Tras todos los acontecimientos suscitados en los últimos años, al fin había llegado la paz para los Vengadores y el amor se respiraba en el aire.
Para nadie era ningún secreto que cierto soldado rubio - quien además es el alfa de la manada - estaba más que enamorado de cierto beta genio millonario, pero también era conocido el gran amor que sentía por su amor de toda la vida, un beta convertido en alfa gracias a los experimentos de Hydra, el sargento James Buchanan Barnes.
Por lo que, después de haber sido absueltos y reintegrados a la sociedad y al equipo, confesaron abiertamente su relación, en un principio, los compañeros de siempre no lo tomaron muy bien, ya que tenían en su mente la idea firme de que Steve y Tony algún día retomarían su relación de ensueño.
Pero, tras la negativa del castaño a entablar una conversación civilizada con el capitán América y con su pareja, decidieron dejarlo por la paz, nadie quería ver a Tony enojado. No otra vez.
Así que, al grupo ya no les parecía raro ver a los súper soldados muy juntos, hablando de todo y de nada, de vez en cuando a James se le escapaba una caricia seguida de una mirada ardiente. La cual Steve respondía de forma tímida con un pequeño beso en los labios.
Steve amaba con locura a Bucky, pero también amaba a Tony, aquel hombre con su lengua suelta, su mente brillante, sus hermosos ojos chocolate y su escultural cuerpo, habían logrado meterse bajo su piel y había hecho un nido en su corazón sin posibilidades de salir jamás. El rubio ya no sabía que hacer, quería hablar con él castaño, quería que su relación fuera como antes, no le pediría que fuera su amante, no, porque aquel hombre de gran corazón se merecía el mundo entero, pero, por lo menos que le dejara estar cerca de él para compensarlo por el daño causado, que le dejara amarlo en silencio y a la distancia.
Aunque estuviera traicionándolos a los dos.
Un día, mientras el castaño se encontraba practicando con Natasha en el gimnasio, Steve se quedó embobado viéndolo, el sudor empapaba su camiseta sin mangas y se pegaba a su torso, haciendo que sus tetillas se notaran a través de la tela. A Steve se le hizo agua a la boca cuando se percató que los pantalones de deporte de algodón licrado que el genio llevaba, se amoldaban a sus torneadas piernas como si fueran una segunda piel.
Cuando el genio dio una vuelta sobre si mismo para lanzar una patada que Natasha amortiguo con el guante de entrenamiento, pudo ver claramente como sus glúteos vibraron por el choque.
El rubio gimió bajito, esperando no ser oído por nadie. Pero no fue así.
- ¿Te gusta lo que ves, Steven?
Steve se tensó, de todos los que podían haberlo escuchado, tenía que ser justamente quien no quería que lo hiciera.
Bucky sonrió al ver el cuerpo de su rubio tan tenso como cuerda de guitarra. Para él no es ningún secreto - aunque se lo haya tratado de ocultar - que él y el hijo de Howard habían mantenido una relación y que gracias a las malas decisiones de Steve, ésta se había ido al traste. Aunque parte de culpa lo había tenido también él.
Aunque no lo supiera del todo, había sido culpable de haber roto una relación y veía constantemente la mirada de anhelo y tristeza que Steve le dirigía a Tony. En un principio se enojó mucho, pero luego, después de haber cruzado un par de palabras con aquel genio, se percató del por qué Steve había caído tan duro por él.
Por lo que se decidió a que quería ayudarlo, a ambos en realidad, las miradas ardientes que Tony intentaba ocultar de todos dirigidas a su rubio, no pasaban desapercibidas ante sus ojos. Pero entonces, en el proceso de ir al taller de Tony a que le arreglen su brazo o para que actualice sus armas y traje, se vio cayendo también perdido en las profundidades de aquellos ojos color chocolate.
Fue ahí que la misión de reconciliar a ese par se volvió imprescindible, de vida o muerte.
Se había enamorado, también.
- Tienen muy buena técnica, pero Stark descuida mucho su flanco derecho, podría salir muy lastimado en un enfrentamiento real, con armadura o sin ella.
- Aja, su técnica, yo me refería a como rebota su enorme culo cada vez que salta.
- ¡Buck!
- Oh vamos, Steve, es tu ex, por ende, tienes derecho a ciertas cosas, como mirarle el culo, por ejemplo.
Steve solo suspiro, sabía que tarde o temprano se enteraría, pero nunca pensó que le saldría con aquella idea descabellada.
- No, yo no tengo ese derecho, ya no. - Agachó la mirada.
- Oh, por supuesto que lo tienes, mi amor, más aún, si yo te lo estoy otorgando.
- Buck, ya hablamos de esto, no empieces, no aquí, no frente a él.
- Steve, tu lo extrañas, lo sé - Bucky se sentó a su lado, hombro con hombro - cada noche cuando me tocas, te siento tan cerca y a la vez tan lejos, se que me miras a mi y a la vez no y cada vez que cierras los ojos para dejarte llevar por el sueño, te escucho susurrar su nombre junto al mío.
- Bucky, yo...
- No, déjame hablar - El soldado tocó su rodilla - al principio, te juro que lo único que quería era matarte a ti por traidor y matarlo a él por haberse metido bajo tu piel, por haber ocupado mi lugar, hasta que me di cuenta de que él y yo somos muy parecidos y a la vez tan diferentes, entonces, cuando me regalo su primera sonrisa sincera, supe el porqué te habías enamorado de él. Porque yo también lo hice.
Steve lo miro sorprendido, Bucky le había dicho que quería hacer un trío con Stark, cosa que al soldado escandalizó y hasta enojó un poco, solo él tenía el derecho de tocar de esa forma a Tony. Pero nunca se imagino que el trasfondo de aquella idea fuera ese tipo de sentimientos.
- Por eso - James tomó su mandíbula en la mano que tenía libre y giró su rostro, para verlo directo a los ojos - déjame hacerlo desearme con la misma intensidad con la que te desea a ti, déjame enamorarlo, déjame convertirme en su amor, pero sobre todo, déjame recuperarlo para ti.
Steve se perdió en aquellos hermosos ojos verdes y en aquella sonrisa torcida y hermosa. Si podía tener a James y este también se había enamorado de Tony, quizá, éste también lograra enamorar a Tony y podría tenerlos a ambos.
Quien no arriesga, no gana.
- Está bien.
James lo besó apasionadamente, mientras de reojo veía como Tony los miraba con tristeza mientras se retiraba del gimnasio. El corazón de Bucky dolió. Por lo que se abrazó a Steve, estrechándolo con fuerza entre sus brazos
"Pronto mi amor, pronto serás mimado por los dos, mi pequeño Kotenok."
[...]
Tony estaba harto, desde hacía unas semanas, el sargento Barnes - el amor de toda la vida del amor de su vida - no lo dejaba solo ni a sol ni a sombra.
¿Lo peor de todo?
Es que aquel soldado le estaba gustando y mal.
Casi todas las noches lo arrastraba a entrenar con él en el gimnasio del complejo, solo bastaba verlo un poco sudado para sentir la necesidad imperiosa de darse una ducha de agua helada. Y no precisamente por tenerle alguna aversión al sudor. Cada vez que lo tocaba o lo rozaba de forma "accidental " Su corazón se aceleraba.
Ni que decir cuando de vez en cuando le hablaba en ruso muy cerca de su oído, según él para hacerlo entender mejor, ya que Tony le había dicho que su ruso era muy malo y necesitaba que le hablaran despacio para entenderlo.
Cosa que era totalmente falso, ya que él hablaba más de diez idiomas y con increíble fluidez, incluyendo el ruso, aquello lo había dicho solo para molestar al soldado, pero este se lo tomó muy a pecho y de un tiempo para acá comenzó a hablarle en ruso al oído, sintiendo como su cuerpo vibraba con cada entonación de sus palabras.
El no quería mal interpretar aquel acercamiento, de verdad que no lo quería, pero su actitud hacia él, la atención, los juegos en doble sentido y los roces lo estaban llevando por aquel pensamiento. No sabía a lo que estaba jugando aquel soldado, pero él no quería ser parte de aquel juego. Él no se convertiría en el amante de nadie ni mucho menos rompería una relación, no haría lo que le hicieron a él.
Ni aunque fuera con él mismo causante de su separación.
- Hey, Anthony, ¿listo para el juego?
Tony dejó su tasa de café en la barra de desayuno.
Piensa en el diablo y se aparecerá.
- ¿Qué juego? - Tony giró lentamente y se topó con Bucky, quien tenía sujeto de la mano a un sonrojado Steve.
Tony hizo una pequeña mueca de disgusto, a lo que Steve reaccionó con su mirada cargada de tristeza.
- Hoy juegan los Yankees contra los Red Sox y prometiste que lo veríamos juntos - continuó James, apretando un poco más la mano de Steve en señal de apoyo.
Si bien es cierto, su relación con Tony iba creciendo a pasos agigantados, no era lo mismo con la de Steve, que a penas y se hablaban. Por lo que hoy iba a hacer algo para que de una vez sus dos amores se reconcilien y así él podría disfrutar del castaño como Dios manda.
- Yo no te prometí nada, además, tengo cosas que hacer - el castaño se levantó dispuesto a irse.
Pero James lo tomó de la mano sin soltar a Steve de su agarre. Tony se estremeció ante el toque del ex soldado de invierno.
Steve lo notó y por supuesto que Bucky también, por lo que con el índice comenzó a acariciar la cara interna del antebrazo del menor, disfrutando de la textura suave de su piel tostada.
- Oh, claro que si, pero está bien, es obvio que no quieras ver perder a tu equipo frente a dos fervientes hinchas de los Sox.
Tony entrecerró los ojos, esta afrenta se pagaba con sangre.
"Por el honor de los Yankees"
- ¡Ja!, ¿ustedes, par de pueblerinos, viejas momias de museo, ¿creen que su equipucho puede ganarle a los campeones de la serie mundial? Sigan soñando, eso no pasará.
- ¿Tan seguro estas?
- ¡Por supuesto!
- Pues, apostemos...
- ¡Hecho! - dijo Tony sin pensar.
James sonrió, sabía que la vena competitiva del castaño era cosa sería, pero no sabía hasta que punto, pero eso sin duda, iba a su favor.
- Trato hecho, entonces - el soldado deslizó lentamente su mano hasta estrechar la palma contraria en un firme apretón.
[...]
- Bien, es hora de pagar, Stark
Se escuchó gritar a James desde lo alto de la escalera que daba a su taller. Tony se estremeció.
Su equipo había perdido por un punto. !Un puto punto! Punto que firmó su sentencia de muerte sin saberlo.
- Está bien Barnes, soy un hombre de palabra, dime lo que quieres y te lo daré.
- Así me gusta, flojito y cooperando - James entró al taller y se paró frente al genio, invadiendo su espacio personal - yo se que tu eres un bailarín excelente, quiero eso, que bailes para nosotros.
- Espera...¿que?
- Hay una canción que me gusta mucho y a Steve también, quiero que bailes esa canción para los dos.
- Toda la re calibración cognitiva a tu cerebro al fin muestra sus efectos secundarios, te volviste loco - Intentó alejarse, pero James lo aprisionó contra su mesa de trabajo con sus caderas, sacándole un gemido involuntario innecesario.
Tony no entendía por que su cuerpo reaccionaba así ante aquel alfa, considerando que su verdadera naturaleza estaba siendo contenida totalmente con fuertes medicamentos, ya que no quería que nadie supiera de su condición de Omega.
Nunca se lo dijo a nadie, ni siquiera a Steve, quien estaba bien creído que era un beta con características muy peculiares.
- ¿Vas a echarte para atrás?, era de esperarse, solo una rata Yankee huye de esa forma.
Tony abrió sus ojos en furia.
- Ah no, pueblerino de cuarta, a mi no me llamas rata, ¿quieres baile?, ¡pues eso tendrás! Suban a mi piso en una hora exactamente.
- Hecho - Bucky fue separándose poco a poco, entonces pareció recordar algo- Una cosa más.
Sin más, tomó el rostro de Tony entre sus manos y lo besó. Fue un beso casto. Solo el chocar de sus labios, pero eso bastó para hacer temblar a ambos hombres en excitación.
- Suaves y dulces como el algodón azucarado- murmuro James contra sus labios cerrados- una hora.
Se dio la media vuelta y salió de allí, dejando a un Tony desconcertado y con más dudas que antes. Seguía sin entender a que estaba jugando aquel alfa, pero sin duda, lo averiguaría en una hora.
[...]
Ya había pasado una hora exactamente y ya se podía ver a dos súper soldados sentados en la sala del piso del genio millonario, los cuales habían llegado quince minutos antes.
- No puedo creer que lo hayas convencido de esto - susurraba Steve.
- Para que veas que aún no he perdido mis encantos - sonrió Bucky de vuelta, recordando con regocijo el sabor de los labios del castaño.
- No puedo creer tampoco que lo hayas besado y él te haya correspondido. - el rubio se cruzó de brazos. Estaba celoso.
- Lo siento, mi amor, pero tu mejor que nadie debes entender que no pude contenerme, él simplemente es excepcional, Zakuska ot bogov*.
- Lo sé, por eso te envidio, lo extraño tanto.
- No te preocupes, cariño, pronto lo tendrás, lo tendremos.
- Capitán, Sargento, el señor Stark los espera en su habitación.
Ambos soldados se levantaron de un salto y casi salieron corriendo para la habitación del castaño, al entrar, a Steve le entró una enorme nostalgia, todo estaba igual y como la había dejado cuando él se fue.
Salvo por un tubo de lo que parecía metal que iba del techo al suelo, puesto en medio de la habitación. Dos sillas estaban puestas frente a aquel tubo.
- El señor Stark desea que ambos se sienten en las silla.
Ambos obedecieron y en cuanto sus traseros tocaron los asientos, las persianas cubrieron las ventanas y las luces se apagaron, salvo por un par de reflectores que alumbraban intensamente aquel tubo. De pronto, los acordes de la canción que ellos habían escogido para que el castaño la bailara comenzó a sonar.
De la oscuridad, salió una masculina pero sensual mano seguida de un antebrazo, unida a un brazo musculado pero esbelto. Aquella mano comenzó a acariciar el tubo de forma sugerente y sensual, al son de la erótica tonada.
Cuando el cantante comenzó a cantar, un Tony ataviado únicamente con un - pequeño para sus nalgas- short rojo comenzó a bailar, girando al rededor del afortunado tubo, subiendo por el como si se tratara de su amante de turno, bajando de el como si se tratara del objeto más importante del mundo. Lo que a ambos mataba y excitaba al punto de no retorno, era su expresión.
Tenía cara de querer cogerse al tubo y que le iba a gustar y mucho.
Tony, quien en un principio no había reconocido la canción, se había preparado mentalmente para ver a su ex y al novio de éste juntos en su habitación, viéndolo bailar. Por lo cual se preparó a conciencia para mostrarle al rubio lo que se había perdido y lo que sin duda alguna, le entregaría a otro y con gusto.
¿El problema?
Verlos juntos y con los ojos fijos en él, lo excitaron de una forma sin precedentes. A tal punto de que su entrada se estaba humedeciendo y estaba sintiendo un dolor sordo en su bajo vientre. Como si su celo fuera a despertar solo con la presencia de aquellos dos alfas juntos.
Pero no le tomó importancia, sabía que eso no pasaría, salvo que fueran sus destinados, cosa que era totalmente imposible.
Por lo que simplemente se puso a bailar como nunca lo había hecho en su vida, sacando a la puta bailarina de pole dance que tenía dentro, recordando cada lección que le había inculcado su maestra, de su calentura, ya se ocuparía después, quizá, llamando a cierto neurocirujano que hacia magia y no sólo con globitos.
De pronto, un dulce aroma comenzó a saturar el aire, olía como a fresas, champaña y chocolate, dulce y exuberante, elegante. Dos segundos después sintió la presencia de aquellos soldados muy cerca de él, entonces, bajó rápidamente del tubo, temiendo que alguno de ellos haya entrado en celo, ya que ese aroma definitivamente era por el celo de alguien, pero no supo reconocer de quien.
Casi se cae de espaldas cuando al girar, vio a aquellos soldados parados justo frente a él, totalmente desnudos y muy empalmados. Una explosión de calor inundó el cuerpo del castaño, partiendo desde su bajo vientre hasta irradiarse por todo su cuerpo. Se asustó cuando su entrada comenzó a chorear líquido, a contraerse y a dilatarse.
¡No era posible!
- Eres tú - Steve estiró su mano temblorosa y acarició el rostro sonrojado de Tony - ¿cómo no me di cuenta?
- Porque eres un idiota - tembló Bucky, mientras tomaba la mano del castaño sintiendo aquella electricidad recorrerle el cuerpo- Yo no estaba seguro, pero sabía que tu aroma no era de un simple beta.
- No se de que me hablan - Tony intentó alejarse, pero no se lo permitieron, Bucky tiró de él hasta ponerlo en medio de ambos.
- Si lo sabes, no te hagas el que no, eres un Omega y en estos momentos, tu celo está a punto de golpearte.
- Imposible - negó Tony, ese aroma era de uno de ellos, no suyo, o por lo menos eso quiso creer, llevaba años suprimiendo todo aquello del ser Omega que en realidad, nunca supo el cómo olían sus feromonas.
- Oh no, no lo es, - James acarició la palma de sus capaces manos - sólo el destinado de un Omega puede despertar el celo del mismo de forma tan abrupta y, en tu caso, mi querido Kotenok, tu tienes dos.
Bucky lo besó con pasión, con la boca abierta, disfrutando de la poca resistencia que puso el castaño mientras se apretaba a su cuerpo y gemía bajito.
- ¡Auch! - Bucky grito y rompió el beso - eres un gatito salvaje, ¡me encanta que seas así!.
Tony le había mordido el labio inferior en un momento de lucidez, se soltó como pudo e intentó irse, pero esta vez fue Steve quien se lo impidió.
- Por favor... Por favor, no te vayas... No sabes cuanto me arrepiento de lo que hice y no hay día en el que no me diga que soy un idiota y un imbécil por haberte hecho sufrir así. Yo... Por favor, amor, no te hagas esto, se que me quieres y me deseas, así como yo a ti, te amo demasiado, Tony, por favor, déjame tenerte, déjanos tenerte, ya mañana, muy entrada la noche y después de tu amado café y donas, podrás maldecirme y hasta golpearme, pero por favor, déjanos tenerte.
- Y yo te juro - James se pego a su espalda y posó su mentón en el hombro contrario - que no te queremos por una noche, te amamos para todas y cada una de ellas, seremos lo que tu necesites, lo que quieras, cuando quieras y a la hora que quieras, porque te amamos de una forma que, a pesar de tu mente brillante, no vas a llegar a imaginar.
- Por favor, mi rollito de canela.
Tony se perdió en las profundidades de los ojos más hermosos que haya visto nunca y en la cadencia de voz y el calor corporal de James. Entonces, su instinto tomó la decisión por él. Levantó una mano temblorosa hacia Steve y lo besó como nunca antes lo había hecho.
Los dos mayores se tomaron su tipo en adorar el cuerpo del castaño, a veces al unísono, otras veces por turnos. Se amaron tanto y con tanta pasión que para el momento en el que ambos reclamaron a Tony, ya lo tenían metido bajo su piel, saturando sus sistemas.
Después de tres días y tras la disipación de las hormonas del celo, Tony reaccionó y vaya que lo hizo, pero eso, será para otra historia.
***
*закуска богов (zakuska bogov): bocado de los dioses.
ESTÁS LEYENDO
One Shots Stony y Más
FanficCompendio de One Shots de las parejas de Marvel de mi prelidección.