Capítulo 32 - Una Inesperada Visita

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CAPÍTULO 32
Una Inesperada Visita

Ese invierno fue más largo de lo que Hinata hubiese querido o pensado. Antes de que se diera cuenta Konoha estaba cubierto de blanco, los árboles estaban desnudos y la ropa abrigada volvía a su armario. Largas bufandas adornaban su cuello, guantes de lana calentaban sus manos y gruesos abrigos de gamuza la cubrían del frío.

A pesar de ello, parecía que nada le devolvía la tibieza que había experimentado en la seguridad que le ofreció Konoha durante los años de infancia. Ya no experimentaba ese cosquilleo en su corazón que le indicaba alegría, ni sus labios sonreían cuando algo le parecía gracioso, ni la embargaba el deseo de llorar cuando algo parecía ser triste. La comida sabía insípida, la nieve no tenía olor y el canto de las águilas mensajeras no le llamaban la atención mientras limpiaba las jaulas en que permanecían apostadas.

A veces pasaba horas mirando el horizonte, esperando que una mancha apareciera que le indicara que un nuevo mensaje venía en camino. Un mensaje de Sasuke. Un mensaje de Naruto. Algo que le dijera que las dos personas más importantes para ella estaban a salvo en los caminos que habían elegido en sus vidas.

Generalmente se llevaba muchas desilusiones y las aves mensajeras sólo traían documentos importantes para la Hokage, lo cual le partía el corazón.

—¿Ha llegado un mensaje de Kakashi sensei hoy? —le preguntó a uno de los encargados del equipo de mensajería llamado Koueh, un día especialmente ocupado en que cuatro águilas arribaron.


—Lo siento Hyūga-san, tampoco hay noticias hoy —le respondió el joven con una semi sonrisa, dejando que su cabellera castaña fuera picada por un cuervo mientras lo alimentaba.

Los días eran generalmente así cuando le tocaba trabajar limpiando jaulas y alimentando aves. Ansiosa esperaba por noticias de alguien querido, pero nunca llegaban. Era como si todos se hubiesen olvidado de su existencia y el invierno no sólo hubiese llegado a Konoha, sino que también a su solitaria vida.

El frío de la estación había llegado mucho antes de lo que ella había anticipado el día en que Sasuke Uchiha se paró frente a ella despidiéndose hasta su próximo encuentro debido a un viaje que debía realizar. Una bufanda roja envolvía su cuello, sus manos mantenían guantes de gruesa lana que ella misma había tejido y sus hombros eran cubiertos por una capucha de color beige. Portaba el protector de frente en una bandana a través de su cabello que lucía mucho más largo que de costumbre ahora que había decidido que eso no lo hacía parecerse a su hermano mayor.

Hinata cerró los ojos un momento y recordó su rostro ese día, sonriendo con melancolía.

Se veía tan distinto, mucho más adulto que el niño con quien había entrenado todos esos años. Había algo que lo había hecho crecer de golpe y los días de infancia parecían quedar atrás. Sus hombros eran más anchos, medía al menos diez centímetros más que hacía un año, su voz se había vuelto más ronca y sus manos más grandes.

Lo envidió; ella también quería avanzar con él, crecer, ser una adulta... pero siempre egoísta, Sasuke no la había llevado con él a ese lugar en que los juegos de niñez quedaban olvidados. Había crecido solo mientras que ella se miraba al espejo y no encontraba diferencia alguna con la pequeña niña que le temía a todo.

—Quiero ser un experto en kenjutsu también —le había dicho ese día mientras se despedía sin mirarla, con el rostro fijo en algo en el horizonte—. Los únicos que me pueden ayudar a dominar la espada son los samuráis del país del hierro. Por eso debo ir a ese lugar. Es parte de mi camino.

Team Seven [Naruto Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora