Capítulo LXXVIII

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Narra Emilio.

Pasa más tiempo y ya nos encontramos solo los invitados en la sala, Sarahí le pide ayuda a Franco sobre algo del bebé y van a su habitación, antes de continuar con la plática, un sonido llama la atención de todos, es mi celular sonando, voy a la puerta principal apartado de los demás para contestar la llamada.

Emi: Hola, ¿Quién es?

Niurka: Soy tu pinche madre cabrón, te hablo para decirte que no me decepciones más de lo que ya lo haz hecho hasta ahorita, sé lo que estás pensando hacer en tu pinche gira, más te vale que no lo hagas, no seas pendejo, te van a odiar por eso, te van a volver un desconocido, no tendrás éxito.

Emi: ¿Solo me hablas para desearme toda la mala suerte del mundo?

Niurka: No mi niño, la suerte depende de los actos de cada quién, por eso te estoy previniendo a no cometer una de tus más grandes estupideces, te podrías arrepentir.

Emi: ¿Por qué no puedes ver la posibilidad de que la "estupidez más grande que voy a cometer" también puede ser uno de mis más grandes sueños?

Al momento de acabar mi pregunta alguien me quita el celular, es David, ni siquiera me di cuenta cuando se acercó, cuelga la llamada y los demás se acercan.

Emi: ¡Hey!

Joaco: ¿Estás bien amor? — Se acerca a mí abrazándome —

Emi: Si.

André: ¿Eran mis abuelos?

Emi: Si.

David: Perdón, pero creo que todos aquí preferimos verte muy alegre sin tus padres, que infeliz con ellos y todas sus palabras hirientes, no les deseo la muerte, solo digo, mejor de lejos, ya dependerá de ellos si quieren seguir así o cambiar.

Emi: Gracias, supongo, no les estaba rogando nada solo — Me devuelve mi celular — Tienen razón, no sé ni por qué seguí hablando con ella.

Max: Bueno, entonces, ponte súper felíz porque recuerda que tu boda — Sonríe y hace que Joaco y yo estemos más juntos — Su boda está en camino, no los quiero apagados por favor.

David: Exacto, y pues bien, ya es muy noche así que mejor nos vamos — Abre la puerta frente a nosotros, caminamos hasta llegar a su auto, dos puertas de su auto son abiertas por él, la del copiloto y una de atrás — Adelante, los llevamos a su casa primero.

Franco: Emilio — Franco sale de la casa y me habla — Sarahí quiere hablar contigo.

Max: Bueno, adiós — Dice subiendo al auto — Nosotros ya nos tenemos que ir.

Joaco: Si, adiós — Después de que la  pareja se va, él vuelve a mirarme  a mí — Ve, te esperamos.

Emi: Gracias — Sarahí está en el estudio, cierro la puerta — Hola, ¿Estás bien?

Sarahí: Si — Tiene su cabeza agachada — Te escuché hablar con tu madre.

Emi: A, no dijo nada importante realmente.

Sarahí: Si bueno... — Está algo nerviosa — Sé que ellos no son los únicos que deberían pedirte perdón, ambos sabemos que tenemos una charla pendiente.

Emi: No, tú solo fuiste manipulada por tus padres y los míos, tú no tienes que pedir disculpas de nada.

Sarahí: No entiendo porqué sigues fingiendo que nada malo pasó entre tú y yo — Con una señal me pide tomar asiento y lo hago, ella también, estamos sentados frente a frente pero cada quién prefiere mantener cierta distancia — Este tiempo en el psicólogo me ha servido bastante, he comprendido que contigo he sido todo un asco de persona, una basura.

Emi: Oye no, bájale, no eres un asco ni una basura ni nada de eso...

Sarahí: Por favor, déjame terminar — Me quedo callado hasta que ella vuelve a hablar mirando a la nada — Sé que para tí sí llegué a ser un monstruo, te obligué a casarte conmigo, te violé, me soportaste todo el tiempo que estuve embarazada aunque ni siquiera me querías — Agacha su cabeza nuevamente, al volver a hablar su voz suena con un nudo en la garganta — Tal vez ni siquiera estabas seguro de que fuera tu hijo — Por sus ojos ya salen lágrimas — Me intentabas cuidar cuando estaba muy tomada y yo solo te golpeaba pidiendo más bebidas, fuí una maldita carga para tí... — Toma una de mis manos entre las suyas y las aprieta — Perdóname — Me pide mirándome a los ojos — Te juro que el resto de mi vida intentaré remediar todo el mal que te causé, no entiendo cómo pudiste con tantos problemas entre tus padres y una estúpida niña mimada, malcriada, mala madre y borracha.

Acaricio sus manos intentando calmarla un poco.

Emi: Para mí tú no tienes la culpa de nada malo que me ha pasado, pero sé que no me dejarás hasta que te diga que, te perdono — Sonríe un poco, aunque sigue llorando — No me debes nada, no quiero que vivas con la carga de tener que cumplir un juramento, me pagarás con que seas felíz — Limpio sus mejillas con mis manos — No tienes porque insultarte así, solo mencionaste lo negativo, pero ten siempre en mente que tú eres una pieza importante en mi vida simplemente con ser la madre de mi hijo, que es mi motivo para seguir adelante, mi refugio y hogar, mi familia, con eso ya está todo olvidado, recuérdalo, si sigues mirando hacia atrás, no podrás avanzar y si, sé que lo tenías que sacar y está bien, pero ya está todo arreglado entre nosotros, ya no hay que recordar esos malos momentos por favor.

Sarahí: Te amo Emilio, como persona, te admiro y te agradezco mucho el haber aparecido en mi vida y ser como eres.

Emi: Lo mismo de mí para tí — Nos abrazamos y vuelvo con Andy y Joaco —Listo, vámonos.

Después de unos minutos de camino llegamos al departamento, mando a André a recoger todos sus juguetes, en realidad, a comparación de otras veces no hay mucho desorden provocado por él, pero sé que Joaco quiere hablar sobre la llamada y otras cosas, así que, mientras André arregla sus cosas nosotros estamos haciendo la cena.

Joaco: Puedo saber, ¿Qué te dijeron?

Emi: Nada nuevo realmente con mi mamá, sabe lo que planeo hacer para los próximos conciertos, y lo que va a pasar en el primero, obviamente no está de acuerdo.

Joaco: Y ¿Cómo se enteró?

Emi: Tiene muchos contactos, incluyendo mi padre, ambos tienen muchos contactos, no me sorprende que algún chismoso o chismosa les hubiera dicho.

Joaco: ¿Te dijo algo más?

Emi: Nada importante, solo eso, que no está de acuerdo con eso entre todas las groserías que suele decir.

Joaco: ¿Estás bien? — Deja de hacer lo que estaba haciendo y espera mi respuesta —

Emi: Contigo y con Andy a mi lado si — Acaricio su brazo y pecho — Está todo perfecto.

Joaco: Por favor no me ocultes nada.

Emi: Ja, mira quién lo dice, el prometido que no le contó a su prometido sobre un beso nada inocente que se dio con la socia.

Joaco: Ya te lo había explicado celoso.

Emi: Y si lo entendí — Le doy un beso intentando hacerle entender que estoy bien — No te preocupes, ya te dije que estoy perfectamente bien.

Joaco: ¿Qué pasó con Sarahí?

Emi: Todo está bien, ella sacó lo que tenía que sacar y yo le dije lo que quería escuchar.

Joaco: Por un segundo creí que volvería a alocarse como antes y gritarte.

Emi: No, fue todo lo contrario.

André: Ya terminé papá, ¿Ya está la cena?

Emi: Si — Se escucha el estómago de André rugir — Huy, sí que tienes hambre, tienes un león adentro, parece como si no hubieras comido nada en años.

Te NecesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora