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Se había vuelto a dormir de forma extraña. Sus azules ojos, negros ante la oscuridad de la noche, se habían quedado mirando la blanca pared que tenía en frente, al estar de costado sobre la cama. La había oído levantarse, abrir la puerta, y cerrarla detrás de ella. Para luego oírla entrando de nuevo.

No había podido evitar sonreír levemente. Sabía que todo esto le dolía a Claire, que no le faltaban oportunidades para volver con su familia, pero aún así se quedaba a su lado.

Cerró los ojos lentamente, cuidando de no moverse sobre la cama para que ella no se de cuenta de que no estaba durmiendo, y se concentró en los movimientos que hacía a lo largo y a lo ancho de la habitación. No se escuchaban pasos, solo su respiración un poco congestionada y entrecortada por el reciente llanto. Claire miraba a Jared yacer tranquilamente sobre la cama, con los ojos llorosos, cuestionándose una y otra vez por qué había vuelto a entrar.

La luz aparecía en la habitación y Claire seguía despierta mirando un punto borroso a lo lejos. No había vuelto a tocar la cama, se encontraba sentada en el suelo, apoyando la espalda contra una de las puertas debajo de la mesada. No sabía cuánto tiempo llevaba en esa posición, pero lo cierto era que el sol ya estaba lo bastante alto como para que en una o dos horas se acercara el mediodía. Estaba tranquila, fuera de sí, salvo por dos veces que Jared cambió de posición en la cama y la hizo sobresaltarse. No le entraba en la cabeza cómo podía dormir con tanta tranquilidad, pero lo cierto era que esa era la primera noche que dormía profundamente, seguro de que la tenía a ella, de que era suya.

No podía creer lo que había hecho aquella noche, se había entregado por completo ante el hombre que odiaba, ante al hombre que había hecho de su vida la peor pesadilla del mundo. Se había entregado, directo a él. Pero por alguna extraña razón no se arrepentía, ese calor y las sensaciones que había tenido no las comparaba con nada del mundo, y sentía una ineludible tranquilidad en su pecho.

Jared sentía la respiración de la joven aún dormido, como si estuviera incluso en sus sueños, pero era que poco a poco volvía a despertarse, escuchando muy lejano un mudo llanto de la ex pelirroja.

Se encontraba con el bóxer puesto, y un frío le recorrió desde su marcada pelvis hasta su cabello. Se sentó en la cama y la vio, sus ojos estaban algo rojos nuevamente, y lo miraba con un sentimiento que no lograba reconocer. Sintió entre rabia y compasión, nuevamente sentía que se volvía frío con ella, como lo era con todos. Se quedó mirándola, esperando que alguno de los dos cuerpos reaccionara, pero ella no tenía intenciones de moverse. De repente ambos sentían cosas totalmente opuestas a las de la noche anterior, él sentía rencor y traición hacia su hermano mientras que ella despreciaba todo lo que lo rodeaba, a él y a ella misma.

Claire cerró los ojos y dejó que algunas lágrimas más se desplazaran por sus mejillas, tratando de escuchar algún movimiento de Jared. Pero no escuchaba nada, solo su llanto y respiración cortada. Se tomó unos segundos para volver a abrir los ojos, los párpados le pesaban y le ardían.

Finalmente los abrió, Jared estaba sentado en el suelo frente a ella, en bóxer, con los antebrazos apoyados sobre sus rodillas levemente separadas y un rostro de extremo cansancio; el ceño levemente fruncido y los ojos algo achicados. Claire no pudo evitar dejar de lado cualquier angustia y centrarse en mirar detalladamente el cuerpo en paños menores que tenía frente a ella. Sentía repentinas ganas de sentarse arriba de él y besarlo con fuerza, olvidando su odio.

- ¿Por qué no te fuiste? - habló Jared quitándola de sus pensamientos.

Esa pregunta la tomó por sorpresa, no sabía a lo que se refería, ella lo había visto profundamente dormido.

- ¿Qué?

- ¿Crees que no te escuché? - levantó las cejas esperando una respuesta, pero ella solo bajó la mirada al suelo y negó con la cabeza.

Él no dijo nada más, no podía quejarse, le encantaba el hecho de que se hubiera quedado, no había nada que negarle a ese hecho.

Claire volvió a levantar la vista, él la miraba con sus brillantes ojos azules directo a los ojos, cómo deseaba que vuelva a ser la noche anterior.

- Jared...- susurró y apoyó la mano sobre la de él, arriba de su rodilla.

Jared bajó la mirada hacia ambas manos, y automáticamente se levantó del suelo en busca de sus cigarrillos. Una vez que volvió, se sentó, prendió uno de sus cigarrillos, y luego de fumar y soltar el humo hacia un costado, abrió las piernas y se acercó hasta que Claire estuviera entre ellas.

Claire, mientras tanto, estaba embobada mirando cómo los restos de humo terminaban de salir ahora por sus fosas nasales. Amaba verlo fumar y que el olor a cigarrillo se mezcle con el de su perfume.

Tenía sus rodillas contra el pecho y el pecho de Jared, mirando desde una distancia considerablemente poca cada rasgo facial de él. De vez en cuando Jared se alejaba para volver a fumar de su cigarrillo, y cuando volvía parecía que estaba apenas un milímetro más cerca de la vez pasada.

- Jared...- volvió a susurrar en una acción involuntaria. No sabía por qué había vuelto a nombrarlo, solo quería decirlo y ya. Su vista la estaba volviendo loca, miraba fijamente sus finos labios, tan tentadores, los cuales se abrieron levemente para hablar pero entonces ella lo besó con delicadeza.

Él no se negó y correspondió el beso mientras la rodeaba con sus brazos.

Claire comenzó a pasar las yemas de sus dedos por su torso desnudo, comenzando por su pecho hasta el final de sus abdominales, los cuales le daban pequeños shocks de electricidad a Jared, lo hacía sentir tan extasiado, la tenía tan cerca, abrazada, entre sus piernas mientras seguía sosteniendo el cigarrillo con sus dedos que temblaban y estaban a punto de soltarlo.

Pero tuvieron que separarse cuando golpearon la puerta y obligó a ambos a separarse sobresaltados.

Jared se levantó y abrió la puerta amargado por la interrupción, y en bóxer.

- Veo que anda pasando el rato.- sonrió Isaac al verlo semi desnudo.

- No lo creo.- contestó cortante.- mire, el paquete aún no llegó. Llamé a Zac y me dijo que ya lo había mandado, así que... tarde o temprano estará acá.

- Leto, soy un hombre ocupado, y no puedo andar de aquí para allá de un hotel a otro solo por un maldito paquete.- Jared rodó los ojos.- Vuélvelo a llamar y que esté cuanto antes, no quiero solucionar esto de mala manera.

- Ni yo tengo ganas de solucionar esto de mala manera, sabe. Si es un maldito paquete y está tan interesado usted mismo puede llamarlo, estoy ocupado.

Intentó cerrar la puerta y entonces Isaac volvió a hablar.- Ya veo con qué, trata de no distraerte con prostitutas, en este negocio no puedes dejar pasar nada.

- No es una prostituta, ya cállate.

- Oh... Ya veo.- rió.

- No te metas con mi vida.

- Wow, parece que te importa.

En ese momento Jared se abalanzó sobre Isaac, estando apenas a unos centímetros de su rostro.- No me hagas enojar.

- Tú solo consígueme lo que he venido a buscar.

Cerró la puerta en su cara, se estaba poniéndo histérico de tan solo tenerlo en frente de él.

Isaac pestañeó varias veces al recibir el portaso y luego una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro. No obstante comenzó a caminar por el pasillo, pensando en que no le convendría para nada a Jared que tengan que solucionar las cosas de mala manera.

Y lo haría, sabía que lo haría.

Silent ScreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora