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Los tonos constantes volvían a escucharse en el teléfono de Black, haciendo así que sus latidos del corazón se aceleren incrementando una velocidad importante. Lo que acababa de decirle Leto con respecto a su hija no era algo que había que pasar de largo. Ya tenía el dinero, ¿qué más quería? 

Sus dos hombres ya no se encontraban en aquel despacho, por lo que se permitió soltar lágrimas que dejaban una marca imaginaria sobre sus mejillas, así como quemaduras. Las revistas que antes estaban sobre el escritorio ahora se encontraban desparramadas sobre el suelo, algunas de ellas con sus páginas rotas, producto de la ira que iba consumiendo el organismo del empresario. Las palabras de Jared resonaban en su cabeza junto con las de su hija, que eran las que más le dolían, las que más hacían correr lágrimas. Su propia hija lo odiaba, y si era verdad que Jared no le había contado nada aún, no quería imaginar cuanto lo odiaría cuando se entere de toda la verdad.

Aurora seguía caminando de aquí para allá escuchando los gritos de su marido. Su teléfono ya no recibía llamadas, y las pocas que había recibido no le informaban nada acerca del paradero de su hija. Así que se dispuso a enfrentar una vez más a su marido. Caminó por el gran hall principal introduciéndose por un pasillo hasta así acabar el las puertas de vidrio del despacho de Alexander. Entró sin más, sin ni siquiera golpear la puerta antes. Black se encontraba con las manos sobre una de las paredes y con la cabeza gacha, mientras distintos objetos yacían en el suelo ya que habían sido recientemente arrojados.

- Vete Aurora no quiero hablar. 

- ¿Por qué gritas? - ignoró ella.

- Que te vayas he dicho.

- Alexander dime qué pasa. 

- ¡Que te vayas! - Black se irguió para así enfrentar a su mujer, pero ésta lo enfrentó también. 

- ¡No! - gritó.- ¡Es mi hija mierda, te piensas que no me entero de nada pero no es así, sé exactamente lo que está pasando, sé que todo es tu culpa. Alexander Black todo esto son consecuencias de los malditos errores que cometes con tus estúpidos negocios! ¡Tienes una empresa y te metes en negocios sucios maldita sea! ¡Recupera a nuestra hija porque juro que...

- ¡Eso es lo que estoy intentando! - interrumpió.- Todo este maldito tiempo en este maldito cuarto he estado tratando de dar con el paradero de Claire pero ¡no es fácil! 

Aurora lo miró unos segundos para luego voltear y caminar a la salida, pero se quedó a medio camino y volteó nuevamente.- Has arruinado esta familia Alexander, y has arruinado la vida de tu hija. Quién sabe qué le estarán haciendo.

- No le harán nada. 

- Pues te conviene.- dijo por último y se retiró, para volver a toparse con Marco nuevamente. 

- ¿Se encuentra bien? - preguntó él al encontrarse con la mirada perdida de la mujer.

- ¿Crees que lo estoy? - Marco negó con la cabeza.- Pues no preguntes. 

Marco rodó los ojos sin que ella pueda verlo, y sin darse cuenta volvió a voltear caminando hacia las escaleras, para dirigirse al piso de arriba. Igualmente no fue algo de lo que Aurora se haya percatado, por lo que siguió su camino hasta la habitación de Claire. Allí, cuidadosamente, comenzó a husmear el armario de la joven, en busca de ropa un tanto festiva. Tomó un bolso que se encontraba en una repisa superior de aquel armario y comenzó a meter varias prendas, con algunos zapatos y joyas. Una vez que terminó, arrojó el bolso por el balcón del gran ventanal, atrás de la casa, allí nadie lo vería y podría salir de aquel lugar sin nada en sus manos. 

Luego de toparse con Marco, Aurora siguió su camino hacia donde se encontraba anteriormente, volviendo a cruzar el hall principal. Parecía no tener conciencia lo que pasaba al rededor suyo, solo le preocupaba en qué condiciones se encontraba su hija.

Volvió al sofá y tomó varias revistas, las cuales por supuesto contenían notas hablando del caso Black. 

"... Investigan el caso Black como uno de los más extraños e importantes de los últimos años. Un fin y comienzo de año para ésta familia en la que el dinero sobra. Tras la desaparición de la única hija, Claire Black, los fiscales y demás encargados del caso investigan acerca de las relaciones intra y extra empresariales del padre y dueño de la gran empresa Alexander Black. Varias investigaciones han dado con paraderos y gastos no muy comunes en este gran empresario. Por desgracia, la información oficial es privada por seguridad al caso y el resto de la familia, pero lo que podemos asegurar es que este caso no fue al azar, como dijeron sus dos grandes manos derechas, Marco Abadi y Steve Line, esto fue un golpe directo a Alexander.

- Así en la vida como en el mundo empresarial uno no puede ser amigo de todos, y esta empresa maneja muchísimo dinero, por lo que esa podría ser una gran causa por la que cometieron este hecho.- Comentaba Marco Abadi.

Éste y su compañero fueron los únicos que se dejaron entrevistar por la avalancha de periodistas que se acercan todos los días a la mansión Black. Acerca de Aurora Black, madre de la desaparecida, no sabemos nada, pero se puede asegurar que no ha salido de la casa durante todos estos días ya que su chófer y su vehículos se encuentran en el lugar. 

A través de los grandes ventanales que esta gran mansión posee pudimos distinguir el clima nervioso que está poseyendo. Se lo ha visto caminar apresuradamente a Alexander, quien hasta ahora nunca se lo vio sin su teléfono. 

Volviendo a las investigaciones, los encargados de este caso siguen investigando sobre los posibles negocios de este gran hombre de dinero. A pesar de las palabras de Marco Abadi, está claro que es poco creíble que un mal negocio en una empresa de relaciones públicas jamás tendría como consecuencia la desaparición de una persona ni el asesinato de otra..."

Periodista Amy Stewart - Periódico Los Angeles Times.

Al terminar de leer, Aurora elevó la cabeza desconcertada y habló.- Amy.

Silent ScreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora