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Claire alisaba los últimos mechones de su rojizo cabello. La gran fiesta de fin de año en la mansión de los Black se daría en algunas horas, mientras que la gente de alta clase comenzaba a llegar, Amy, su mejor amiga se paseaba por los pasillos delicadamente color terracota para finalmente llegar a una gran habitación donde se encontraba la joven pelirroja.

- Jamás me acostumbraré a este laberinto.- dijo Amy, quien llevaba un vestido ajustado al cuerpo, negro y con pequeños detalles bordados en el mismo color.

- Lo sé.- rió Claire en cuanto la vio entrar a la habitación.

Terminó con su cabello y se dirigió hasta los pies de su amplia cama, en el suelo, donde se encontraban unos brillantes zapatos con un alto taco de 15 cm.

- Regalo de papá.- habló hacia su amiga con el orgullo que las familias adineradas traían con sus costumbres.

Pero Amy no se quedaba atrás, su padre trabajaba junto con el de su amiga, uno de los grandes administradores de la empresa de relaciones públicas que llevaba el nombre de Alexander Black, padre de Claire.

Las dos muchachas terminaron con sus preparativos y se dirigieron hall de la gran mansión, donde se encontraba su madre junto con su hermana recibiendo a los invitados.

- Madre.- apareció Claire por detrás de la hermosa y fina mujer de largos cabellos rojizos tal como su hija.

- Tan hermosa y glamorosa como siempre mi hija.- contestó cordialmente.

Las amigas siguieron su camino por las distintas habitaciones de la casa, saludando parientes, empresarios y compañeros de sus padres. Su padre, Alexander, se encontraba en el enorme jardín delantero de la casa junto con sus dos hombres de confianza, Steve y Marco.

La noche se mantenía estrellada, tal como se había pronosticado, la luna, quien se encontraba por la mitad, iluminaba aún así los grandes campos que rodeaban la mansión.

Decidieron no interrumpirlos ya que a Alexander nunca le fue de su agrado que apareciera gente cuando hablaba con sus dos grandes manos derechas.

Amy tomó dos copas con bebidas alcohólicas de una barra en cuanto volvieron a entrar y le tendió una a Claire, quien la tomó con una gran sonrisa.

- ¿y bien? - comenzó a hablar Claire.- ¿terminó todo con Bob?

- Si.- contestó con disgusto.- ese idiota. Y bien.. ¿iremos a la fiesta que organizará Christopher?

- Claro, ¿dónde será?

- Alquiló un salón bailable cerca del centro de Los Ángeles. Será este viernes.

- Genial, por supuesto que iremos.

Amy dio un pequeño salto en el lugar al escuchar la contestación de su amiga.

Christopher era amigo de ellas desde la preparatoria, otro de gran familia adinerada, luego de cada año nuevo tenía por costumbre hacer una gran fiesta, el "Año Nuevo de los jóvenes".

Los invitados terminaron de llegar y todos se encaminaron al jardín trasero, el cual era igual o más grande que el delantero. Farolas adornadas con luces tintineando a ritmo decoraban el ambiente, mesas de fiesta, comida, música tranquila, creaban un clima al verdadero estilo de la familia Black.

Elegancia, dinero y grandeza dominante en la familia que parecía tener el mundo a sus pies.


Silent ScreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora