Capítulo 8

258 14 3
                                    

En la madrugada del Sábado.

Me sentía muy mal, me dolía todo el cuerpo y sabía que algo no andaba bien, caminé hasta el baño de mi cuarto y me miré al espejo. Me sentí en shock cuando me vi en un tono pálido, deshidratado y muerto. Debía avisarle a alguien que estaba a punto de desmallarme.

Corrí hasta el primer cuarto en donde se encontraba Pedro y toqué un par de veces, él no me contestaba y abrír la puerta, Pedro me miró asustado.

—Ayúdame— fue lo último que pude decir cuando todo se tornó negro.

Pedro.

Vi cómo lentamente Juan Pablo caía al suelo, me paré y llamé a los chicos.

—¡SIMÓN, MARTÍN, VILLAMIL!— grité para despertarlos— ¡AYUDENME!

Rápidamente llamé una ambulancia y le conté todo lo que estaba pasando, al colgar los chicos corrieron hacia mi con sus novias.

—¿Qué pasó?— dijo Nathalia viendo a Juan Pablo en el suelo junto a mi.

—¡No lo sé chicos, pidan ayuda, llamen una ambulancia corran!

Todo pasó demasiado rápido y ya nos encontramos en la clínica San Bernardo, estamos esperando que nos dijeran los resultados de salud y porque se encontraba así nuestro pobre Juan Pablo, llegó un doctor preguntando por los familiares amigos de Juan Pablo Isaza y todos corrimos había el.

—Somos nosotros— dije al llegar primero— ¿Cómo se encuentra?

—El señor Isaza se encuentra bien, todo está muy bien, solo...

—Solo...— dijo Simón y Laura al unísono.

—Solo debe tomar reposo y ingerir muchos líquidos, Juan Pablo estaba pasando por deshidratación— dijo el doctor y pensé en que el bebía muchas botellas de agua y no cesaba.

—Doctor, pero Juan Pablo bebe mucha agua... ¿Es por es que se desmayó?— pregunté asustado.

—Si, su cuerpo le pedía líquido y el por eso el bebía tanto. Señores y señoritas no se preocupen, él está muy bien y le daré de alta cuando despierte.

—Gracias doctor— nos despedimos y le dije a los chicos que se podían ir al apartamento a descansar, que yo me quedaría aquí porque es mi deber acompañarlo.

—No te quedarás solo aquí, yo me quedo contigo— dijo Martín.

—Todos debemos quedarnos aquí contigo, debemos estar unidos— dijo Laura al lado de su novio.

Hablé con los chicos y no les permití que se quedaran aquí, solo Nathalia se quedo junto a mi porque ella fue la más difícil.

—Puedes dormir si quieres Pedro— mira su reloj— son las 4:30 AM— dice ella.

—Tu puedes dormir, yo estaré pendiente de lo pasa aquí.

Hablamos por mucho tiempo hasta que Nathalia se quedo dormida en mi hombro, miré mi reloj y eran las 7:03 AM, el doctor se acercó a nosotros y nos dijo que podíamos pasar a la habitación de Juan Pablo. Nathalia se despertó y nos dirigimos a la habitación.

—Isa— le dije tomando su mano y con la voz entrecortada— lo siento.

—Tranquilo, hola Nath, ¿Mucho sueño?— le preguntó a Nathalia quien tenía unas ojeras muy llamativas.

—Ay amigo, no te imaginas el susto que nos diste, casi morimos— expresó Nathalia dramáticamente.

—Lo siento, no sé qué pasó la verdad...— él se quedo en silencio.

Juan Pablo Isaza P.

Me dieron de alta y salí de la clínica junto a mis amigos, el doctor me había dicho que bebiera líquidos como agua, té, infusiones, entre otras cosas que tuvieran vitaminas.

•••


Nota del autor: Recupérate pronto Juan, mira que sí te quiero y me preocupo por ti.

Espero también que todxs los que leen se encuentren muy bien.

Les quiere, Natalia.

ROZAGANTE | Juan Pablo Isaza P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora