Capítulo LIII

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Narra Joaquín.
Nos quedamos dormidos después de otras rondas más.
Despierto yo primero, ya es lunes, aún es muy temprano, empiezo por hacer el desayuno y aseo un poco el departamento, está un poco muy desordenado todo, cuando termino Emilio sigue dormido, voy con él, se ve tan lindo dormido, pero sé que tengo que despertarlo.

Joaco: Emilio — Lo muevo un poco, no despierta — Amor, ya está el desayuno — Sigue sin despertar, tiene marcas muy notables de ayer, su cuello, me encanta verlo así, beso sus labios y cuello — Se nos va hacer tarde.

Emi: Mhhh, ¿Qué hora es? — Se acerca a su teléfono — Mmmm, es cierto, tenemos el tiempo justo...

Se estira un poco bostezando, se ve aún muy cansadito, y así todo despeinado me da más ternura.

Joaco: No quería despertarte, pero enserio se nos va hacer tarde, ya está todo listo, tú solo alístate, desayunamos y nos vamos.

Emi: Mh... Si...

Pasa poco más de media hora y Emilio pasa a la cocina, nos sentamos a desayunar juntos.

Joaco: ¿Sigues muy cansadito amor?

Emi: ¿Eh? — Está muy concentrado comiendo — A, no, solo necesitaba un baño, ya estoy bien despierto — Nos damos un besito — Amor, me habló Sarahí, dice que ella va a llevar a André a la escuela, ella va a pasar por él en la salida y me lo va a llevar al trabajo.

Joaco: Si, está bien amor, ya sabes, yo no tengo ningún problema, y, ¿Vas a ver a tu papá hoy?

Emi: Mmmm, no lo sé, probablemente sí, él tiene mi número, solo no me llama porque no me quiere cerca de él, si voy, será rápido, solo a ver si necesita algo.

Terminamos nuestro desayuno y después de otra casi media hora de camino más el tráfico, llegamos al trabajo, esta vez preferí que Emilio trabaje conmigo en mi oficina para poder atendernos más rápido, cada día llega más trabajo y entre los dos acabamos más rápido, llega la tarde y André ya está con nosotros, acabó su tarea y aún tiene que esperar a que nosotros acabemos unos asuntos, solo se nos queda viendo sin decir nada, Emilio también se da cuenta de eso.

Emi: ¿Qué pasó chaparro? ¿Ya te aburriste?

André: Mmmm, no, pero pa, quiero un hermanito, ¿Puedo tener un hermanito?

Emilio y yo nos quedamos viendo, él está algo sonrojado, tomo el paquete de hojas que él tiene en sus manos y le hago una señal en la que le doy a entender que yo puedo seguir solo, obvio sigo escuchando lo que hablan.

Emi: Emmm, ¿Por qué lo preguntas?

André: Es que me di cuenta que en mi grupo yo soy el único "hijo único".

Emi: ¿Enserio? ¿De todo el salón?

André: No, de mi grupo de amigos...

Emi: A...

André: Y me dicen que es muy divertido tenerlos, yo no tengo ni primos, soy el único niño de toda la familia.

Emi: Mira Andy — Se acerca a él y le acaricia la cara — Si, eres el único niño de la familia, y si, puedes tener hermanos, por ejemplo, de parte de tu madre...

André: Es cierto, ella ya está con Franco.

Emi: ¿Ella te lo dijo?

André: Si, hace rato que fue por mí.

Emi: Bueno, entonces, ya ves, si puedes tener hermanos.

André: Si quiero, es que, me han dicho que es muy divertido, pero a veces algo fastidioso.

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