Capítulo XXII

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Narra Joaquín.
Otra vez fui yo el primero en despertar, hice el almuerzo, yo almorcé antes de que todos despertaran, había un sobre en el suelo, era sobre un juicio para la custodia, es para mañana,lo puse en la mesa, seguí aseando todo hasta que Emilio despertó, se dirigió a la mesa y agarró el sobre para guardarlo en la bolsa de su pantalón.

Joaco: Mañana también iremos nosotros al juicio.

Emi: ¿Qué? No, no pueden ir, no quiero que corran el riesgo de que los vea mi papá, Joaquín por favor no vayan.

Joaco: Nosotros podemos mostrar juntos parte de las evidencias Emilio, podemos incluir que André llamó asustado y llorando o no sé.

Emi: No, por favor, no se preocupen, creo tener pruebas suficientes para quedarme con la custodia total de André, pero por favor no vayan Joaco.

Joaco: Está bien Emilio, pero si necesitas ayuda o algo, nos llamas ¿Va? Va.

Emi: Gracias Joaco.

Recordé lo que dijo Max, "Aprovecha esta nueva oportunidad Joaquín" lo abracé y no pasó mucho cuando lo separé un poco de mí para agarrarlo de su cintura y besarle sus labios, él se quedó sorprendido, pero me siguió el beso, ambos lo disfrutamos, después nos separamos por falta de aire.

Emi: Joaco, puede venir Max otra vez.

Joaco: Eso ya está arreglado Emilio, tú y yo no estamos haciendo nada malo, él lo entiende todo.

Emi: Aún así, me da mucha pena que él nos vea, no puedo evitar sentirme fatal, por mi culpa ustedes terminaron.

Agachó su cabeza, yo le agarré el mentón para que la levantara y me mirara, al ver sus ojos, descubrí que estaba a punto de llorar.

Joaco: Nos hiciste un gran favor Emilio, si no lo hubieras hecho, si no me hubieras besado, él seguiría sufriendo por no sentirse correspondido y luego se sentiría solo utilizado por mí, no quiero ni imaginar cómo habría sido la situación, si llegábamos a ese punto, no te sientas culpable.

Emi: Aunque haya hecho eso, tú y yo no hemos hablado de lo que pasó entre tú y yo Joaquín, no podemos seguir adelante sin aclarar las cosas.

Joaco: En eso estoy de acuerdo contigo, entonces, empecemos de nuevo.

Emi: ¿Me vas a dejar explicarte?

Joaco: Si, pero, tampoco quiero que te sientas presionado, me lo dirás todo a su tiempo, mientras solo enfócate en resolver tú situación, lo del juicio.

Emi: Gracias Joaco, pero, quiero iniciar bien contigo, quiero que sepas que yo, nunca dejé de pensar en tí, en ningún momento, este tiempo, me sentí atrapado, enjaulado, cumpliendo mi condena a la pena de muerte, solo pude soportar todo este tiempo sin verte, por André, él me dio toda la felicidad, me ayudó a madurar en muchos sentidos, y sé que si no fuera por él, ya me hubiera rendido, me habría resignado a perderte y...

Lo besé otra vez.

Joaco: Tranquilo, te creo, te entiendo.

Emi: Joaco, necesito explicártelo todo, hace años, decidí alejarme de tí, por mis padres, no quiero que se metan contigo, no quiero que estés en peligro, fue, hasta que te fuiste, que entendí que, nunca seré feliz sin tí, pero al mismo tiempo entendí que si no quiero provocarte problemas, debíamos estar lo más lejos posible, pensar en tí, me hizo más fuerte, valiente, antes no lo fui lo suficiente para defender lo nuestro, hiciste bien en salir de aquí, te entendí, desde que estábamos en nuestros últimos meses de noviazgo, tú lo único que querías era demostrarle a los demás nuestro amor libremente, pero yo siempre te lo prohibí, obvio, te tenías que hartar de eso en algún punto.

Joaco: Emilio, eso ya pasó hace años, no te diré que yo no sufrí, porque sí, y mucho, pero puedes estar seguro de que yo tampoco dejé de amarte en ningún momento.

Emi: Perdón.

Joaco: ¿Por qué?

Emi: Por no ser valiente, por hacerte sufrir muchísimo.

Joaco: No, los dos sufrimos, los dos nos estábamos rindiendo, pero antes éramos conformistas y no peleamos por nuestro amor, yo también pude defenderte de tus padres, te pude haber llevado conmigo a escondidas a algún otro lugar, donde nadie nos conociera, no lo hice, los dos somos igual de culpables. — Emilio ya estaba llorando mucho más. — No, no llores Emi. — Le limpié su mejilla. — Ahora, solo hay que ser fuertes, pelear juntos contra todo y todos.

Emi: ¿Y si nos hacen algo?

Joaco: Si te intentan hacer algo a tí, se las verán conmigo, te juro desde hoy, que eso no va a pasar, yo me voy a encargar de nuestra seguridad.

Max salió de su habitación, estuvo de chismoso.

Max: Awww no manchen, si dan un chingo de ternura me cae, todavía ni son novios como tal porque no se han hecho la pregunta y ya derraman miel por todo el edificio, no solo el departamento, TODO EL EDIFICIO, no me imagino cómo será cuando ya sean novios oficialmente.

Emilio se puso muy rojito y solo pudo sonreír con mucha pena por todo lo que decía Max.

Joaco: Hola buenos días señor chismoso, ya está listo el almuerzo por si estar de chismoso todo este tiempo te ha provocado hambre.

Mac: Ja ja, de echo sí, muchas gracias chef.

Narra Emilio.
Fui a despertar a André, ya era algo tarde y debía comer.

EMI: André, ya despierta, ya es tarde.

André: ¿Ya no vamos a regresar con ella verdad?

Emi: No te puedo asegurar nada hijo, pero de lo que sí puedes estar seguro es de que yo voy a pelear por tí, para que nunca te aparten de mí.

André: No quiero volver con ella, es muy mala.

Pasamos todo el domingo encerrados.
Ya era lunes, el día del juicio, llegamos puntuales con mi abogado, André tenía que estar en el juicio, entregué las últimas pruebas, la sesión inició.

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