Capítulo LXXXII

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André: Max, hola qué bueno que viniste ¿Qué hacen?

Max: Hola chiquillo, vine a ver cómo estás.

André: Yo estoy bien, pero Joaco sí tiene sus heridas, hubieras visto la pelea, como de película de acción.

Max: ¿Enserio?, Oye, entonces no tuviste clases, ¿Cierto?

André: No, por eso acabo de despertar de mi segundo sueño — Voltea a verme — Pa, escuché que hablabas con Sara, ¿Me vas a cambiar de escuela?

Emi: Si Andy, es por tu bien.

André: ¿Y mis amigos?

Emi: Que te cambie de escuela no quiere decir que no los volverás a ver nunca más, existen otras opciones, no sé, podemos invitarlos al parque o ir al cine...

André: Si, pero eso quiere decir que ya no los veré tan seguido.

Emi: Si pero... Justo lo mejor es que se verán en lugares más divertidos que la escuela, así estarán más tranquilos, más relajados, sin tiempo límite para entregar trabajo y podrán jugar más tiempo.

André: Bueno si, creo que esa es la mejor parte — Se estira — Tengo hambre.

Se escucha que algo cae en la habitación donde está Joaquín, así que los tres como buenos chismosos que somos vamos a ver qué pasó, cuando llegamos vemos a Joaco intentando levantar un perfume del cual ahora su envase está quebrado, nos acercamos, yo voy directamente con Joaco y Max está limpiando el piso, le pido a André que no se acerque más de la puerta.

Emi: ¿Qué pasó Joaquín? ¿Por qué no me llamaste?

Joaco: Perdón, escuché cuando Max llegó y es de muy mala educación dejar solos a los invitados — Me mira coqueto recordando el por qué de esa excusa — Estuve viendo mi celular un rato, tengo que ir al baño.

Emi: Avísame — Digo mientras caminamos al baño de la habitación pero regreso a ver a André — Andy, ¿Me esperas un minuto por favor? Solo ayudo a Joaco y te doy de comer.

Max: No te preocupes, ya casi no hay vidrios ni perfume en el suelo, solo lavo y yo le sirvo.

André me mira pidiendo mi aprobación a lo que dijo Max.

 Emi: Está bien, gracias Max.

Ya estando encerrados en el baño Joaco y yo, desabrocho su pantalón.

Joaco: Gracias — Y empieza a descargar.

Emi: No fui al trabajo para atenderlos a ustedes, lo sabes.

Joaco: Si, lo sé, perdón, simplemente creí que podía hacerlo solo pero obviamente no.

Emi: No te apures, solo han pasado algunas horas, mañana estarás mejor, pero por favor déjame ayudarte, digo, aún no estamos casado pero tú y yo estamos apoyándonos siempre en las buenas y en las malas.

Joaco: Eso si, bueno gracias ya terminé — Abrocho su pantalón, se lava las manos y volvemos a la cama — Si sabías que yo podía abrochar y desabrochar mi pantalón, ¿Verdad?

Emi: Solo lo hago yo por si acaso.

Joaco: Ajá si.

Emi: ¿Necesitas algo más?

Joaco: Bueno, ya que tú quieres tocarme — Bueno, hay algo de verdad en sus palabras — ¿Podrías ayudarme a ponerme una ropa más cómoda por favor?

Emi: Claro.

Después de cambiar a Joaco entre pequeños juegos algo eróticos, él vuelve a ver su celular y yo regreso con André y Max, los tres nos entretenemos con algunos juegos, programas de la televisión y videos, hasta que se hace algo tarde y Max se tuvo que ir, ahora quedamos André con sus pajarillos y yo con mi celular empezando la búsqueda de la escuela, pasa un pequeño rato cuando me frusto al no encontrar nada bueno, así pasamos el resto del día, dormiré con André las noches que Joaco esté en recuperación.

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