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Luego de algunas horas, Claire seguía sumergida en la tina, casi cayendo en sueño, mientras que a los tres hombres no parecía importarles demasiado. Marco, como mano derecha de Black, debía volver a la mansión, puesto que si tardaba más levantaría sospechas. Así que cogió el auto y se largó del lugar.

Volvió a tomar aquellas calles y rutas rebuscadas, hasta que los altos edificios y el aire de Los Ángeles inundaron sus sentidos. Con los vidrios polarizados podía ver a cada persona la cantidad de tiempo que quisiese sin tener que preocuparse si se daban cuenta. Miraba aquellos rostros, algunos lucían cansados, otros enojados, pero la mayoría lucía como que todo estaba bien, algo que él, aunque tal vez lo estuviera, ya no podía lograr. Dejó de enredarse entre la gente y se dirigió lo más rápido que pudo a la mansión. Allí, Steve lo esperaba en la puerta con el ceño un poco fruncido. Al ver que Marco se acercaba, ahora a pie, levantó las cejas en señal de sorpresa y esperó a que se acercase.

- Hombre, ¿dónde te habías metido? Black está como loco.

- Lo siento, el auto se averió.- mintió.- ¿qué ocurre?

- Black hija. Leto llamó la otra noche, mientras no estábamos.

- No me sorprende. ¿Qué dijo?

- Que quiere el doble.

Marco largó una leve carcajada.- ¿Está loco o qué?

- No lo sé.- contestó Steve, quien seguía serio, con expresión preocupada.- esto se está poniendo jodido.

- Lo sé.- dijo por último y se dispusieron a entrar a la casa.

Dentro se toparon con Aurora, quien con una mirada rojiza por el llanto y el cansancio no dejaba de teclear su teléfono en busca de su hija. Los dos hombres se miraron y siguieron su camino hacia el despacho de Black.

- Jefe.- habló Marco en cuanto puso un pie dentro de aquel despacho.

- Era hora de que aparecieras.- contestó Alexander.

Éste, a pesar de parecer preocupado por encontrar a su hija, no lo demostraba, puesto que estaba sentado en su escritorio con un vaso de quién sabe qué bebida alcohólica y unas cuantas revistas desparramadas sobre el escritorio hablando de la misteriosa desaparición de la heredera a la empresa Black.

- Escuchen esto.- volvió a decir haciendo un ademán para que los dos hombres se sienten frente a él. Tomó una revista y comenzó a leer:

"Un incidente poco común ha ocurrido en estos últimos días. Para ser más precisos, la noche de Año Nuevo, la cual no fue una noche festiva para la adinerada familia Black. Hablamos de la misteriosa desaparición de la única hija, Claire Black, quien en el momento de la desaparición se encontraba en su alcoba, con compañía."

El empresario cerró aquella revista y les dedicó una mirada llena de enojo a sus hombres antes de que cogiera otra para leer la siguiente nota.

"El secuestro de Claire Black, hija de Alexander y Aurora Black, ha dejado muchas preguntas sin respuestas estos últimos días. Puesto a que no solo la señorita Black fue víctima de todo este embrollo, sino que también su acompañante Shane Flint, fue hallado sin vida en la misma alcoba donde la joven desapareció"

- ¿Quieren que siga? - habló de repente arrojando la revista a un lado haciendo que ésta caiga de la mesa.- Pues yo no. Todo el país está hablando de la desaparición de mi hija. Todo. Algunos ya están hablando de mis negocios. En qué ando, en qué no ando. Se está yendo de las manos, mi reputación esta en picada.

- Jefe.- habló Steve en cuando hubo un minuto de silencio.- lo que ahora importa es encontrar a su hija, no su reputación.

Marco asintió con la mirada fija en la madera del escritorio. Alexander, en cambió, le dio una mirada amenazante abriendo los ojos como platos.

Silent ScreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora