Capítulo 41 - Comienza la Misión

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CAPÍTULO 41

COMIENZA LA MISIÓN

La forma en que Naruto saltaba de árbol en árbol mientras atravesaban el país del Fuego lo hizo considerar en un comienzo que el perdedor realmente había estado entrenando durante ese tiempo fuera de la Aldea. Sus movimientos eran calculados y precisos, seleccionando las ramas en las cuales aterrizaba para volver a saltar con meticulosidad, pero al mismo tiempo, una rapidez casi innata.

No has perdido el tiempo, Naruto ―pensó con una amarga sonrisa, remembrando qué había estado haciendo él durante esos años―. Seguramente perdiendo el tiempo.

Sin embargo, pronto se dio cuenta que su compañero de equipo no se estaba moviendo de esa forma porque fuese más rápido que el resto del grupo o si quiera estuviese consciente de ello, sino, porque algo lo apremiaba, una urgencia que ni él ni Hinata, y mucho menos Kakashi, tenían. Así como todo lo que hacía, Naruto estaba corriendo por mero instinto. La velocidad que alcanzaba entre salto y salto era mera suerte.

Lo que Sasuke no lograba comprender del todo era qué podría causar esa gravedad en él para que sin mucho esfuerzo de su parte le sacara una ventaja de casi quince metros al resto del equipo, aunque todos ellos estuviesen moviéndose lo más rápido que sus piernas les respondía. Por un momento pensó si su rapidez se debía a lo que Jiraiya, su maestro, le había susurrado lejos del resto antes de partir de la Aldea, pero después de considerarlo un poco, lo dudaba. Naruto nunca había sido bueno siguiendo los consejos del resto y no creía que lo que había discutido con el ermitaño cambiase su manera de actuar.

Definitivamente, fuese lo que fuese lo que estaba motivando a Naruto era algo suyo, propio, y que probablemente no podría entender aunque lo intentara, lo cual tampoco era el caso. No tenía que ver con que aquella era su primera misión juntos en años, ni su tonta habladuría de querer ser hokage, ni su rivalidad con él... Naruto estaba actuando así porque estaba en camino a asistir a un amigo. Habría corrido de igual manera si Hinata, Kakashi o él estuviesen en peligro. Y aquello lo preocupaba. Al menos, por lo que recordaba de la personalidad de Naruto, eran más problemas que otra cosa lo que conseguían cuando empezaba a actuar de esa forma. Un Naruto actuando impusulsivamente no era para nada lo que quería en ese momento cuando la posibilidad de enfrentarse a la organización de Itachi estaba en el horizonte que los esperaba.

Sólo pensar en ello hacía que cualquier preocupación y tontería anterior en su mente desapareciera. Quería permanecer calmado y concentrado en su comitiva, analizando todos los escenarios posibles que estaban por venir. Quizás, vería a Itachi dentro de poco, y no podía desperdiciar un segundo de su tiempo pensando en el dolor que le causaba la suave mirada que Hinata le dedicaba a la espalda de Naruto, ni la urgencia de su compañero en apresurarse en llegar a Suna, ni lo despistado que lucía Kakashi. Su mente debía liberarse de cualquier estupidez y enfocarse en lo que realmente importaba.

―Espéranos Naruto ―gritó de pronto Kakashi, como si leyera el pensamiento del resto.

―¡Apresúrense! ―les ordenó desde la delantera―. No podremos ayudar a Gaara si seguimos demorándonos tanto.

―No podremos ayudarlo si gastas todas tus energías ―le recalcó el enmascarado shinobi―. Lo mismo va para ti Hinata ―Sasuke se sintió sorprendido por las palabras de Kakashi―. No es necesario que mantengas el byakugan activo mientras corremos dentro del país del Fuego.

Había estado tan concentrado en Naruto que ni si quiera se fijó en la manera en que los ojos de Hinata escrutaban el terreno en búsqueda de peligro. La observó de reojo y una mueca de disgusto, deseando poder insultarla por ser tan testaruda al emplear su chakra de esa manera, pero no separó los labios. Si deseaba hacer tonterías al igual que Naruto, o quizás para lucirse en frente de él, podía hacerlo.

Team Seven [Naruto Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora