Capítulo VIII

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Narra Emilio
Llegué al departamento un poco más temprano porque ya había acabado de grabar mis últimas escenas para otro novela, casi desde que nació mi hijo otros productores me han pedido trabajar con ellos, no solo Osorio.

Llegué al departamento y lo primero que vi fue a mi hijo jugando solo en la sala y no notaba más ruido que me hiciera saber que su desobligada madre estuviera por ahí.

Emi: Hola mi niño, ya llegué — Lo cargo — ¿Por qué estás solo? ¿No se supone que tu madre estaría aquí contigo cuidándote?

André: Si, aquí taba, pero se fue.

EMI: ¿Hace como cuánto tiempo se fue cariño?

André: No sé, ya tardó algo.

EMI: ¿Y ya comiste mi vida?

André: Si, mamá en la mañana me hizo huevo con salchicha.

En eso se escucha a alguien queriendo abrir la puerta, es ella y otra vez llega borracha, yo bajé a André dejándolo de pie.

EMI: Mi amor, ve a tu cuarto, llévate tus juguetes ya sabes que no los puedes dejar a mitad de la sala.

André: Si papi.

Le ayudé un poco a recoger sus juguetes y André se fue, Sarahí ya estaba dormida en uno de los sillones de la sala.

EMI: Hey, despiértate — Le digo intentando no gritar por mi hijo pero no hace nada — Que te despiertes. — Intentó moverla levemente para que despierte pero ni eso, hasta que la levanto poniéndola de pie. —

Sarahí: Suéltame Emilio déjame dormir me duele la cabeza y tú gritándome.

EMI: No, se suponía que tú debías cuidar hoy de mi hijo, no que te fueras de peda por ahí, lo dejaste solo, tiene solo cuatro años entiende.

Sarahí: A ver Emilio sí lo cuidé, le di de comer y lo bañé y ya, ahora sí déjame dormir.

EMI: Ajá, y tú crees que ya con eso es suficiente no, es solo un niño, es tu hijo, tú también deberías cuidar de él.

Sarahí: Ay bueno, a ver, tú ya estás aquí, al niño no le pasó nada, ya ves, no te alteres ¡y ya déjame dormir por favor!

Emi: No grites André te va escuchar.

Sarahí: ¿Ya me dejas dormir?

No contesté, fui al cuarto de André, creí que estaba dormido, estaba bien tapado con su cobija hasta la cabeza, le bajé un poco la cobija hasta los hombros, estaba despierto.

EMI: Creí que estabas durmiendo.

André: No — Se volvió a tapar hasta la cabeza con la cobija — Pero estoy intentando.

EMI: ¿Por qué te tapas así hijo? Te puede hacer mal.

André: Me sirve así.

EMI: ¿Para qué?

André: Para no escuchar tan fuerte los gritos de Sara.

EMI: Amor pero no gritamos, solo hablamos ¿A tí te ha gritado?

André: Papá, quiero dormir un ratito si.

EMI: Claro mi amor, duerme tranquilo, yo aquí voy a estar.

André no respondió porque se quedó dormido, lo que dijo me dejó pensando, ¿Será posible que esa loca se atreve a gritarle a un niño de solo cuatro añitos? No lo sé, pero lo que esté haciendo con mi hijo lo voy a investigar a fondo.

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