Capítulo XLIX

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Narra Emilio.
Joaco ya iba a salir del carro pero lo detuve jalándolo de su brazo.

Emi: ¿Qué haces? No vayas amor, por favor, te pueden hacer algo.

Joaco: Están solos, iré yo, tú te quedas aquí con André, igual, si intentan hacernos algo tenemos las pruebas suficientes para que sean encarcelados.

Emi: ¿Cómo puedes estar tan seguro de que no hay alguien por ahí a sus órdenes Joaquín? Por favor no salgas, ellos se van a cansar de esperar y se van a ir.

Joaco: No podemos seguir viviendo con miedo Emilio, en algún momento los tendremos que enfrentar.

Emi: Pero no ahorita Joaquín por favor hazme caso y acomódate bien en el asiento ya carajo.

Él no dice nada más, abre la puerta de su lado (piloto), sale del carro, André hasta este momento estaba callado, pero al ver que Joaco salió empieza a querer llorar por miedo, me paso al lado del piloto, antes de que diera un paso, lo tomo por la cintura y lo hago sentarse al lado del copiloto, ahora yo manejo.

Joaco: ¿Dónde vamos Emilio?

Emi: Con tu madre.

Joaco: Ni siquiera sabes si tiene lugar para nosotros en su casa.

Emi: Duermo en el piso o parado o no duermo, pero cualquier lugar es mejor que estar aquí, en este carro solo esperando que a tí no te partan la madre o te maten mis padres y sus cómplices.

Joaco: Ajá y, ¿Hasta cuándo piensas hablar con ellos?

Emi: No sé, solo sé que ahorita no conviene porque están muy enojados.

Empieza a sonar mi teléfono, número desconocido, puede ser mi madre o mi padre así que cuelgo.

Joaco: Ahí está, regrésate ya Emilio.

Emi: No lo voy a hacer, mejor tú vete avisándole a tu madre que vamos para allá.

Antes de doblar a otra calle me detengo porque mis padres se ponen a mitad de la calle frente a nosotros, impidiéndome el paso, no hay más carros, Joaco es el primero en salir del carro, luego mis padres salen del suyo, por último salgo yo, pero me quedo solo fuera del carro por André.

Joaco: ¡¿Qué te pasa?! ¡André está con nosotros, lo pudiste haber lastimado! ¿Qué quieres?

Osorio: No puede ser que todo el tiempo estés con mi hijo y mi nieto, maldito.

Joaco: ¿Qué quieres? ¿Para eso estás fregando?

Osorio: Tú eres el que se mete, yo solo busco a Emilio y André, no a tí estúpido.

Emi: ¿Qué quieres?

Niurka: Hola Emilio, ¿Cómo estamos nosotros? - Se acerca a mí intentando golpearme, pero Joaco se pone frente a mí para evitar el golpe - Con el Jesús en la boca por tu pinche culpa, ¿Por qué no nos habías dicho que haz vuelto de España niño? Y no nos haz dejado ver a nuestro nieto, ni nos haz visitado.

Joaco: Son unos malditos desvergonzados, ni siquiera sienten nada por lo que nos han hecho.

Osorio: ¿Qué hemos hecho nosotros? Nada malo, solo intentamos estar con Emilio en su recuperación y en ese tiempo estar cerca de él y de André.

Joaco: Ajá si, te faltó decir que los tenían secuestrados y a mí y mi amigo nos golpearon y nos llevaron a España.

Niurka: Ojo niño, nosotros no fuimos quienes los golpeamos, fueron otros.

Joaco: Si claro, fueron sus cómplices.

Niurka: Se te pidió primero por las buenas alejarte de Emilio, no hiciste caso, entonces fue a nuestra manera.

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