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No duermas mientras el sol esté inundando las paredes de tu habitación.

No ames mientras te hagan el daño que jamas creíste que llegarías a padecer.

Quédate con quien abraza la vida.

Y no con quien acaricia la muerte.》

Claire despertó sobre las sábanas de la cama de la habitación, no recordaba haber salido de la ducha, probablemente se había adormecido lo suficiente para que no notara cuando Jared la llevaba sobre la acolchonada superficie. Sus brazos y esa perfecta media sonrisa la habían metido en un sueño profundo de tranquilidad, y luego de todo lo que había padecido era lo que más necesitaba.

Había tenido un sueño, un extraño sueño en el que solo una voz se escuchaba, una voz que poco a poco iba reconociendo. Todo era negro, no había absolutamente nada, y en la tibia y repentina fría oscuridad, la voz de Jared susurraba palabras que asociándolas con todo lo que le había pasando comenzaban a tener sentido.

"Quédate con quien abraza la vida.

Y no con quien acaricia la muerte."

¿Qué era lo que querían decir esas palabras?¿Debía deshacerse de Jared, o de incluso ella misma? Él era el único que estaba cerca de ella y de la muerte, y la había conducido a tener que matar ella también, ese hecho que la atormentaría por siempre.

Pero cualquier pensamiento se despejó cuando Jared apareció frente a ella, con expresión levemente preocupada pero aún así, manteniéndose serio. Se fue acercando hasta sentarse al lado de ella, al borde de la cama. Claire se sentó para estar así más cerca.

- Te estabas casi durmiendo en la ducha.- dijo mirando hacia abajo.
- Lo supuse.

- ¿Cómo te sientes?

- Algo mejor, creo.- Apoyó las manos sobre el hombro de Jared y acostó su cabeza sobre ellas para mirarlo más de cerca.

Él volteó la cabeza lo que pudo y miró sus labios.- Claire...

- ¿Si?

Tardó en contestar, se estaba hipnotizando.- Debemos irnos.

No sabía exactamente por qué lo decía, en realidad, aún no había entendido los futuros problemas que desencadenaría haber matado a una persona.

- Hoy.- volvió a hablar.

- Hoy...- repitió Claire, susurrando.

Se volvió a acostar en la cama, tapada hasta la mitad del pecho, y se pasó el brazo por encima de los ojos para no ver nada. Otra vez debían escapar, otra vez iba a tener miedo, otra vez iba a correr riesgo.

- Anda, levántate.- dijo Jared con tono un poco más alentador, levantándose él también a tomar el bolso que se encontraba en el medio de la habitación.

Claire se sentó nuevamente y alzó las cejas.- ¿Ya? - dijo sorprendida.

- Cuanto antes mejor.

***

El día era nublado y parecía hacer más frío de lo normal. El cementerio, tan desolado como siempre, presentaba ese lúgubre y mortal ambiente que generaba un nudo en el pecho de tan solo entrar en él.

Todo era gris allí, y no solo por las frías lápidas, el escaso césped que había también parecía estar teñido de ese gris fantasmal.

El ataúd ya sellado, rodeado de coronas de flores blancas y deprimentes, daban lugar al funeral de Alexander Black, el hombre que jamás sabría el futuro de su hija. Todos vestidos de negro, con lentes o sombreros que no dejaban ver los ojerosos ojos de los familiares más allegados a él.

Silent ScreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora