Capítulo 15

256 13 0
                                    

Mientras caminaba veía mis brazos tatuados que me sacaban una sonrisa por pensar en mi madre.

Ella me decía "¡No te quiero ver tatuada y tampoco te dejaré tener piercings Nathalia, a menos de que usted se vaya de la casa, aquí hace lo que yo diga!".

La fascinación por el arte y la estética estaba muy ligada en mi vida y tarde o temprano me tatuaría.

Sigo caminando hasta llegar al apto en donde se encontraba Mango, el me había dicho su piso y en donde quedaba el apartamento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Sigo caminando hasta llegar al apto en donde se encontraba Mango, el me había dicho su piso y en donde quedaba el apartamento.

Llegué hasta el y toque la puerta, vi como un rostro familiar abría lentamente esa puerta mirando si teléfono y al mirarme lo dejo caer por la impresión que había generado.

—¿Nathalia?— dijo Martín dejando una pequeña "o" en sus labios.

—¿Martín?— le respondí confusamente mientras los dos nos mirábamos sin decir nada— ¿Cómo estás? Qué gusto verte de nuevo...— pregunté para calmar la situación.

Aún estaba afuera y podía salir corriendo en cualquier momento.

—Muy bien— dijo esbozando una tierna sonrisa— lo siento pero es que estoy en shock, aún no puedo creer que estés aquí... ¿Puedo abrazarte?— asentí y corrí a sus brazos.

Claramente debía abrazarlo, es la mejor persona que he conocido y verlo de nuevo me hace recordar todo el tiempo que estuvimos junto.

—Gracias por volver, más bien, por estar aquí— habló Martín aún abrazándome.

—¿Llegó Laura?— preguntó una voz femenina y nos separamos del abrazo— espera, ¿Nathalia?— dijo ella.

—Hola, Nathalia, me encanta verte de nuevo— ella corrió a abrazarme— en serio, qué gusto verte de nuevo— me separé de ella.

Todo pasaba demasiado rápido, sentí mi corazón latir fuertemente por la sorpresa que me había dado el destino y encontrármelos de nuevo era un regalo asombro. Pero no pensé las consecuencias de mi arrebato al ir al apartamento sin avisar previamente.

•••


Nota del autor: Este reencuentro está un poco... ¿Frío?

O algo así, pero si es raro que después de mucho tiempo sus saludos sean como "ay, hola Martín y Nathalia..." con una expresión de "rayos, ¿Qué hago acá?".

¿Me entienden?

Les quiere, Natalia.

ROZAGANTE | Juan Pablo Isaza P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora