Volver a Amar

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–Y bien, ¿como te sientes con tu nuevo contenedor de nano partículas?
–Me siento muy bien, no tengo ningún problema ni efecto secundario. Esto es realmente increíble, aunque, eso es obvio, lo hice yo.
Tony Stark sonrió al escuchar a la pequeña Shuri reír después de haberle rodado los ojos.
Debido a los acontecimientos pasados, buscaba formas de proteger a sus seres queridos y, por ende a su mundo, fue así que en una de sus visitas a diversos centros encargados de ayudar y proteger a la comunidad, se topó con el centro que había formado Wakanda y en el, conoció a la hermana menor del rey T'chala.
Ambos rápidamente congeniaron y tras un par de palabras que cruzaron, se hicieron los mejores amigos, la muchacha era una pequeña empollona muy brillante, igual  que él, tenía el sarcasmo en las venas y amaba molestar a su hermano, cosa que a él le agradaba, ya que le hacia recordar a su mejor amigo y a él mismo, adoraba a esa pequeña como a una hermanita, por eso, no le fue difícil abrirse a ella. Un día, en un acto de vulnerabilidad le comentó a ella y a T'chala lo que venía rondando en su cabeza desde hacía más de cinco años, una amenaza más que latente que quería destruir su mundo, fue entonces que Shuri le comentó sobre su tecnología y como no, sobre las nano partículas.
–Bueno, me alegra ser una colaboradora entre los logros del gran Tony Stark —sonrió Shuri mientras terminaba de trabajar en un brazo hecho de vibranium—Por cierto, ¿cuando vuelves a traer a Peter Parker?
—Tranquila, asalta cunas, que aún es un bebé—Se mofó Tony.
—Oh vamos, hombre, yo no juego en esa liga, Peter es un buen niño y tiene ideas frescas, me agrada.—se encogió de hombros la joven.
—Si, ciertamente Peter es una ternura, lo traeré pronto, será su regalo de cumpleaños.
Tony sonrió al imaginar en lo emocionado que estaría el niño cuando le dijera que volvería a Wakanda para hacer de las suyas en el laboratorio junto a Shuri.
"Princesa, el lobo blanco solicita ver al Señor Stark"
Un mensaje de la general Okoye interrumpió su amena conversación.
—Hablando de asalta cunas—sonrió con picardía la muchacha—Gracias, general, Tony irá para allá.
—Muy graciosa, niña.
—¿Debo solicitar que no preparen tu habitación en palacio?
—¿Debo solicitar que tu madre revise el contrabando de tu habitación?—aquello logró espantar a la muchacha y causó risa en Tony.
—No te atreverías.
—Regreso en la noche.
Tony se despidió y se encaminó lejos del palacio, su objetivo estaba en las lindes que rodeaba el mismo, justo cerca de donde pasaba un pequeño río.
Tras unos diez minutos de caminata tranquila, pudo ver una pequeña choza cercana a un corral de unas simpáticas cabras, cada vez que venía parecía que aquellos animalitos lo celebraran, ya que no dejaban de balar al sentir su presencia.
—Hola pequeñas—Tony las saludó con una sonrisa mientras se encaminaba hacia la cabaña y, como siempre que hacia al venir aquí, entró sin avisar.
Allí, parado frente a él se encontraba el hombre que lo había mandado a llamar, enfundado en una especie de toga típica de la región.
—Me alegra que ya te sientas identificado con la zona—sonrió al ver la sonrisa discreta que le regaló.
—Mi ropa está sucia, no me quedó otra cosa que usar—respondió con voz profunda—Gracias por venir hasta aquí.
—No tienes porqué darlas, aunque, no entiendo por qué me mandaste a llamar, si sabias que de todos modos vendría.—El hermoso hombre de ojos verdes lo miró apenado, él sabía lo que pasaba.
Muchas veces lo oyó susurrar en sueños muy angustiado que no lo dejara, que se moriría sin él, que, lo amaba.
—Yo, quería verte, yo, siempre quiero verte—Se acercó un poco a Tony, contemplándolo con embeleso desde su altura.
—Yo también quería verte, siempre quiero verte, Buckaro.
Ambos acortaron la distancia que los separaba y se fundieron en un tierno, pero apasionado beso. Con las ansias de sentirse piel a piel ambos se desnudaron mutuamente, disfrutando del rose de sus manos contra sus pieles calientes y ligeramente húmedas por el calor que hacia en la pequeña choza.
Tony siseo al sentir la lengua del soldado pasar por su cuello, gimió de forma más que audible al sentir como sus dientes mordían sus clavículas, mientras que su mano se apoderaba de su nalga derecha y se abría pasó por su humedad, mientras él disfrutaba de la sensación de la piel salada bajo su lengua.
Ambos cayeron sobre el montón de pieles que fungía de cama para el mayor, rápidamente Tony tomó el control y se montó sobre aquel espectacular espécimen de hombre, que, a pesar de faltarle un brazo no dejaba de ser sexy y apetecible.
Bucky sonrió al ver a su castaño totalmente desnudo y sobre su cuerpo, si bien es cierto, Tony es el de abajo, pero eso no quería decir que no fuera el dominante y a él eso le encantaba, verlo bajar sobre su miembro erecto y luego verlo subir por él dejándolo totalmente húmedo por su fluido natural lo volvían loco, ebrio de placer.
Tony no dejaba de auto penetrarse él solo con el pene de su amante, quien levantaba las caderas para ayudarlo a llegar más hondo, ambos estaban a punto de llegar al ansiado orgasmo, así que comenzó a contraer y dilatar su entrada a voluntad, arrancando gemidos desesperados a ambos. James tuvo el tino de coger entre su mano el miembro dotado de su amado para acariciarlo al ritmo de las embestidas, tuvo el placer de verlo totalmente ido bajo tu toque mientras se derramaba en su mano y él dentro suyo.
Llegar al orgasmo dentro de Tony era la gloria y mataría mil veces con tal de sentirlo una vez más, tras su nebulosa, sintió como su castaño se desvanecía hacia atrás, por lo que rápidamente levantó las rodillas para sostenerlo.
—Yo, no soy muy creyente, pero, creo que vi a Dios de tu mano—sonrió Tony teniendo aún a James dentro de él y recostado sobre sus rodillas.
James se permitió sonreír ante el cumplido.
—Me halagas, es bueno saber que disfrutas conmigo.
—Oh, claro que sí—Tony se recostó sobre el pecho del soldado y comenzó a besarlo lentamente, abrazándose a su cuello, disfrutando del contacto tan íntimo que estaban teniendo en ese momento—eres jodidamente sexy e inteligente y en lo único que pienso es en cogerte de todas las formas posible.
—A mi ya me gustaría cogerte de todas las formas posibles todos los días, cuatro veces al día, como mínimo.
—¿Cuatro?, creo que yo podría elevar esa apuesta un poco más —sonrió Tony llenando de besos el rostro de su amante, sintiéndose orgulloso de hacerlo reír—y, si queremos hacer eso realidad, ya sabes, puedes venir a vivir conmigo.
—Kotenok, ya hemos hablado de eso—Bucky abrazó el cuerpo de su amado, odiaba realmente no poder darle lo que quería.
—Si, lo hemos hecho, pero, sabes que conmigo podrías tenerlo todo, una casa, autos, dinero, hasta un perro si quisieras, no tienes porqué vivir aquí si me tienes a mi.
—¿Te disgusta el estar aquí?—le echó un vistazo a su choza bastante rústica, sin muebles, con una cama hecha de pieles de  oveja y paja, no tenía posiciones de valor ni nada que se le parezca, lo único realmente valioso que tenía en ese momento en su vida, era Tony y se odiaba a sí mismo por tenerlo en estas circunstancias cuando él estaba acostumbrado a lo mejor.
—Por supuesto que no, no importa el lugar mientras estemos juntos, si tú estás, ningún lugar será desagradable para mi—Tony lo besó, todo lo que le había dicho es cierto, le dolía que no aceptara su proposición de vivir juntos y que estuviera viviendo en condiciones tan precarias, quería imponerse y llevárselo de allí, pero, su terapeuta le había dicho que él necesitaba su propio espacio y que iría a su ritmo, solo por eso Tony lo dejaba ser, su amante había sufrido demasiado y necesitaba reencontrarse a si mismo y él lo ayudaría.
—Y si quieres seguir viviendo aquí, entre las simpáticas cabras, yo vendré a ti.
—Gracias, Tony, te miro y no logro entender como es que alguien pudiera dejarte ir alguna vez, eres realmente maravilloso —Quiso golpearse por dejar salir semejante tontería, pero, su amado lo sorprendió regalándole una sonrisa divertida.
—La última vez me dejaron fue por ti, así que, yo sí puedo entenderlo, yo también hubiera dejado todo por ti.—James lo besó con pasión, sintiendo que la lujuria que ya sentía, quería apoderarse totalmente de él.
—Tony, no sabes cuanto te a...
—¿Bucky, estas ahí?
Ambos se sobre saltaron al escuchar aquella voz conocida llamarlo. Rápidamente Bucky se quitó a Tony de encima y lo cubrió con una de sus mantas gruesas, al tiempo que Steve Rogers hacia aparición.
—¿Te encuentras bien?—preguntó su amigo al verlo semidesnudo sobre su cama y todo sudoroso.
—Si, estoy bien, acabo de despertar— sonrió James, sabiendo que esa excusa era pobre.
—Es más de medio día, ¿tuviste mala noche? —Steve se sentó en el suelo de la choza, ajeno a lo que pasaba de bajo de las mantas.
—Algo así.
—Me preocupa que sigas teniendo esas pesadillas, Buck, pero más me preocupa que ya no vayas a tus sesiones con el terapeuta— la preocupación era palpable en el semblante de su amigo.
Bucky solo cerró los ojos, esa información no se la había dado a Tony, le había mentido descaradamente cuando le había dicho que iba regularmente a sus terapias.
Sabía que aquello lo molestaría, prueba de ello eran unas fauces apoderándose de una porción de carne de su baja espalda, cosa que lo excitó, era bueno que estuviera cubierto.
—Si, yo volveré a las terapias, lo prometo—Lo dijo más para Tony que para Steve.
—Confío en eso, mañana vendré por ti, Fury pidió que te integraras a S.H.I.E.L.D.
—No estoy listo—Sentenció, sintió como una mano acariciaba su muslo, tratando de confortarlo.
—No te preocupes, de momento no saldrás de misión,  estarás entrenando y Stark te ayudará con la tecnología.
Esta vez la mordida que sintió sobre su piel fue juguetona.
—Está bien, ahora, si me disculpas, estoy cansado.
—Por supuesto, hablaré con Stark para que tenga cuidado contigo, se verán por primera vez las caras después de lo sucedido hace dos años y debe saber que tu eres una buena persona.
Bucky solo asintió, sabiendo que era mentira eso de que recién iba a ver a Tony, prueba de ello era, que lo tenía debajo de las mantas, muy pegado a su cuerpo. Ambos amigos se despidieron y Steve salió de la choza, al cabo de unos segundos, esperando que Steve estuviera lo suficientemente lejos, Bucky se recostó en la cama, mientras Tony salía debajo de las mantas.
—Eso estuvo divertido, pero, no lo vuelvas a hacer, yo no tengo porqué ocultarme de nadie, no estoy haciendo nada malo.
—Lo sé, lo sé Kotenok, lo siento—Bucky lo abrazó contra su cuerpo, se odiaba a sí mismo por no ser lo suficientemente bueno para su pequeño—pero, Steve y tu tenían una relación, digo, es raro, rompí los códigos.
—Una relación que terminó hace mucho tiempo y eso de los códigos, ningún hombre a partido de este mundo sin romperlos—Tony rodó los ojos, provocando que su soldado riera—en algún momento lo nuestro saldrá a la luz James y tendrás que estar preparado para ello.
—Lo sé, lo sé, solo quiero disfrutar de la privacidad que tenemos un poco más.
Bucky lo besó con pasión, intentando contener el pánico ante ese hecho, quería a Tony, lo quería con todas sus fuerzas y nada le haría más feliz que restregarles en el rostro a todos esos malditos que querían acercarse a él que les había ganado la partida y el hombre más maravilloso del mundo yacía en su cama. Pero, temía que comenzaran a rechazarlo por su pasado, no quería manchar su nombre y reputación con su oscuro pasado.
Su razonamiento comenzó a carecer de sentido cuando Tony lo montó nuevamente, dejando momentáneamente sus miedos atrás.
                       [•••]
Tras una mañana llena de revisiones médicas y luego de asistir a la reunión en donde lo presentaría como miembro oficial de los Vengadores, James Barnes se encontraba paseando por las instalaciones de la base de operaciones, observando todo con suma curiosidad.
Los agentes que lo veían pasar, tenían cierto recelo y temor en su mirada, pero a él no le importaba, hasta cierto punto le agradaba que le tuvieran miedo, de ese modo todos mantendrían su distancia y no se cruzaría por su camino.
Pero, entonces recordaba que debía tener mejor actitud hacia los demás si quería ofrecer una buena imagen para Tony, aunque él había demostrado que no importaba, que nada importaba mientras estuvieran juntos.
Aún no se podía creer que estuviera en una intensa relación con él, aún creía que estaba dentro de un maravilloso sueño y temía despertar pronto. Las cosas se dieron sin pensar, ninguno de los dos tenía previsto el enredarse en una relación, pero se dio.
Un día, cuando aún vivía dentro del palacio real de T'Chala, Tony llegó de visita, tenía una reunión con el rey y con su pequeña hermana, recuerda que tuvieron una cena un poco tensa, pero el castaño con su labia y su inteligencia supo manejar el asunto, entonces él se aventuró a hablarle.
Quería pedirle perdón por lo sucedido con sus padres y por el asunto de la guerra civil, él no quería pelear, pero las circunstancias se dieron así, Tony quería matarlo y él solo protegía su integridad, ese asunto estaba claro para los dos. Hablaron hasta muy entrada la noche, Bucky pudo desahogarse con él como no podía hacerlo con nadie, ni siquiera con Steve, no sabía si era porque Tony no estaba ligado a su tragedia, o porque definitivamente estaba ligado a ella, pero, se sintió mil veces mejor hablar con él que con los terapeutas.
Luego de aquella noche, Tony regresaba a Wakanda con más frecuencia, reuniéndose con él cuando tenía tiempo libre, enseñándole las cosas nuevas y geniales de esta época, mostrándole las películas que se había perdido a lo largo de los años o simplemente charlando. En una de esas noches de película fue que sin saber muy bien cómo, se besaron, recordaba aquel beso como si fuera ayer, lento, húmedo, sus lenguas se acariciaban con adicción, aquel beso lo encendió como nada que él recordara. Cuando estuvo a punto de sentir la textura de su piel con sus manos, se detuvo, recordando que le faltaba un miembro.
Pero Tony, tan gentil como es, le hizo ver que aquello no era impedimento para él y que mucho menos le provocaba repugnancia, al contrario, decía que las cicatrices se veían sexys y se encargó de demostrarle su punto de vista, y vaya que lo hizo hasta muy entrada la madrugada.
Bucky iba sonriendo, recordando la primera noche que pasó junto a su pequeño, provocando que los agentes huyeran despavoridos ante su sonrisa, pero no le importaba, no le importaba nada, salvó Tony. Sumido en sus pensamientos como estaba, no se percató que había ido a parar al gimnasio, allí se encontraban algunos de los miembros de su nuevo equipo.
En las pesas se encontraba Clint, intentando cargar más peso del que podía soportar, con la mirada atenta de su musculoso novio, Pietro Maximoff. Scott Lang se encontraba en la corredora, su expresión torturada decía que no le gustaba para nada aquella cosa.
Más allá, dándole golpes certeros al saco de box se encontraba Thor, a su lado, su hermano y amante—según las malas lenguas—Loki leía un libro como si no pasara nada a su alrededor, era una visión un tanto bizarra, pero ambos dioses se veían cómodos uno al lado del otro.
Y allí, subido en el cuadrilátero, agarrándose a golpes se encontraban el coronel James Rhodes y Anthony Stark, ambos se propinaban golpes certeros que el otro esquivaba, se percató que su pequeño descuidaba su flanco derecho, era algo que arreglaría con él a solas y, de preferencia, desnudos. Y es que, verlo con esos pantalones de algodón ceñidos a sus piernas y culo era demasiado para mantenerse tranquilo, lo tenían salivando por encajar sus fauces en tan apetecible bocado.
Sin darse cuenta, llevó una mano a su miembro erecto para apretarlo con la fuerza necesaria para sentir placer.
—¿Disfrutando de la vista, soldado?
Bucky giró ante la voz de la recién llegada, más no dijo nada, no queriendo mostrarse avergonzado por lo que estaba haciendo.
—No te preocupes, él tiene ese poder y te aseguro que a más de uno y una les ha arrancado un orgasmo con tan solo sonreír—Natasha sonrió triunfante cuando él soldado la miró con un aura asesina.
—Tu...
—Stark, necesito hablar contigo.
Bucky se interrumpió al escuchar la voz de Steve llamando a su castaño, quien había dejado el boxeo y se recargaba contra las cuerdas junto a su amigo.
—¿Cuando volvimos a la secundaria que no me di cuenta? —comentó Rhodey antes de beber un poco de agua de su botella.
—Parece como si el capitán del equipo de fútbol viniera a buscarme pelea porque me metí con su chica, otra vez—comentó Tony risueño.
—O que viene a buscarte pelea porque te metiste con su mejor amigo, otra vez —sonrió el moreno, soltando aquello con segunda intensión.
—Que recuerdos aquellos—suspiro Tony con un sonrisa ensoñadora—bueno, si de adolescente nunca hui de una pelea, no pienso hacerlo ahora.
Tony bajó del cuadrilátero para enfrentarse a Steve, quien era flanqueado por Sam.
—¿Que puedo hacer por ti, Rogers?
—No estuviste presente en la reunión de hoy, la cual era de suma importancia.
—Aja, si, pues, verás, yo tenía cosas más importantes que hacer como para escuchar a un grupo de ineptos repetir palabras como si de loros se trataran—Tony se cruzó de brazos y rodó los ojos.
Steve tensó la mandíbula, detestaba aquella actitud de quien alguna vez fue su pareja.
—James estará bajo tu tutela hasta que pueda manejar tu tecnología, así que, vine a advertirte que tuvieras cuidado con él, no quiero que nada arruine su incorporación a la sociedad.
—Para empezar, yo dije y cito, no creo que sea una buena idea que el mapache esté bajo mi tutela, ya que, cierto anciano estará sobre mi pensando que podría hacerle algo malo a su adoración.
—Cuidado con lo que dices, Stark, no querrás meterte en una pelea contra mi —Soltó Steve con agresividad.
—Wao, cuanta agresividad, pero, ¿sabes que?, no me das miedo, cuando quieras podemos terminar lo que iniciaste en Siberia, vejete.
Steve tomó del cuello a Tony, quien lo había agarrado de la muñeca con una mano mientras que había levantado la otra para propinarle un puñetazo, pero, no llegó a dárselo ya que alguien se lo había quitado de encima.
Tony abrió los ojos de sobremanera cuando vio que Bucky tenía a Steve sujeto del cuello, elevándolo unos centímetros por encima del suelo.
—No vuelvas a tocarlo, él es mío. —Habló mortalmente calmado en ruso, provocando un escalofrío en todos los presentes.
—¡James, suéltalo! —se acercó Tony a los hombres, intentando traer de vuelta a James antes de que todo se saliera de control—¡Winter!
El mencionado solo hizo una mueca en reconocimiento, Tony debía calmarlo, a ambos,  así que no se le ocurrió mejor idea que tomar su rostro entre sus manos y unir sus labios. Tal y como se esperó, Winter cedió ante la boca experta de su amante, soltó a Steve solo para abrazar el cuerpo de Tony con posesividad, el castaño menor rompió el beso solo cuando lo sintió relajarse, James juntó sus frentes antes de soltarlo.
—Quien diría que no sólo con la música se calma a las bestias—Sonrió Tony mientras se alejaba un poco de James, intentando restarle hierro al asunto—Bien, queridos compañeros, aquí no pasó nada, ven conmigo, grandote, creo que tu y yo seremos compañeros por un tiempo.
Tony tomó a James del brazo y lo sacó de allí, una vez se percató que no podían ser oídos, habló.
—Lo siento, fue la única forma efectiva que encontré para calmar al soldado, sé que no querías que esto se supiera y...
Tony fue interrumpido por unos labios insistentes y apasionados.
—Te necesito, te necesito ahora—Rogó James, sabiendo que luego de perderse en el soldado, lo único que podía calmarlo era la piel de su Kotenok.
Tony asintió y se lo llevó a su taller, en donde habían mandado a poner una cama para él, al llegar entraron rápidamente y el castaño cerró la puerta a cal y canto mientras se besaban con desesperación. Él le daría a ese hombre lo que necesitara, sin importar nada.
                        [•••]
—No quiero ir a ninguna reunión y menos si es en mi honor, prefiero quedarme aquí, abrazado a tu cuerpo mientras vemos comedias tontas, comiendo comida chatarra—se quejó James desde la cama, observando con hambre a Tony, quien se vestía de forma sensual frente a sus ojos.
—Bueno, velo de este modo, es para que departas con tus nuevos compañeritos de trabajo, así podrás descubrir con quien tienes más afinidad y a la hora de la batalla, sabrás en quien confiar.
—Con el único con quien quiero departir y descubrir más que una afinidad, es contigo, yo se que tu me cubrirás en batalla.
—Y lo haré con mi vida—Tony se acercó a la cama y posó un casto beso en los labios de un emocionado soldado—te protegeré con mi vida, no tengas dudas de eso, pero, tienes que ir a esa reunión, tu terapeuta te recomendó hablar con más personas, no sólo conmigo o con Rogers.
—¿Es necesario?, tu y yo podríamos, no sé, tener una conversación más profunda de lo que necesito—el soldado comenzó a acariciar las torneadas piernas de su Kotenok, enfundadas en unos jeans negros muy ajustados.
—Eso me encantaría, hagamos un trato, si vamos hoy a la reunión, quizá cuando acabe el acto protocolar, tu y yo podamos hacer nuestra propia versión de Cincuenta Sombras de Grey y...
Tony no pudo continuar con su chantaje, ya que Bucky le había dado un beso rápido y había salido casi volando de la cama con rumbo al baño, segundos después escuchó el agua correr.
—Te veo abajo, no llegues tarde—Tony salió de la habitación del soldado con una sonrisa.
Ambos vivían en el complejo, como todos los demás, tenía su propia habitación, pero, a pedido del castaño mayor se quedaba con él todas las noches. Habían pasado poco más de semana y media desde el incidente con él Soldado de Invierno y realmente habían tenido que hacer malabares para que no descubrieran su relación, no ayudaba el hecho de que tanto Bucky como Winter eran celosos y posesivos, por lo que no había sido nada fácil, pero, él lograba calmarlos con su cuerpo, un precio bastante placentero a pagar si se lo preguntaban.
Por suerte, no había tenido otro ataque de celos y habían logrado despistar a los demás, o eso creía él.
—Hola Tony—Lo saludo Nat desde la barra en cuanto lo vio llegar.
—¿Tan mal paga S.H.I.E.LD. que ahora estas como bar tender?—Se burló mientras la espía le servía un vaso con té helado.
—Que puedo decir, este negocio es más rentable y no termino con las costillas rotas—se encogió de hombros, mientras sonreía con picardía—aunque, no me importaría salir lesionada en otras circunstancias, siempre y cuando el perpetrador de tal acto sea Banner.
El doctor llegaba justo en ese momento y la barra y ella le hizo un guiño, el cual, el doctor respondió con un sonrojo.
—Asco—Tony río antes de beber un poco de su té.
—Oh vamos, que recatado, tu no tienes ningún derecho a escandalizarte, no después de ese beso digno del porno que le diste a ese soldado furioso—Bruce sonrió con inocencia.
—En serio, son unos exagerados, solo fue un beso para distraerlo, nada más.
—No fue así, había demasiada pasión, era demasiado íntimo, observa—Nat le tendió su móvil, enseñándole un video de aquel día, se veía claramente como Tony se acercaba al soldado y lo besaba, éste de inmediato soltó a Steve y posó sus manos sobre sus muslos, levantándolo a pulso del suelo mientras acariciaba con avaricia y posesividad sus nalgas, sin despegar ni una sola vez los ojos de Steve, quien los miraba con una seriedad casi mortal.
—Mierda —No recordaba que aquel beso había sido tan excitante.
—Que bien guardado te lo tenías, mira nada más que estar acostándote con James Barnes—Susurró Natasha con picardía.
—Yo no me acuesto con James —ella lo miró con una ceja enarcada—Esta bien, él es mi novio.
—Novio, las cosas van en enserio—Susurró Bruce mientras bebía de su copa de vino.
—Si, eso creo.
—Nos alegramos mucho por ti y lo sabes —Nat lo tomó de la mano.
—Si, gracias, supongo—comenzó su darle vueltas a los cubitos de hielo dentro de su vaso.
—¿Que es?— Preguntó Bruce.
—No lo se, ¿no les parece raro que me esté acostando con el mejor amigo de mi ex novio?, digo, son como hermanos y lo último que quiero es causarle un problema a Buckaro.
—Si lo vez de esa forma, si, es un poco raro y hasta te dirán que estas con James como una forma de estar cerca de Steve porque no puedes olvidarlo.
—¿Que?, por Tesla, no Nat, no es nada de eso, yo en verdad estoy enamorado de James, Steve no pinta nada aquí.
—Entonces no tiene nada de malo que dos personas adultas, en completo uso de sus facultades se enamoren. —Sentenció Bruce.
—Bien.
—Aunque, debes tener cuidado, se por fuentes confiables que Steve aun siente algo por ti— Natasha frunció su ceño.
—¿Que estas diciendo?, cada vez que nos encontramos, Steve a dejado muy en claro que no quiere nada conmigo.
—Caras vemos...
—Stark, ¿podrías darme un minuto?
—Hablando del rey de Roma...
Tony miró a sus amigos como si ellos estuvieran diciéndole que la tierra era plena.
—Por supuesto, Rogers.
Ambos se encaminaron en búsqueda de un lugar en el cual no puedan ser interrumpidos.
—Te escucho—Inició el castaño.
—Yo, quería pedirte disculpas por mi actuar, no era mi intención ser tan violento.
—Okey, disculpa aceptada— Tony se dio media vuelta para retirarse, pero Steve lo detuvo tomándolo del brazo.
—Tony, yo, quería saber si quieres salir a tomar algo conmigo, me gustaría que pudiéramos charlar, como en los viejos tiempos—Steve mostró su sonrisa depredadora, aquella por la cual Tony hubiera podido arrasar con el mundo si se lo hubiera pedido, pero, por suerte, esa sonrisa ya no causaba efecto alguno.
—Lo siento, cap, mi agenda está muy recargada últimamente, más aún estando a cargo del soldadito de vibranium—Intentó soltarse de su agarre, pero curiosamente Steve se notaba cada vez más reacio a soltarlo.
—James, ¿ambos se están llevando bien? —preguntó mortalmente serio, su rostro carente de expresión alguna.
—Si, hemos hablado y decidido llevar la fiesta en paz, Rogers, suéltame—Tony intentó zafarse, pero el agarre de Steve se hizo más fuerte, al punto de sentir el crujir de los huesos de su brazo.
—La fiesta en paz—repitió de forma monótona, antes de coger el otro brazo de Tony—Lo que vi en tu taller no tenia nada de pacifico, al contrario, hiciste mucho ruido, como una perra en celo mientras James se empujaba dentro de ti.
Los iris azules que caracterizaban los hermosos ojos de Steve se habían ido y en su lugar, brillaba el rojo carmesí, el cuerpo de Tony comenzó a temblar, la rabia que refulgía en la mirada del rubio era digna de los asesinos seriales.
—Steve, ¿que te pasa? suéltame—esta vez forcejeó con más ahínco.
—No, tu vendrás conmigo, y te mostraré a quien perteneces.
—¿Te volviste loco?, tu y yo no somos nada, no tenemos nada desde hace mucho tiempo.
—Por supuesto que si somos algo, yo te amo y tu me amas, yo lo sé, solo estas confundido por ese maldito, pero, yo te haré entrar en razón, estamos hechos el uno para el otro y no voy a permitir que nadie se interponga entre nosotros—en un movimiento brusco lo pegó a su cuerpo y unió sus labios en un beso violento, provocando que el labio inferior de Tony se abriera por el choque de sus dientes, Steve con morboso placer probó la sangre y gimió de gusto, antes de rosear un spray en su rostro—Nadie.
Comenzó a arrastrar a Tony, pero éste forcejeaba intentando quitárselo de encima, sabía que Steve era fuerte, pero nunca pensó que lo fuera tanto, no ayudaba tampoco el hecho de que sus fuerzas se le estaban agotando tras lo que sea que le haya roseado y ese color carmesí en sus ojos no auguran nada bueno, si no lograba soltarse, estaría perdido.
—¡Suéltalo, ahora!
James apareció del otro lado del pasillo y estaba enojado, muy enojado.
—No te metas en esto, James, él es mi novio.
—Él no es nada tuyo, suéltalo Steve, o te juro por Dios que te pateare el trasero.
—¿En serio?, además de que te acuestas con mi novio, ahora quieres golpearme también, nunca pensé que fueras esa clase de persona, se suponía que eras mi amigo, no tenías que acostarte con mi hombre, maldito traidor.
—Me importa una mierda lo que digas, suelta a Anthony, Steve, no quiero hacerte daño, no me obligues.
—Que tierno, piensa que va hacerme daño—Steve tomó el rostro de Tony, levantándolo, ya que la droga había surtido el efecto esperado, por lo que cargaba su cuerpo inerte con un brazo—¿Escuchaste eso, mi amor?, piensa que me hará daño, solo espera un poco más, pronto nos iremos a casa.
Steve posó un beso sucio en los labios de Tony y eso fue todo, James explotó y arremetió contra él, empujándolo lejos de Tony, teniendo el tiempo justo para cogerlo antes de que su cuerpo impactara contra el suelo, al ver su labio partido, él y el soldado se llenaron de ira, acarició sus cabellos con ternura, intentando calmar en algo el miedo que mostraban sus enormes ojos castaños.
Pero, el contacto no duró mucho, ya que Steve se recuperó, iniciando la batalla campal por obtener a Tony Stark.
                       [•••]
Tony abrió sus ojos y contempló la caótica, pero hermosa ciudad en a cual vivía, a través de la ventana en su oficina de Stark Industries.
Habían pasado seis meses desde el incidente en donde Steve se había vuelto loco y lo había intentado secuestrar, pero, gracias a James y, posteriormente a Nat, Bruce, Clint, Pietro, Visión, Wanda Rhodey y uno que otro agente, lograron impedir su cometido. No entendía en qué momento la mente de ese hombre se había perdido al punto del no retorno, pero, en su locura, aseguraba que lo amaba y que lo iba a recuperar, aunque tuviera que pasar por una montaña de cadáveres. Hasta donde sabían, se había unido a Hydra y tras haber sacado del camino a los líderes, él se había convertido en el líder absoluto de la organización, por lo que se habían visto obligados a redoblar los esfuerzos por mantener a Tony a salvo, ya que los atentados hacia su persona se habían hecho más frecuentes en el último mes. Era curioso cómo sus atacantes sabían con exactitud donde y en que momento estaría solo, por lo que su teoría de que alguien lo estaba espiando y entregándole la información a Steve, estaba más que confirmada, el problema radicaba en saber quién de su entorno los estaba traicionando.
—No estuviste en la reunión de hoy.
Una mano metálica acarició su cuello, mientras acercaba su cuerpo a un pecho fornido.
—Pepper llegó con uno documentos que necesitaban de mi atención.—Tony se recostó contra ese cuerpo que había aprendido a conocer a la perfección y, por supuesto a amar. Por eso, el miedo a perderlo le mordía el alma como una bestia rabiosa.
—¿Debo ponerme celoso de que la señorita Potts me robe tu tiempo? —Un beso en su cuello y Tony estaba perdido, perdido en las manos de James acariciándolo por encima de la ropa.
—No, mi tiempo es tuyo cuando quieras, al igual que yo. —la mano metálica tomó su mandíbula y lo hizo girar para que un par de sedosos labios se hicieran dueño de los suyos.
—Es bueno saber eso—Sonrió James antes de depositar un nuevo beso.
Luego, un silencio los envolvió a ambos, haciendo temblar a Tony, temiendo que el momento en el que lo dejaría había llegado.
—¿Vienes a decirme que te vas detrás de él?—Susurró mirando al horizonte, no quería enfrentarlo, no quería romperse frente a él.
La ronca risa hizo vibrar su cuerpo, causándole alivio y temor a partes iguales.
—No, Kotenok, yo nunca te dejaría, por nada, ni por nadie.
—¿Acaso no quieres recuperar a tu amigo?
—Por supuesto que quiero, pero, no a expensas de nosotros, tu eres mi prioridad.
Tony se giró entre sus brazos para poder ver algún rastro de mentira en sus ojos, y al no encontrarlos, le creyó.
—Odio este uniforme para ti—James se había convertido en el nuevo Capitán América, como la única forma de cubrir el puesto dejado por su predecesor, por ende, utilizaba toda la implementación de dicho súper héroe—Pero, me gusta ese corte de cabello.
Tony acarició su sedoso cabello corto, disfrutando de la textura.
—Bueno, quizá tenga un par de argumentos para hacer cambiar tu opinión respecto al traje.—Sonrió pícaro, disfrutando de posar sus manos sobre el culo de su esposo.
Ambos, aprovechando el pánico se habían casado en secreto, sabían que estaban pasando por una situación critica, pero James quería cumplir su sueño de casarse con Tony y este se lo concedió.
—Suena interesante.
Ambos se fundieron en un beso que sonrojó a las aves que por ahí pasaban.
Nunca pensó en volver a amar al Capitán América, pero, tras lo demostrado en el tiempo que llevaban juntos, éste, definitivamente le gustaba más.

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