Capítulo 37

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Nathalia Martínez S.

¿Le gusto?

Río a su comentario, estaba nerviosa por esa declaración.

—Juan...— me alejo de su abrazo y doy pasos atrás— Tu...

—Lo siento— pasó una mano por su cabeza— no fue mi intención.

—Juanpis— sonrió— tú también me gustas— corrí a él y lo abracé—  quería hacerte una broma pero creo que no fue el momento indicado... Lo siento.

—No pasa nada, vamos a sentarnos— me toma de la mano y vamos a la mesa más cercana.

—Parece que alguien va a hablar...— digo y él asiente.

—Hola buenas tardes, no que disculpen, buenas noches— los invitados rieron.

Fue el momento en que la vi, sí, a ella. Andrea estaba a unos cuantos metros viéndome con una sonrisa indescriptible, parecía acosando a Juan Pablo y a mi con la mirada.

—Juan— lo halé del brazo— ¿ella es...?— él también la vio pero ella cambió completamente su rostro y lo saludó.

—¿Andrea? Sí— el le devolvió el saludo— asentí y la perdí de vista.

Después de hablar con Juan Pablo sobre la cena, familiares de Andrea lo saludaron. Entre todos charlamos, hablamos sobre quien era yo y a qué me dedicaba.

—Yo soy Nathalia, la...— Juan Pablo me interrumpe.

—Mi novia— dice sonriendo y me mira.

Esa mirada de "me debes una". No entiendo a qué se refiere cuando el está suplantando información falsa sobre nuestra relación, reí internamente.

—Si, la novia de Juan, yo soy ingeniera y psicóloga. Además trabajo con la banda de mi querido novio— enfatizo en NOVIO.

—¡Qué bien!— escucho a mis espaldas— Hola, soy Andrea—
extiende sus mano y yo la saludo con gusto.

—Nathalia— la miro con mi mejor cara de "soy la mejor" Juan Pablo es mío y le suelto el agarre.

Sin embargo, no funciono mi estrategia de chica mala.

—Juan Pablo Isaza... Qué gusto verte— se acerca a él y lo abraza.

—Gracias a ti por la invitación— le dice él a ella separándola.

—Gracias a ustedes por venir, es para mi... — corrige— para mi madre, muy importante su presencia— mira su teléfono y dice— espero que la pasen muy bien, debo irme.

Me sentí extraña a tal contacto, cuando ella se fue los demás también se fueron, solo quedamos el y yo.

Nos encontrábamos en nuestra mesa con el mesero sirviéndonos la cena, terminamos de comer  rápido porque Pedro nos había llamado, era una urgencia.

Nos despedimos de los demás y corrimos a la clínica, a altas horas de la noche corrimos por los pasillos hasta encontrar a Martín y Pedro sentados en la sala de espera.

ROZAGANTE | Juan Pablo Isaza P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora