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Miraba la comida con asco, dando cada bocado con una sensación insoportable de nauseas, pero estaba muerta de hambre, y se le hacía imposible seguir aguantando.

Desde su lugar, sentada frente a la barra, podía divisar casi toda la sala de estar y la puerta  de madera oscura casi negra en el fondo. Observaba cada mueble del lugar; cada objeto se combinaba en distintos todos de madera, yendo desde el más claro hasta el más oscuro, con betas más claras en el mismo color. Definitivamente era una casa cuidada y ordenada, diseñada exclusivamente tanto por fuera como por dentro, no podía ser la casa de Jared o de alguno de sus compañeros, sino de alguien con mucha más sabiduría respecto a la decoración y clase.

Dejó de mirar la casa y se volvió a centrar en su comida ya fría, más bien helada.

Jared la miraba desde la otra punta de la cocina, apoyado sobre la mesada de mármol oscuro, tan oscuro que casi se camuflaba con su alma.

Observaba muy concentrado cada movimiento que Claire hacía, y aquellos movimientos le recordaban la escena que casi montaba arriba en la habitación. ¿Por qué no podía hablar con ella sin sentir las incontrolables y torturadoras ganas de acercarse más y más?

No recordaba haberse sentido así antes, lo que provocaba incertidumbre en él, y enojo. Era una cadena de sentimientos que generaban otros sentimientos y actitudes totalmente fuera de las que él creía poder hacer.

La última persona que había besado había sido una prostituta de uno de los prostíbulos más conocidos de Los Ángeles, hacía un mes. Pero la última vez que había besado a alguien con el sentimiento con el que había besado a Claire había sido probablemente en la preparatoria.

- No tengo más hambre.- dijo Claire, sacándolo de sus pensamientos.

Jared tenía la mirada perdida en sus recuerdos en el momento que la joven pelirroja habló arrojando el tenedor sobre el plato semi vacío. Volvió la vista hacia ella y asintió sin darle mucha importancia a lo que había dicho, en realidad ni siquiera la había escuchado.

Claire volteó y miró hacia él. Estaba totalmente desconcentrado, ido de la realidad, observando el viento mover las plantas del otro lado de la ventana de la cocina.

- Jared.- volvió a hablar.

Ahora Jared si la atendió, pero ella se quedó mirándolo, sin emitir palabra. Jared suspiró y estiró el brazo para tomar su mano y atraerla hacia él.

« ¿Qué haces? » creyó haber dicho al sentir el tirón, pero no fue más que un pensamiento.

El tirón era leve, por lo que ella se acercaba de a poco, dándole tiempo para mirar los azules ojos de Jared, ahora más claros por la luz del joven día.

Ahora en frente de él, podía mirarlo con más claridad, él la miraba altivo, desconfiado, pero en cuanto se acercó un poco más, bajó el mentón y se acercó a su rostro. 

- ¿Qué me estás haciendo? - susurró Jared, mientras miraba las manos de Claire las cuales acariciaba con los pulgares. 

Las palabras simplemente se quedaron atrapadas dentro de la boca de la joven,  mirando la escena que se adaptaba frente a sus ojos. 

¿Qué estaba queriendo decir Jared?¿Qué estaba haciendo Claire con su cuerpo, su alma, su ser? 

Jared no pensaba lo que hacía, se estaba dejando llevar demasiado por el momento, y sabía perfectamente que las consecuencias no serían satisfactorias ni para él, ni mucho menos para Marco. Pero ahora estaba cegado por el alrededor, para su sorpresa, las manos de Claire estaban calientes, y le resultaban agradablemente reconfortantes antes las suyas que se asemejaban a dos trozos de hielo recién sacados del congelador. 

Silent ScreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora