Capítulo XLIV

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Narra Joaquín.
Despierto yo primero, André está en medio de Emilio y yo, los dos se ven profundamente dormidos, tan relajados, hermosos, quisiera despertar con esta imagen todos los días de mi vida.
Me alisto y pido el almuerzo, no tardan mucho en traerlo a la habitación tocando la puerta, lo que hace que Emilio se despierte, yo atiendo y vuelvo a la cama con la comida puesta en una pequeña mesa portátil.

Joaco: Buenos días amor, trajeron el almuerzo.

Emi: Buenos días amor.

Nos besamos, él también se alista, cuando vuelve a la cama nos damos más besos y caricias un poco subidas de tono, pero Emilio aparta mi mano de su abdomen cuando estamos a punto de dejarnos llevar por la calentura, no me quejo por André.

Antes de empezar a comer hablan al celular de Emilio, es Sarahí.

Emi: Hola, ¿Qué pasa?... Bueno, si por favor... Es lo mejor... Está dormido, si quieres cuando despierte te hablamos... Tú también debes acercarte... Mmmm, bueno, adiós.

Joaco: ¿Todo bien?

Emi: Si, Sarahí va hablar a la dirección de la escuela, también fue a pedir una orden de alejamiento para mis papás, quería hablar con André pero pues no se pudo — André empezó a despertar pero sigue somnoliento — Hola, buenos días pequeño dormilón, ¿Ya tienes hambre?

André: No, me vengo despertando papá, hola Joaco, ¿Dormiste aquí?

Joaco: Si Andy, pero tú no me viste porque cuando vine tú ya estabas bien dormido.

André: Mmmm, es que se tardaron mucho allá abajo tú y Max, papá, escuché que Sara ya fue a hablar a mi escuela, ¿Qué le dijeron?

Emi: Por milésima vez te repito que es tu madre, y no, apenas va a ver qué onda con eso, mientras habla con ella, me dijo que quiere hablar contigo.

André: No.

Emi: ¿Por qué no?

André: Ya está viendo ella lo de la escuela, es lo único que quería saber, no necesito otra cosa.

Joaco: Pero le puedes contar cómo te la estás pasando aquí, que te divertiste en la alberca, que tienes nuevos juguetes, que sigues estudiando con tu papá.

André: No, está muy apurada con lo de mis abuelos y la escuela.

André fue al baño a lavarse los dientes, Emilio se notaba algo triste.

Joaco: Amor, ¿Estás bien?

Emi: No sé cómo hacer para que los dos se lleven bien, por lo menos un poquito, se ve que Sarahí si quiere acercarse a André, yo confío un poco más en ella porque nos ayudó bastante en salir de la casa de mis papás, pero él no, creo que sigue igual.

Joaco: Tranqulio, entonces solo debemos esperar un poco y darles su espacio a ellos, hacer que pasen más tiempo juntos.

Emi: Si lo sé, por una parte entiendo a André, está chiquito, tiene solo cinco añitos, a su corta edad ha tenido que liar con muchos problemas familiares, pero no quiero que odie a su madre toda su vida.

Joaco: No la odia, está confundido, ya sabes cómo era ella con él antes de ayudarte.

Emi: Si, solo espero que no tarden mucho tiempo peleados.

Joaco: Vas a ver qué no va a ser así, tú tranquilo amor, ahora, hay que esperar noticias sobre los hombres esos, que no creo que se tarden un buen en atrapar por lo menos a uno de ellos, ya después, si nos da tiempo, disfrutamos libremente de España, sin miedo a ser atacados por alguien que nos vigila.

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