Celos

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Dedicado a RRogersStark, porque gracias a ti salió esta idea para este magnífico one shot.

***
Después de todo el drama y dolor vividos tras la Guerra del Infinito, el mundo al fin recuperaba su cause habitual.
Las familias y amistades que alguna vez se hubieran enfrentado tras lo acontecido en la Guerra Civil, habían dejado de lado todo aquello una vez se vieron con la amenaza del Titán loco.
Wanda y Visón al fin podían estar juntos y vivir su amor, aprendiendo cada día uno del otro. Evolucionando.
Natasha, quien pensaba que todo había acabado entre ella y Bruce, se encontraba felizmente casada con el científico y esperaban a su primer bebé. Todo gracias a que Bruce un día se decidió y al fin pudo llegar a un acuerdo con su violento alter-ego, quien amaba a la espía rusa con locura también.
La misma historia pasaba con Clint y Pietro, quien salido desde los mismísimos infiernos llegó a salvar a su amado como si estuvieran en un cuento de hadas. Algo parecido sucedió con Thor y Loki, quien regreso de entre los muertos al igual que Pietro para partirle la cara a quien hubiera tocado a su amado rey, ahora, la diva se encontraba en algún punto del mundo disfrutando se su hermano y consorte, de su tan esperado embarazo y de su pueblo.
T'chala al fin había dado el gran paso y habia tomado al Lobo Blanco como esposo y vivían una hermosa vida en Wakanda. De vez en cuando venían a los Estados Unidos para visitar el centro de ayuda que la pequeña Shuri manejaba y de paso, visitaban al resto del equipo.
Y la lista de felices parejas y reencuentros seguía y seguía, nada como la aniquilación inminente para avivar las pasiones y limar viejas asperezas.
Pero como en todo cuento, siempre había una excepción.
Tal era el caso de Steve y Tony, quienes a duras penas se dirigían la palabra. No había importado el sentido momento que habían compartido cuando fueron en busca de la gema del alma, no había importado el tierno y significativo momento que habían compartido trás ganar la guerra del infinito. Ni siquiera había pesado el hecho de que compartieran un hijo en común.
El dilema radicaba en que a pesar de todo ese amor que ambos sentían el uno por el otro, Steve sentía que algo se había roto y no sabía cómo llegar a él, ni siquiera teniéndolo en la misma habitación. Entonces, pensando que ya le había hecho demasiado daño se aisló y se alejó de él, tomando la desicion por Tony.
Quien, cansado de toda esa mierda de macho alfa sobre protector, dejó de rogar y de esperar a que sus problemas se solucionaran, no importaba cuantas veces se acercara o cantas veces le repitiera que amaba a la paleta congelada esa. Simplemente tiró la toalla aquel día en el que el mismo genio tiro a la basura su orgullo y le rogó por una oportunidad, pero Steve se negó, alegando que lo amaba demasiado como para volver a lastimarlo, sin darse cuenta que con su rechazo, lo estaba matando.
Entonces, una noche en la que estaba totalmente vulnerable y se sentía sólo, Tony calló en los brazos de lo prohibido. No sabía que fue lo que le hizo caer, quizá fueron sus ojos verdes y penetrantes, o aquella barba en forma de candado que lo hacía verse tan sofisticado y ardiente, quizá era aquel cabello canaso que lo hacía verse tan interesante, o quizá, simplemente era el hecho de que lo miraba con un fuego tan grande que amenazaba con quemarlo vivo si tan solo se acercara un poco.
Quizá nunca lo sabría, pero por un unas cuantas horas, el Dr. Stephen Strange logró meterse bajo su piel, entre otros rincones de su cuerpo que habían sido olvidados hace tiempo ya, despertandole no sólo el cuerpo, puso en alerta todos sus sentidos y puso su mundo de cabeza. Al menos por esas horas.
Cuando llegó a casa fue la verdadera prueba de fuego, se sentía terrible, sabía que él y su aún esposo no tenían ya absolutamente nada, pero eso no quiere decir que no le doliera, que no extrañaba sus besos, sus manos sobre su cuerpo, la fuerza y la pasión obcena con que lo tomaba antaño. No podía mirarlo a los ojos.
Y no ayudaba el hecho de que ambos debían vivir en el complejo hasta terminar las últimas actualizaciones, después de eso, Tony y Peter se irían del país, para siempre. Por suerte, su bebé lo apoyaba. No le había contado nada sobre lo que pasaba con Strange, pero no era tonto, al contrario, sus intentos inocentes de juntarlo con el Hechicero Supremo eran cada vez más y más evidentes.
Por lo que no era extraño que de vez en cuando Peter fuera al Santuario para aprender sobre aquel mundo ancestral. A pesar de que aquello no le gustaba para nada a Steve.
- ¡Papá!- el grito de su hijo llamándolo saco a Tony de sus pensamientos- Mira a quien traje para la cena.
Peter se acercó a su papá muy emocionado y lo abrazó con fuerza, desde aquella vez que desapareció en sus brazos, le había dolido en el alma ver su expresión de dolor y desesperación, por lo que en cuanto regresó, se juró hacer feliz a su papá a toda costa, no permitiría que nadie hiciera llorar a la persona que él amaba más que a nada en el mundo. Ni siquiera su propio padre, quien, para variar, había tomado la desicion equivocada. Otra vez.
Asi qué, si su padre necesitaba a alquien que curara su corazón adolorido, quien mejor que él Doctor Strange, quien se notaba a leguas que se moría por su papá.
- Hola, Stark-Saludó Strange, dejando una distancia considerable por respeto a Peter.
- Hola -Sonrió Tony un tanto tenso -Que bueno verte.
- Lo mismo digo -sonrió, aquella sonrisa habria derretido a todo el puto Ártico. Y Tony era muy conciente de ello.
- Bien, iré a ver si la cena ya está lista, los dejó solos-Peter salió bailoteando de la sala de estar principal del complejo- Y no hagan travesuras que hay niños por aquí rondando.
Peter salió corriendo cuando su sentido arácnido le avisó de un peligro inminente, lo cual quería decir que su papá estaba a punto de lanzarle una silla por la cabeza por el atrevimiento, figurativamente, claro.
Mirntras tanto, por la cabeza de Tony pasaban infinidades de diálogos que podía sacar a relucir lo que tenía que decirle a Strange, eso y cuál seria el castigo para su entrometida arañita.
- No nos vemos desde aquella vez, te he extrañado- Susurro Stephen mientras se iba avercando poco a poco al castaño.
- Si, ehm, sobre eso, yo...
Ni siquiera llegó a completar la idea cuando un par de labios suaves e insistentes se posaron sobre los suyos, pegandolo a su cuerpo en un abrazo intenso que amenazaban con hacerlo ceder. Pero no podía, no por si mismo, no quería lastimar a Strange de esa forma, él se merecía a alguien que lo amara con la misma intensidad que le demostraba y Tony no podía. Por más que le doliera admitirlo, aún amaba a Steve. Y tenía la sospecha de que así sería hasta el final de sus días.
Tony levantó sus manos y las puso sobre el pecho de aquel apuesto hombre, empujandolo con firmeza, pero sin ser violento o agresivo, rompiendo así el beso.
- Stephen, necesitamos hablar de algo...

One Shots Stony y MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora