Capítulo LXIII

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Narra Emilio.
Cuando llegamos noto a Joaco algo nervioso, supongo que es por la llamada, pero preferí esperar un rato sin tocar el tema por André, jugamos mucho tiempo, cenamos, cuando André se queda dormido lo llevo a su cuarto, salgo y veo a Joaco arreglando el desorden de toda la casa, me acerco a él y en cuanto nota mi presencia voltea a verme empezando a hablar.

Joaco: Ya sé que ya lo habíamos hablado, pero enserio te juro que yo la evitaré lo más que se pueda, además — Acaricia mis mejillas — Dijiste que irías a verme al trabajo cada que pudieras — Me da un beso corto — Te juro que no te fallaré amor, nunca haré nada que te haga sufrir.

Emi: Tranquilo mi amor — Otro beso de mi parte — Lo sé, sé que tú no me harías daño nunca — Me quedo solo admirando sus hermosos ojos mientras acaricio sus brazos — No iba a pelear contigo, solo que, te vi muy tenso desde la llamada y solo quiero que sepas que yo confío en tí ¿Okey? No hay que caer en el juego de esa víbora.

Joaco: Te amo mi amor — Otro beso — Te amo muchísimo.

Emi: Y yo a tí mi vida — Más besos — ya no te preocupes de más.

Nuevo día, despertamos ambos al mismo tiempo por la alarma que no deja de sonar, yo la apago.

Emi: Aún es muy temprano.

Joaco: Si... — Se acomoda quedando sentado en la cama — Amor... Entonces, ¿Hoy irás al trabajo conmigo o qué?

Emi: Pues, creo que es más conveniente que vayamos los dos, así repongo el viernes que falté y tú aprovechas para decirle a quien se quede como tu secretario o secretaria y que esa persona pues, arregle también todos sus pendientes.

Joaco: Mmmm, muy bien pensado hermoso — Me da un beso — Bueno, hay que empezar a arreglar todo, luego salimos con el tiempo justo y tenemos que ir apurados.

Emi: Ja ja, está bien amor.

Hoy nosotros llevamos a André a la escuela, él ya está yendo hacia su salón, en ese momento vemos a Tamara llegar, está muy mal arreglada, se ve como si quisiera llorar o como si ya hubiera llorado, su padre está en su carro, él está enojado, en el momento en que se da cuenta de que lo estamos viendo arranca su carro y se va.
Nosotros volvemos al nuestro e iniciamos el camino al trabajo.

Emi: ¿Ella estará bien?

Joaco: Ammm... Pues no sé... No tengo ni idea — Habla sin despegar su vista del camino — Pero prefiero no meterme más, además ya está David como psicólogo en la escuela, supongo que su maestro ya habló con él sobre ella.

Emi: Su padre tiene una muy mala vibra, algo se trae ese tipo.

Joaco: Por favor no te metas más en eso, luego le preguntamos a David.

Emi: Está bien.

Empezamos a trabajar, faltas un día y se te acumulan muchos pendientes, nos detenemos un poco en la hora de descanso, almorzamos juntos, en poco tiempo Joaco termina primero su comida, miro mi reloj y aún falta para que acabe la hora de descanso.

Emi: Joaco, podrías anunciar ya el ascenso.

Joaco: Bueno —Sale de la oficina, yo veo de lejos que llama a todo el personal de esta área — Quiero anunciarles que apartir de mañana, alguien de ustedes será mi asistente personal — Todos están sorprendidos susurrando entre ellos — He estado revisando sus avances, sus productos finales, la dedicación y el empeño que cada uno le pone a su trabajo, quiero felicitarlos a todos, todos son excelentes en su trabajo, pero bueno, la persona que queda en ese puesto es... ¡Julia!

Julia: ¡Ay muchas gracias Joaquín...! Digo... Disculpe, jefe...

Joaco: Tranquila, ya sabes que aquí todos nos hablamos como cada quién se siente más cómodo, como Julia será mi nueva asistente, el puesto que deja ella será ocupado por Gael.

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