Capítulo 45 - El Rescate de Gaara (Pt. 3)

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Debe buscar ese algo y protegerlo con todas sus fuerzas, Hinata-sama.
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Patética ―pensó Neji al ver a sus dos primas menores combatiendo.

Hanabi había traspasado la defensa de Hinata y le había asestado un fuerte golpe de su palma en el abdomen. Hinata cayó al suelo de rodillas, intentando respirar mientras tosía por el golpe. Los ojos de los presentes se fijaron en ella, silenciosos, juzgando su actitud, posición y falta de talento. Todos parecían estudiar lo que ocurría, mientras permanecía ahí cabizbaja y humillada.

La pequeña intentó ponerse de pie, apoyada de rodillas y manos. Neji frunció el ceño y suspiró cuando lo hizo. ¿Para qué se esforzaba cuando el resultado de ese combate se podía ver con claridad? Era vergonzoso para todos ellos seguir presenciando el fracaso de Hiashi en intentar que su heredera se volviese alguien a la altura de su rango.

Los muslos de Hinata temblaban, tenía sangre cayendo por su mentón y una de sus rodillas también estaba herida. Para ser sólo un tonto combate con una infante cinco años menor, Hinata estaba recibiendo cada golpe sin que pareciera poder esquivarlos o si quiera reaccionar.

¿El destino me puso bajo esta persona? ―pensó Neji apretando el puño ante lo injusto que era todo aquello. ¿Por qué él debía servir a alguien tan débil y patética? ¿Por qué no podía ser él quien heredara el futuro del clan si había heredado también sus mejores rasgos?

Todo el dojo estaba en silencio. El abuelo Hyūga miraba pacientemente la escena mientras que podía percibirse en la mirada de Hiashi toda la frustración y decepción que sentía al ver a su hija mayor, su heredera y quien llevaría consigo el legado Hyūga, siendo humillada de esa manera por una niña de seis años. Los murmullos en el Dojo de entrenamiento, en donde varios otros miembros del clan observaban, se escuchaban con claridad. Todos pensaban que quizás debían detener eso, pero Hiashi era inflexible. Aunque no le dijera palabra alguna, estaba esperando que la niña volviese a pararse para continuar. Era como si la estuviese castigando por su debilidad, sin detener ese enfrentamiento, a pesar de que había una clara ganadora. Hinata sólo seguía siendo lastimada con cada golpe que recibía sin que nadie quisiera detener su tortura.

La lluvia caía intensa afuera. Un relámpago iluminó con fuerza el salón por un momento, para luego ser seguido por el retumbante sonido del trueno. Y ahí, en silencio, los distintos miembros del clan que eran lo suficientemente importantes para estar presente se lamentaban sin palabras de la deshonra de Hiashi. Pues, sin importar cuantas veces se repitiese esa escena en que la niña era humillada así, su padre insistía en continuar su suplicio.

Neji apretó el puño con más fuerza, enterrando sus uñas en las palmas para soportar la frustración que experimentaba, preguntándose a sí mismo por qué Hinata no se rendía de una vez. ¿Por qué se empujaba a sí misma a ese punto en donde cada golpe que recibía no sólo dañaba su cuerpo, sino también esa mirada gentil que se quebraba lentamente? Sólo necesitaba decir que era débil, que no podía continuar, rendirse y aceptar su destino. Parecía tan simple. Un fracaso era un fracaso. Sin importar lo mucho que entrenara o cuantas veces pasara por ese doloroso proceso, siempre sería vencida por Hanabi.

De pronto, su pequeña prima volvió a subir el rostro y Neji notó algo en sus ojos cansados. Era un brillo extraño que la hacía lucir mayor y hermosa. ¿Era determinación?

Aquello le provocó extrañeza.

Muchas veces cuando eran niños había observado cómo Hinata se rendía después de un par de caídas, abandonaba el dojo llorando y Ko tenía que pasarse el día persiguiéndola por Konoha.

Team Seven [Naruto Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora