humilde habitación.
[•••]
—Eres tan hermosa— susurró el joven sargento del ejercito James Buchanan Barnes.
—Tu eres tan guapo, voy a tener que ir a patear más de un trasero en tu división para evitar que te aparten de mi.
—No hace falta, muñeca, yo soy tuyo y solo tuyo, mi Natasha.
Aquella belleza de piel nívea y cabello rojo como el fuego que sostenía entre sus brazos, no era otra que Natasha Romanoff, descendiente directa de los últimos zares de Rusia y por ende, perteneciente a una de las familias más influyentes que había llegado al país escapando de la barbarie producida por la guerra.
Natasha sonrió con ternura al sentir como su omega acariciaba su cabello largo, sentir su aroma a tierra mojada por la lluvia de primavera, mezclado con menta y sándalo la tranquilizaba de una manera visceral. Al mirar a aquellos ojos sabía en lo más hondo de su corazón que no podría vivir sin él.
Se habían conocido una noche un tanto complicada para ambos, pero aún así los planetas se habían alineado para reunirlos, o eso decía Bucky cada vez que contaba la historia de como encontró a su alfa cada que tenía oportunidad. Ella había salido de casa en pos de ayudar a un amigo que se había metido en problemas, lo había encontrado en los barrios bajos de la ciudad a punto de ser violado salvajemente por un pequeño grupo de alfas, ella no se lo pensó ni dos veces y se metió de cabeza al combate.
Su padre, temeroso de que les sucediera lo mismo que a sus antepasados, la obligó a tomar clases de artes marciales y todo tipo de combate, ya sea cuerpo a cuerpo o con arma blanca. Desde que tenía siete años manejaba a la perfección el arte de disparar a distancia un rifle sin necesidad de mira telescópica y para los diez, era capaz de derrotar a tipos del doble de tamaño de ella.
Por lo que aquellos remedos de alfa no presentarían ninguna dificultad, por lo que ni bien llegó, comenzó a repartir golpes a diestra y siniestra sin darse cuenta quienes eran amigos o enemigos, para cuando percibió el aroma de su destinado, este se encontraba en el suelo sujetando su estómago de dolor, por cortesía de ella misma.
Aquel hombre vestido con un uniforme militar arrugado, de cabello corto, inexistente barba o bigote y de ojos color verde, era su omega destinado y lo había golpeado. Cuando fue a ayudarlo se percató de que éste la veía como si fuera la cosa más fascinante del mundo y le sonreía de oreja a oreja, desde aquel entonces se habían vuelto inseparables; pero, como en toda historia de amor había un inconveniente.
El padre de Natasha no aceptaba a su omega por más que el destino los haya juntado. Ella, al ser un alfa de alto rango tenia el derecho de luchar por su omega y de reclamarlo, pero, al pertenecer a la última línea de sangre de su familia, se esperaba más de su persona.
Por lo que no era bien visto que se involucrara con un omega huérfano, de clase baja, de nivel socioeconómico inferior y que, para colmo, pertenecía a la división más bizarra del ejército.
En su familia, los omega eran simples adornos de decoración que debían cumplir su función como tal, no tenían derecho a opinar ni a objetar en cuanto a los deseos y decisiones de sus alfas, por eso, cuando su James le comentó que no saldría del ejército, ya que dentro de el podría ascender en los rangos y ser alguien digno de ella y de paso, para hacer rabiar a su familia, ella, con una sonrisa estuvo de acuerdo y lo apoyó; es más, ella misma pertenecía a una unidad gubernamental a sus escasos diecinueve años, todo con tal de apoyarlo y con la ilusión de algún día estar junto a él en alguna misión.
Ambos tenían la esperanza de que si se hacían de un nombre en la milicia y si servían con honor a su país de nacimiento o de acogida, se volverían intocables y así, la familia de ella los dejaría en paz.
—Entonces, ¿cuando se van?— preguntó ella dándole un beso en la mejilla.
Quería hacer más que abrazarlo o besarlo en la mejilla, pero, estaban parados fuera de su casa y James quería demostrar a todos que tenía más educación de la que aparentaba, aunque quisiera meterse entre la falda de su alfa o, en su defecto, que ella se metiera entre sus pantalones.
—Mañana, saldremos al amanecer, por eso quería verte hoy, no se por cuanto tiempo estaré fuera y la sola idea de no verte me está matando—Bucky se restregó contra ella, intentando impregnarse de su aroma lo más que pudiera, cosa que a la mujer le encantaba.
—Yo siento lo mismo—Acarició su cabello corto con ternura—por suerte, no te he reclamado, de lo contrario, para el fin de semana ya estaríamos muertos.
Bucky sonrió, adoraba el humor negro de su amada.
—Tienes razón, no me gusta, pero tienes razón, cuando vuelva, quiero ser reclamado, ya lo sabes.
—Cuando vuelvas, моя любовь*, haremos eso y más.
—Adoro cuando me hablas en ruso.
Ambos se fundieron en un beso que hizo sonrojar a los postes de luz, los árboles y a los transeúntes que por allí pasaban.
—¡Natalia!
Ambos se sobresaltaron y rompieron su beso.
—Vete—pidió Natasha—sabes que no puedes meterte en líos y él lo usará para hacerte caer y que te degraden del ejército.
A James no le gustaba aquello de tener que salir huyendo, pero ella tenía razón.
—Está bien, en cuanto tenga un indicio de regresar, te avisaré, te amo, muñeca.
—Yo te amo más, Buckaro, cuídate allí afuera.
—Tu también.
Tras un rápido beso, su omega subió a su motocicleta y se perdió calle abajo. Ingresó a su casa con el corazón pesado de saber que no podría ver a su omega por quien sabe cuanto tiempo y porque sabía la reprimenda que tendría de Iván, su padre.
—¿Cuantas veces quieres que te diga que no te quiero ver con ese vagabundo?—espetó su padre con desprecio.
Iván era un hombre duro y despiadado, según su reputación, era un hombre sin piedad para con sus enemigos, o eso era lo que decían los miembros de su división de espionaje. Alto, de tez blanca y ojos grises, de cabello negro y expresión severa; ella agradecía enormemente cada vez que lo veía el parecerse a su difunta madre.
—¿Cuantas veces tengo que recordarte que él no es ningún vagabundo?, ese hombre es mi omega y futuro esposo.
—Tu futuro omega y esposo es el joven hijo de los Banner y le debes respeto.
—Yo no le debo nada, ese acuerdo lo hiciste tu con sus padres, ni Bruce ni yo estamos de acuerdo con esa locura, por Dios padre, eso de arreglar matrimonios es arcaico.
—Es una forma decente de hacer permanecer el apellido y de evitar que los niños de la familia comentan tonterías, te casaras y es mi última palabra.
—No me casaré con Bruce y es mi última palabra, esperaré a mi omega todo el tiempo que sea necesario.
—¡Sobre mi cadáver!
—¡No me tientes, padre!, sabes que puedo hacer que parezca un accidente.
Sin decir más, Natasha se dio media vuelta y se dirigió a su habitación, una vez allí se tiró en su cama a sopesar las posibilidades de solicitar ser enviada a la división del ejército de James, cosa que así podría verlo y protegerlo de lo que fuera que su padre estuviera planeando. Tomó su móvil con una idea formándose en su cabeza cuando se percató de las llamadas pérdidas y los mensajes que habían llegado hacía como una hora. Los leyó de inmediato, al parecer, ella y Bucky no eran la única pareja que tenían complicaciones con sus familiares.
[•••]
"Entre otras noticias, la guerra se ha llevado lo mejor de nuestras vidas y nuestras familias, por eso, como una forma de conmemorarlos, pasaremos el listado de los valientes soldados que dieron sus vidas por nuestra nación y por el futuro de sus hijos, nuestros hijos"
Tony apagó el televisor, no quería ver una vez más aparecer el nombre de Steve en la pantalla, no después del magnífico anuncio que le había dado su padre.
—No puedes casarte con Justin Hummer—Susurró nuevamente una de sus amigas de toda la vida.
Por temas políticos y de sociedad, conocía a los Romanoff desde que tenía uso de razón, por lo que podía decir que Natasha se había convertido en una hermana mayor para él. Lo cuidaba y protegía, tal como aquella vez en la que lo ayudó de ser violado por un grupo de alfas idiotas que creían que un omega era menos que una puta y que podían abusar de ellos cuando se les viniera en gana.
Fue allí que conoció a Steve, a pesar de su apariencia lo defendió con uñas y dientes al igual que su amigo James, quien curiosamente resultó ser él omega destinado de Natasha. Aquel día, ambos habían encontrado a sus destinados y habían conocido el amor de mano de ellos, quienes a pesar de saber quienes eran Tony y Natasha, no se alejaron ni les dieron la espalda, al contrario, les demostraron que ellos eran más que un apellido y que merecían ser amados a pesar de todo.
Así como aquel día descubrieron a sus destinados juntos, hace un par de meses se enteraron que los habían perdido tras una especie de emboscada en la que habían caído el escuadrón al que James y Steve pertenecían. Como era de esperarse, ambos estaban destrozados y no había nada que los pudiera consolar, salvo que les dijeran que todo aquello no era más que una mentira de sus padres para hacerles daño.
—Lo sé, si me caso con él, será como casarme con mi padre— se estremeció Tony— ese hombre me encadenará a las patas de la cama y me quitará todos mis derechos, claro, si es que no me mata antes al saber que no soy tan puro como cree.
—No entiendo que les pasa por la cabeza a nuestros padres—Natasha se levantó de la cama del castaño y tomó la botella de whisky que sabía que escondía debajo de la misma— pero, de una cosa si estoy segura, tu no te casaras con Justin y yo no me voy a casar con Bruce.
—Eso lo tengo más que claro, escaparé de aquí si es necesario con tal de impedir que hagan de mi lo que quieran—sentenció Tony con un plan más que formado en su cabeza.
—Te cazaran como a un perro si lo haces, debemos encontrar otra forma más factible y práctica para nosotros—Tony la miró expectante, sabía que su amiga era diabólica al momento de pensar en planes maestros para salirse con la suya. Sus ojos brillaron en cuanto halló una solución viable a su criterio.
—Si queremos salir con nuestra integridad intacta, tu y yo tenemos que ceder al matrimonio.
—Ni en broma, no me casaré con ese enfermo, prefiero mi plan, gracias. —Tony se levantó del suelo y fue por su maleta de mano que ya tenía preparada desde hacía unos días.
—No te casaras con él—Natasha se acercó a Tony y lo tomó de los brazos — te casaras conmigo.
—¡¿Te volviste loca?!—se horrorizó y se soltó de su agarre—eres mi amiga, casi mi hermana y, además eres mujer.
Natasha rodó los ojos, buscando una forma de hacerlo entrar en razón,
—Piénsalo, si Howard se entera te matará y yo no podré impedirlo porque estaré evitando mi propia desgracia, pero, si nos casamos, tu padre y el mío no tendrán inconveniente, es más, lo celebrarán como el mejor negocio de sus vidas, los malditos.
—Olvídalo Nat, no puedo, no puedo hacerle eso a Steve ni a James.
—¡Ellos están muertos!—Natasha explotó finalmente, sus nervios rotos por la pérdida, lágrimas amargas bajando por sus mejillas— mi omega, perdí a mi omega y no pude hacer una maldita cosa por evitarlo, no puedo perderte a ti también, no a mi pequeño hermanito, no sé lo que haría si te perdiera a ti también.
La pelirroja se derrumbó en el suelo con las manos sobre su rostro, perder a Bucky la estaba matando de sobremanera y estaba empezando a creer que perdía la cabeza. Tony estaba en las mismas o hasta en peores condiciones, siempre era más difícil para un omega la separación y más si se encontraba en un estado perpetuo de depresión y mal nutrición. Entonces, lo entendió, no tenían otra opción, no tenían otra salida más que esa.
—Está bien—susurró derrotado por su destino, se arrodilló frente a su amiga y tomó su rostro—nos casaremos y nos largaremos lo más lejos de aquí.
Tony selló el destino de ambos con un casto beso.
[•••]
—Tony, no olvides que hoy es la gala en conmemoración por el fin de la guerra y en honor a los caídos, tienes que ir—Soltó Pepper Potts, su mejor amiga y mano derecha en su empresa.
—Vamos Pepps, dame un respiro, no he visto a mi familia en una semana y necesito pasar tiempo de calidad con ellos.—Se quejó Tony mientras terminaba de firmar el último documento del día, su jet aterrizaría pronto y debía prepararse.
—Los verás cuando el avión aterrice y durante la gala y luego de eso, te dejaré en paz.
—Dios, te amo mujer, nunca lo olvides.
La sobrecargo les informó que debían acomodarse y abrochar sus cinturones, Pepper tomó de la mano a Tony sabiendo que lo ponía nervioso volar dentro de un avión, en cuanto éste aterrizó el castaño se libró de las correas y se levantó de inmediato.
Bajó las escaleras rápidamente y caminó con el corazón acelerado por la emoción.
—¡Mami!—su cachorro se bajó de los brazos de su madre y corrió directo a sus brazos.
—Hola, bebé—Tony lo cargó y abrazo con fuerza enterrando la nariz en su cabello para aspirar su aroma, el aroma de su bebé lo calmaba al instante y lo hacía sentirse en casa—¿Como has estado?, espero y te hayas portado bien con mamá.
—Espero y el que se haya portado bien seas tu—Gritó Natasha al lado del auto que los esperaba.
—Dile que sí, si aprecias mi vida—le susurró a Pepper con picardía, provocando la risa de su bebé—hola, querida.
Tony saludó a Natasha con un beso en los labios, luego ambos se abrazaron junto a su hijo.
—Hola, Pepps, es bueno tenerlos al fin aquí—Saludó Natasha a la mujer.
—Hola Nat, a mi me alegra ya estar aquí, Tony es insufrible si está lejos de ustedes, bueno, me voy primero, los veo esta noche.
Se despidió la pelirroja subiendo a su auto, no sin antes darle un beso a la belleza que tenía por ahijado.
—Te ves tenso, ¿todo bien? —preguntó Natasha una vez dentro del auto, a Peter lo habían puesto en el asiento trasero para bebés y Tony iba al volante.
—Si, ahora estoy bien, estar todos estos días lejos de ustedes me pusieron tenso.
—Te extrañé mucho, mami.
Tony sonrió encantado ante las palabras de su hijo.
—Yo más, mi niño.
Su cachorro tenía a penas siete años, pero hablaba con claridad y con una coherencia realmente impresionante.
—Tony, te conozco y sé cuando mientes, ¿es el paladio? —mencionó en voz baja Natasha.
—No, eso ya está solucionado, no te preocupes.
Tony prestó atención a la carretera cuando los recuerdos lo asaltaron.
Un año después de que Tony diera a luz a Peter, sus padres fueron secuestrados y nunca se supo nada de ellos por más que él y Natasha buscaron, entonces, él tuvo que hacerse cargo de las empresas por ser el único heredero. Tras un par de años de dedicarse a su trabajo, la mano derecha de su padre, quien además era accionista de las industrias lo traicionó y mandó a secuestrar de forma violenta, enterándose en su cautiverio que sus padres habían sido asesinados por la organización que lo mantenía preso bajo sus órdenes.
Entonces, durante su cautiverio y tras la infamia que había sufrido, nació su álter ego de hierro, forjado en las llamas del mismísimo infierno.
El reactor que llevaba incrustado en el pecho para evitar que los pedazos de metralla enterrados en el llegaran a su corazón, le estaban envenenando la sangre, estaba a punto de morir cuando Natasha y Nick Fury dieron finalmente con lo que tenía, por suerte, tras una investigación entre las cosas de su difunto padre pudo resolver su problema y salvar su vida.
—Está bien, tenemos exactamente una hora para dejar a nuestro pequeño hombrecito en su cama y arreglarnos para el evento.—Continuó Natasha sacándolo de sus recuerdos, sabía por experiencia propia que perderse en ellos no era bueno.
Tony asintió, no quería parecer paranoico o asustado, desde hacía varios días sentía una opresión en el pecho, como si tuviera un presentimiento de que algo importante fuera a pasar, por eso, dejaba a su cachorro en casa.
Tras cenar algo ligero con Peter y después de bañarlo, arroparlo y dejarlo dormido en su cama, ambos se vistieron entre risas y bromas, demostrando que se habían echado de menos. Uno era el sostén del otro y tras la muerte del padre de Nat y de los de Tony ambos eran lo único que tenían en la vida junto a Peter.
Una vez llegaron al Museo Metropolitano, en donde se celebraría la gala de conmemoración, se dirigieron a saludar a los amigos que habían cultivado con los años.
—Pero miren nada más, Señor y Señora Smith* hicieron su aparición—Comentó Clint Barton, compañero de trabajo y amigo íntimo de Natasha.
—Sientes envidia porque jamás podrás tener mi elegancia y la belleza de mi esposa—sonrió Tony dándole la mano.
—Y menos lucir mis vestidos— Natasha lo abrazo después de mostrar el impresionante escote de su espalda que llegaba casi donde perdía el nombre. Su cabello corto recogido en un moño dejaba al descubierto su elegante cuello, haciendo a más de uno desear tener la suerte de Tony Stark.
—Tienes razón, Nat, en uno de esos se vería ridículo—Rio Bruce Banner mientras saludaba a los recién llegados.
—Y con los pelos que tiene mi marido en la espalda, se vería igual de sexy que un mono con tanga—se carcajeó Pietro mientras abrazaba a Natasha.
—Bueno, ya suéltenme ¿no?
—Vamos, hombre, tu empezaste, solo es un poco de humor—sonrió Tony terminando de abrazar al resto de sus amigos y compañeros de trabajo.—Oh, esa canción me encanta, si me disculpan, sacaré a bailar a mi hermosa esposa.
Tony y Natasha se dirigieron de la mano a la pista de baile, ambos se fundieron en un abrazo mientras se movían al compás de la música.
—¿Peter se portó bien?
—Excelente, es un buen niño, me diste un hijo hermoso y si bien es cierto, se parece a ti, por suerte no heredó tu carácter y lo de ser revoltoso.
Tony soltó una carcajada, Peter era idéntico a él cuando era un niño, pero no había sacado su carácter jocoso y revoltoso, como había dicho Natasha.
—Eso te lo debo a ti, sin duda—Tony posó sus labios en la mejilla de su esposa para darle un elegante y dulce beso, justo en ese momento, una serie de explosiones se suscitaron muy cerca de ellos provocando que se separaran varios metros.
—¡TONY!—gritó Natasha desesperada, tomando las armas de las cartucheras pegadas a sus muslos. Disparaba a diestra y siniestra a los terroristas que habían irrumpido en la celebración en honor a los caídos en guerra. Cuando se le acabaron las balas, paso a los puños, pudo ver a Tony que a penas y había podido cubrir sus manos y pies con su armadura, pero, estaba dando batalla contra sus atacantes, hasta que llegó un hombre alto y muy fornido con un aura totalmente agresiva.
Un alfa, no podía ver su rostro ya que lo tenía cubierto con una máscara negra, pero sabía que era un alfa de un rango muy alto, más alto que el de ella.
—¡TONY! —volvió a gritar cuando lo vio paralizarse, supuso que aquel alfa había utilizado la voz con él, pero Tony era más fuerte que eso porque levantó su palma abierta y apuntó su láser contra aquel hombre, quien tomó la mano de Tony y la posó sobre su pecho, utilizando la voz para dominarlo, pero, entonces, otro hombre lo golpeo en la cabeza, haciéndolo caer inconsciente. Al parecer, aquello no le agradó al alfa, ya que golpeó a quien había sacado de circulación a Tony y antes de que cualquiera se acercara, lo tomó en sus brazos y se lo llevó de allí.
—¡TONY!—Natasha intentaba llegar a su esposo luego de haber derribado al último hombre que intentó impedírselo, pero, salido de la nada, un hombre alto y fornido, de cabello largo y castaño, vestido de negro y con una máscara cubriendo la mitad de su rostro, la tomó por el cuello levantándola del suelo como si no pesara nada.
—¿Куда ты идешь, предатель?*—Natasha sonrió a punto de patear su trasero, pero aquel hombre dejó libre sus feromonas, provocando que la pelirroja quedara petrificada ante aquel aroma tan dolorosamente familiar.
"No puede ser, esto es imposible"
—James...
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*моя любовь (moya lyubov') : mi amor.
* Señor y Señora Smith: Películas de espías protagonizada por Angelina Jolie y Brad Pitt.
*¿Куда ты идешь, предатель?(¿Kuda ty idesh', predatel'?): ¿A donde vas, traidora?
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One Shots Stony y Más
FanfictionCompendio de One Shots de las parejas de Marvel de mi prelidección.