Silent Scream

39

Llevaban horas acostados en la cama, Claire y Jared miraban al techo, tratando de calentarse con el abrigo que los cubría.

Sentían constantemente que perdían confianza el uno con el otro, y al final del día no podían tener una conversación que se acercara a lo relativamente normal.

A pesar de haberse sentido muy a gusto juntos allí en la ducha, ahora no podían siquiera mirarse a los ojos. No sabían exactamente por qué. Sólo esperaban constantemente que el otro diera el primer paso. Éste era Jared, el que siempre lo daba, a pesar de su fría y cambiante forma de ser, siempre terminaba cediendo ante ella. Esta vez se mantenía quieto, tranquilo, tratando de agudizar sus sentidos para poder sentir secretamente el calor y aroma de la joven. Si tan solo pudiera sentirse más contenido, más querido.

Pero esta vez Claire, sin saber realmente lo que hacía, se colocó de costado mirando hacia Jared, quien mantenía los ojos abiertos totalmente despabilado. Lo miró por varios segundos, quedándose concentrada en su perfil; su nariz y su mandíbula.

Cada centímetro de su rostro le recordaba lo perdida que estaba en él, lo duro y débil que era al mismo tiempo, lo que necesitaba en ese momento abrazarlo y actuar como si fueran dos personas en una situación normal, amándose.

Terminó de hacer su giro de ciento ochenta grados, con el pecho ahora sobre el colchón, y apoyó la cabeza sobre sus brazos. Él se percató de sus movimientos y giró la cabeza para mirarla, posando sus ojos en los suyos y luego en sus labios. La pelirroja, aún mirándolo, habló.- Nunca pudimos reír juntos.

Jared parpadeó desconcertado ante la repentina oración que Claire había musitado. Aquello había salido tan melancólico, no sabía si le hablaba a él o le hablaba al aire. Pero aún así se volteó de costado apoyando su cabeza sobre su antebrazo, sin despegar la vista de sus ojos y boca, resultando éste último más tentadores como nunca antes los había sentido.

Claire, que sí tenía en claro a quien le hablaba, siguió.- Nunca tuvimos una charla más... Fluida.- Seguía siendo la única que hablaba allí, sin obtener ninguna respuesta por parte de su compañero.- Lo único que hacemos es pelear, gritar y llorar.

- Creo que las circunstancias nunca nos llevaron a tener una confianza así.- contestó Jared luego de otros varios segundos de silencio. Tenía la voz ronca, y aún se entrecortaba un poco.- No hay forma de estar bien, siempre hay alguna razón para pelear, gritar y llorar.

Hubo otro silencio.

- ¿La hay ahora?

Jared sintió que repentinamente le quemaba el fondo de los ojos. Estaba cansado de pelear, pero siempre había un motivo para hacerlo. Sintió un suspiro proveniente de Claire. Un suspiro aliviado, creyendo que la tormenta había terminado y que el mar volvía a ser calmo, pero no, todavía no, todavía había una ola a punto de romper sobre ellos.

Antes de que Jared pudiera contestar a su pregunta el tacto de Claire lo volvió a enmudecer. Le acarició su mejilla con el dorso de sus dedos índice y mayor. Él cerró los ojos.- No te das una idea lo lindo que te ves sin ese terrible ceño fruncido.- sonrió mientras ahora llevaba sus dedos hacia su ceño.- Y lo lindo que te podrías ver si me sonrieras.

Jared abrió los ojos y exhaló una leve risa con un gesto de dolor.- Jamás creí que dirías eso.- contestó pasando su brazo derecho por su cintura, introduciéndolo dentro de la camisa que usaba como pijama.

Pero no para atraerla, sino para acercarse él, y de a poco lo hizo escondiendo su rostro en su delicado y suave cuello, dejando tiernos besos sobre su piel. La joven sonrió y pasó sus brazos por encima de los de Jared, para así llevarlos hasta su espalda que a diferencia de ella, éste se encontraba sin camisa.