Capítulo 22

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Volví a mi apartamento un poco más consciente de lo que sucedía en mi entorno.  Al llegar me senté en el sofá mirándolo, él me veía extraño, creí que me preguntaría "¿Sucede algo? ¿Alguien te hizo daño? ¿Qué pasa?" Pero el solo se sentó a mi lado y me abrazó.

—Gracias— lo abracé más fuerte.

—Por si no lo recordabas, debes dormir— me saco una pequeña sonrisa— vamos— me tomo de la mano y me llevo hasta mi cuarto.

—Jero...

—Nath...

—Se que es extraño pe...— me interrumpió.

—Si, también tengo sueño— dio unos paso y ajustó la puerta sin cerrarla— me quedaré contigo hasta que te duermas.

—Está bien.

Busqué en mi maleta mi pijama mientras él se acostaba en mi cama, fui al baño, me cepillé los dientes y me cambié. Salí de allí y podía ver cómo Jerónimo se encontraba dormido, tal vez estaba cansando por toda la energía que gastó hoy mis amigos.

Lo moví un poco y me acomodé a su lado poniendo mi espalda al lado de la suya pero el me sorprendió cuando se giró y me abrazó.

—No se que haya pasado, pero cuenta con mi apoyo en lo que necesites— me susurró al oído y mi cuerpo se estremeció.

—¿Por qué haces esto?— me giré quedando cerca de su rostro.

—Porque te conozco hace un buen tiempo, sé que eres amable y cuando te propones una meta la cumples...

¿Acaso estoy sintiendo algo por Jerónimo?

Si lo pensamos bien él y yo somos buenos amigos, él me gustó pero no pasó nada más allá, ¿Ahora yo le gusto a él?

—Jero, te haré una pregunta— él asintió— ¿Yo... T-te gusto?

Al estar tan cerca sus pupilas se expandieron, mi pregunta fue muy concreta y directa. Así debía serlo.

—Nathalia— se acercó un poco más a mi rozándome con sus labios— ¿Tú que piensas?— luego de eso me beso.

Entre en estado de shock pero sus suaves labios me calmaron, es un beso tierno y ansioso. El ritmo subió por mi parte, sentí que quiera más y más hasta que él me tomó de la cintura haciéndome quedar encima de él. Nuestra intención no era tener sexo e incomodar a los demás pero el calor que emanaba de nuestros cuerpo hacia quererlo.

—Nath...— gruñó al sentir mis labios en su cuello bajando lentamente.

—Dime— sus manos tomaron mi rostro y él me besó la frente.

—¿Qué sucede?— sí, amigas y amigos, lo arruiné.

Todo iba muy bien hasta que mi hormonas decidieron dañar el momento.

—Tu me gustas, me gustas muchísimo— dijo mirando mis labios— no sabes cuanto me encantas pero no me gustaría que nuestras primera vez fuera así— ríe y me acostó en mi lado de la cama.

¿Qué?

—¿Entonces...?

—Entonces, tú y yo saldremos mañana y averiguaremos qué es lo qué pasa entre nosotros dos...

—Bueno... Haré todo lo que tú digas— le dejé un pequeño beso en la mejilla.

Me miró con una expresión que yo desconocía totalmente.

—No es bueno que le digas eso a un hombre...— susurro con un tono de voz ronco y luego lamió mi lóbulo.

Mi cuerpo volvió a quedar en shock por las palabras que había salido de su boca. Jerónimo es un ser tierno, muy tierno y al decir eso me deja desconcertada porque no conocía ese lado.

Con Daniel y Juliana siempre molestábamos y hablábamos del tema, él solo lo evadía o se alejaba. No me esperaba eso de él, podría decirse que tengo miedo, mucho miedo.

•••


Nota del autor: ¿Kelly pero qué... Mond*? Esa es una expresión colombiana.

Estoy en shock, ¿Jero?

What?

Les quiere, Natalia.

ROZAGANTE | Juan Pablo Isaza P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora