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Alexander pestañeó varias veces. «Por favor que esto sea solo un mal sueño.» pensó y se adentró aún más a la habitación. Miraba desconcertado el cuerpo sin vida del joven, y las prendas de su hija desperdigadas por los alrededores de la cama.

Su corazón comenzó a acelerarse, sintió que la sangre dentro de él corría con una presión inaguantable y que en solo minutos estaría desplomado en el suelo. 

Marco trataba de poner su mejor cara de desesperado, puesto que no era algo menor que la hija de su jefe haya sido secuestrada y que el hombre con quien se acostaba yazga muerto en su cama. 

- ¿Cómo mierda entró? - preguntó Alexander, estaba muy agitado, nervioso, tuvo que agarrarse de uno de los mástiles de la cama para mantenerse de pie.- ¡¿Para qué mierda les pago maldita sea?! - volvió a exclamar al no recibir respuesta por parte de su hombre. 

Marco solo negaba con la cabeza y se pasaba las manos por el rostro. Le era muy difícil manejar tal nerviosismo pero frente al estado de Alexander, éste apenas se notaba. 

- Les pago a ti, a Steve, y a la otra manada de imbéciles para que cuiden de mí y mi familia, ¡Y se acaban de llevar a mi hija! ¡Se piensan que todo esto es un juego, pues no lo es! ¿Qué mierda le diré yo a mi mujer? ¡Porque si todavía no te has dado cuenta tengo un hombre con un hoyo en la frente en la cama de mi hija, y ella no está!

En eso, Steve entra a la habitación, apurado.- Black, vi unos movimientos extraños af... afuera.- tartamudeó la última palabra al ver la escena.- ¿Qué mierda pasó?

- Se la llevaron.- volteó Marco con las manos en la cintura. 

- Se la llevaron... se la llevaron.- repitió Alexander en un tono sarcástico.- ¡Y así de tranquilo lo dices! - exclamó, esta vez dándole una bofetada en el rostro.- ustedes dos saquen a los invitados de aquí, la fiesta se terminó, se van, y los otros guardaespaldas, los cuales tener semejante cantidad no sirvió para nada, que comiencen a buscarla, no puede haberse ido muy lejos todavía.

Los dos hombres asintieron y salieron de la habitación, pero antes de que Steve se vaya, Black lo frenó.- Steve.

- ¿Si?

- ¿Qué movimientos extraños viste?

- Un auto negro, Mercedes Benz, no pude distinguir el modelos pero era bastante lujoso. Se fue... algo apresurado, no recuerdo haberlo visto llegar, ni tampoco recuerdo qué invitado pueda llegar a tener ese modelo de vehículo.

- ¿Matrícula?

- No alcancé a verla, estaba lo bastante lejos como para no distinguir las letras, y además es de noche.

- Bien... averigua todo lo que puedas.

- Sí señor.

En cuanto quedó solo, se pasó las manos por el rostro, contemplando el cuerpo de Shane, que de a poco iba tomando un color más pálido.

Abajo, en la fiesta, Aurora junto con su hermana se paseaban con sus copas en mano entre los invitados, altivas, sonrientes, estaban teniendo una gran noche. 

Pero Aurora no era ninguna tonta, vio un poco de incomodidad entre los guardias. Marco bajó las escaleras totalmente fuera de sí, lo cual llamó su atención. Además de que Alexander había salido a hablar por teléfono hacía rato y todavía no había regresado.

La expresión de la fina mujer se había tornado sería entre tantas sonrisas del lugar. Un revuelo entre los guardias, quienes ahora caminaban apurados y nerviosos, hizo agarrar un escalofrío en su delgado cuerpo.

Algo malo estaba ocurriendo, y ella lo notó.

Se movió rápidamente entre la gente hasta alcanzar a Marco, quien intentaba hablar con el Disc Jockey para poder tomar el micrófono e informar que debían retirarse. 

- Marco, ¿qué ocurre?

- Los siento señora, por órdenes de Alexander, la fiesta debe terminar.

- ¿Se puede saber por qué? 

- Será mejor que se lo informe su marido, señora, disculpe.

Aurora sintió un gran golpe en el pecho y un nudo formándose en su garganta al oír a Marco, ¿Qué estaba ocurriendo? 

Dejó a Marco a cargo de desalojar el lugar y subió las escaleras lo más rápido que sus altos tacos le permitían, y al llegar se encontró con toda la situación.

Las lágrimas salieron de sus ojos como balas, la angustia de tener un hombre muerto en su casa y que su única hija haya sido secuestrada empezaron a golpearle el pecho con más y más fuerza. 

No sabía qué clase de persona podría haberle arrebatado a su hija ni por qué motivo.

La realidad es que ni siquiera sabía la clase de persona que tenía como esposo.

Silent ScreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora