Capítulo 4

351 17 1
                                    

No quiero pensar en esto.

—Lo sé pero... Debes entenderme— le dije separándome.

—Yo entiendo que esto no ha sido fácil y se que con el tiempo vas a estar mucho mejor, lo prometo, pero si tú no podes de tu parte tú corazón nunca sanará— su mano acarició mi mejilla— siempre estaré para ti, pase lo que pase. Aunque a veces te odie un poco, te amo y eso nadie lo cambiará Juan.

Me hizo derramar una lagrima y terminamos llorando de felicidad por tenernos el uno al otro.

Susana siempre me ha ayudado en cada mal momento de mi vida ha estos ahí para mi y debo compensárselo de alguna manera.

Tenía varias opciones, la primera sería invitarla a cenar en su restaurante favorito, la segunda en viajar dentro de Colombia a el lugar que ella quisiera y la tercera podría hacer lo que ella quisiera y tendría todo pago.

La noche pasó en calma hasta que una llamada inesperada a mi teléfono cambió todo el ambiente a uno más turbio.

Llamada entrante de Verónica.

La dejé pasar, tal vez se abría equivocado.

Llamada entrante de Verónica.

Volvió a timbrar de nuevo.

Llamada entrante de Verónica.

Una y otra vez.

¡LLAMADA ENTRANTE DE VERÓNICA!

¿Hola? ¿Verónica, sucede algo?

—¡Sí, por fin me contestas la llamada!— habló ella muy rápido.

—Habla más despacio, por favor— reí un poco.

Lo siento, imagínate qué... Hablé con alguien y me dijo que alguien estaba cerca del país...

—¿Qué? ¿Quién es alguien?¿Quién es ese otro alguien?— estoy totalmente perdido.

—Daniel me contó que Nathalia está en un viaje de negocios en México.

—¿Qué?— alargué la "e".

Tal vez este sea tu momento de hablar las cosas con ella...

—O tal vez no, por ejemplo: Yo no puedo ir a México y buscarla por doquier, eso no sería lo adecuado Verónica.

—Lo sé, discúlpame por oprimirte... Solo que... Esperaba que al verla podrías resolver todo este asunto... Para generarte un poco de paz.

—Puedes estar tranquila, si en algún momento siento que debo volver a hablarle la primera que lo sabrás serás tú— pensé un momento— bueno la segunda porque la primera sería mi hermana Susana— reímos. Ella lo sabe.

Juan, eres un buen chico, perdóname en serio por alármarte y oprimirte por ella. Como tú psicóloga necesito que pienses muy bien las cosas, si debes hablar con alguien más sobre esto para tener una segunda opinión hazlo.

Gracias por tu apoyo Vero y espero aclarar todas mis dudas acerca de ella, por ahora solo me enfocaré en mi trabajo y si sucede algo, cualquier cosa, te hablaré.

Ve por buen camino— sonreí— Juan, todos te apoyamos, nunca dudes de ello, adiós.

Eso es lo importante, adiós Verónica.

Llamada terminada.

¿Cuál es la probabilidad de viajar a México, encontrar a Nathalia y hablar tranquilamente con ella? Ninguna porque no tengo planeado nada y tampoco pienso hacerlo.

Decidí ir a la habitación de Susana y contarle lo que me había dicho Verónica. Toqué su puerta abierta y pase diciéndole.

—Te tengo que contar algo... — hice una pausa— No creo que sea algo bueno para ti y creo, creo que para mi menos...— ella me lanzo una almohada y la agarré en el aire.

—¿Malta hizo algo? Te dije que no la dejarás salir Juan Pablo— me fulminó con su mirada.

—No, ella no hizo nada malo. Mi psicóloga me llamo para decirme que Nathalia está en México por un viaje de negocios...

Susana se quedó inmóvil al saber que ella estaba relativamente cerca de Colombia.

—Wow— seguía en shock— ¿Qué harás ahora?

—No lo sé, por ahora no quiero pensar en ese tema. Eso le dije a Verónica que me enfocaré en mis cosas y si tengo alguna duda con respecto a "eso" le hablaré al primer momento.

—Oye... Juan, toma las cosas con calma, no sé si decirte esto pero... Piensa que es lo que realmente quieres...

—No quiero pensarlo porque... Tu ya sabes a lo que me refiero y...

—No lo digas, tranquilo, descansa, relájate o ve a dormir— me miro con ojos de "no apresures las cosas".

Iré a mi cuarto a descansar, supongo que dormiré, te quiero Sus— me despedí saliendo del cuarto para dirigirme al mío.

Al entrar busqué mi cama y me acosté esperando conciliar el sueño.

Me dormí, así, sin más.

•••


Nota del autor: Este capítulo se lo dedico a mi mejor amiga, ella siempre piensa que debo hacer las cosas sin mente (a veces es bueno y otras veces no tanto) pero, si yo fuera Juan me calmaría un poco. El tema es muy fuerte y cuando el corazón está de por medio... Es peor.

También se lo decido al sueño y al insomnio de todas mis noches.

Les quiere, Natalia.

ROZAGANTE | Juan Pablo Isaza P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora