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La fiesta se trasladaba al gran salón principal de la mansión. Las grandes arañas que colgaban del alto techo iluminaban todo el lugar, haciendo brillar los vertidos de las damas que caminaban libremente con copas en sus manos.

Claire caminaba junto con Amy por entre medio de aclamadas personas. Fotógrafos de algunas revistas de alta moda estaban en el lugar, tomando capturas del gran momento. 

- Creo que esta fiesta se está tornando un poco aburrida, ¿no crees? - habló Claire, dándole una última sorbida a su bebida. 

- ¿Qué harás al respecto? - preguntó insinuante Amy.

- Mmm, subámosle un poco a la música.- sonrió.

La fiesta comenzaba a tomar un poco de alegría, sacando ese blues y poniendo música un poco más movida.  

Su padre, Alexander, no había dado señales de aportar a la fiesta, se mantenía serio, de brazos cruzados. 

Marco se acercó hasta su lado, tratando de que nadie escuche lo que tenía que decir.

- No contesta, señor.

- Sigue insistiendo, no puedo perder semejante carga.

Marco asintió y caminó hacia afuera de la mansión, evadiendo todo el ruido que la música causaba. Volvió a marcar el número en su teléfono. Seguía sin haber respuesta del otro lado. 

- Mierda.- susurró. Estaba sintiéndose amagado, irritado, molesto con Alexander, acababa de hacer una gran estupidez. 

Llamó una y otra vez, era el momento justo para atacar, y la excusa perfecta, pero no, no contestaron. 

Alexander, ahora al lado de su mujer, trató de aparentar un buen estado de humor, pero ella lo conocía, sabía que algo estaba pasando.

- Mi Alexander.- posó una mano sobre su cabello, peinándoselo.- señor de señores, te ves algo... irritado.

- Ha sido solo un mal día en la empresa ayer... clientes.

- Alexander, Alexander, distráete un poco, estás en una fiesta, mira tu hija, sonríe.

Tal como ella lo dijo, Black miró a Claire, con una sonrisa en su rostro imponiendo la superioridad con la que se había criado, animando a que la gente alegre la fiesta. Volvió a voltear a su mujer y la miró resignado.

- Mi bella Aurora, ¿qué haría sin ti?

- Y yo sin ti.- sonrió acerándose a su rostro en un tierno beso. 

Mientras tanto, Marco había conseguido que contestaran el teléfono. Y aunque el miedo no le dejaba hablar, tuvo que atreverse. 

- La cosa es.- comenzó a hablar.- que Alexander no dispone de ese paquete en esos momentos. 

- No dispone...- contestó el hombre del otro lado de la línea, con suma tranquilidad. Tanta, que daban escalofríos.- ¿y se puede saber por qué mierda no dispone?

- No me informó de eso... es un idiota.

- Y tú un estúpido, Marco, tu trabajo es informarte e informarme.

- Te acabo de informar eso.

- ¡Si pero no es suficiente! - exclamó, haciendo que Marco tuviera que alejarse el parlante de su oreja.- Deja, yo me ocupo.- colgó.

Sintió un golpe en su pecho, solo esperaba que no lo delatara, quién sabe cómo terminaría. No eran negocios fáciles. 

Mientras, en la fiesta nuevamente, Claire había vuelto al lado de su amiga Amy quien ahora conversaba con dos hombres muy apuestos. 

Silent ScreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora