Silent Scream

12

Las palabras anteriores de Dylan comenzaron a resonar en la cabeza de Jared.

 « Jared... creo que... » 

Automáticamente se percató de la demasiada poca distancia que había entre él y Claire. Entre su nariz y la de ella. Entre sus labios y los de ella. Su mano seguía posada en su mentón, a punto de cometer lo que sería tal vez un error: inclinarlo apenas un milímetro más para que los labios choquen. Se alejó poco a poco, lento, perdiendo su mirada en la cristalina de ella. 

Claire se había quedado dura, tal vez demasiado ante semejante acercamiento de Leto. Pero aún así no era intención de ella alejarse, de ninguna manera se le había cruzado por la cabeza que él llegara a cometer semejante acto. 

El silencio inundó aquella habitación, convirtiendo a aquellas tres personas en prácticamente fantasmas. Pero no se quedaría así el ambiente por mucho tiempo, Jared puso las manos en su cintura y miró a las otras dos personas paradas frente a él. Con el ceño fruncido, entre asco y extrañeza, siguió mirándolos, luego el techo, luego el piso, y nuevamente a ellos. Hasta que por fin habló.

- Iré con Zac. Diviértanse.- fue lo último que se le oyó decir antes de que la puerta de entrada se cerrara.

Caminó varios pasos, mientras con la mirada fija en el suelo y el ceño aún fruncido se ponía su saco nuevamente. La temperatura estaba helada, y semejante frío hacía que su aliento salga como humo. Subió a un coche aparcado en el garaje, frotó sus manos para que entraran en calor y encendió el motor del vehículo. 

La ruta estaba algo congelada y oscura, por lo que anduvo con más precaución. La zona civilizada comenzaba a divisarse a lo lejos y la entrada a Los Ángeles no tardó en aparecer. Así, lo más rápido que pudo se dirigió a la dirección de Zac, sin antes encender la radio del coche y fumar uno de sus largos cigarrillos. No sabía hace cuantas horas hacía que no fumaba, y aspirar un poco de ese humo adictivo lo hacía tranquilizarse un poco. De repente allí adentro, en el ambiente del humo y la música lenta y baja, se sintió un poco más relajado, y se permitió olvidar todo lo que hasta ahora estaba ocurriendo, por lo que bajó la velocidad del auto para poder disfrutar al menos unos minutos más. 

Pero aún así no se encontraba muy lejos de la casa de Zac, en apenas cinco minutos se encontraba aparcado en frente de su puerta. Apagó el motor y salió del vehículo, con la misma tranquilidad con la que venía conduciendo. Caminó hasta su puerta y tocó tres veces, ésta parecía hueca, pero no le importó. Su ceño permanecía fruncido, y luego de que Zac abra la puerta para recibirlo, también.

- Nos volvemos a ver.- le dijo Zac, corriéndose a un lado para que Jared pudiera entrar. 

- Siento haber tardado,  ya sabes, negocios.- contestó.

- ¡Y qué negocios! Querido amigo.

Jared solo respondió con una mirada no muy amigable.

- Háblame de la chica.- volvió a hablar Zac.- cuéntame más.

- ¿Qué quieres que te cuente? Ya sabes... son negocios...

- ¡Oh vamos Jared! - protestó.- Nos conocemos hace años, anda. Los dos sabemos que va más allá de los negocios.

- Lo sé, lo sé.- respondió mostrando las palmas de sus manos.- Sí, es algo más... personal. Ya sabes la historia, Black, él, yo.

- Sí, lo recuerdo.- bajó un poco la mirada, aunque la subió enseguida.- Y dime, ¿cuál es el plan? Digo, con la muchacha.

- Hacer lo exactamente lo que Black hizo.- Jared caminó hasta el sofá grande y se sentó en el.- La tenemos. Le pedí dinero, solo por diversión.- rió mientras le daba un sorbido a su bebida.