Capítulo 20

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Después de comer y hablar sobre muchos temas llamé a mi amigos para preguntarles si querían salir y ellos dijeron que si.

Le envié la dirección a ellos por WhatsApp y me contaron que ya se dirigían para allá; mientras tanto, Nathalia y yo íbamos caminando al apartamento.

—¿Te encuentras bien?— su pregunta me hizo mirarla y asentí.

—No he superado el hecho de volverlos a ver y tenerlos tan cerca de mi, se siente un poco extraño y hacer cada acción como si no hubiera pasado nada...

—Mantén la calma, Nath eres muy importante para nosotros y esperamos que así nosotros seamos para ti— le golpeé el brazo suavemente y sonrió— caminemos hacia el presente sin que el pasado nos afecte, ¿Me entiendes?

—Si, te entiendo totalmente.

Llegamos al apartamento y a la hora de entrar vi a mi querido grupo de amigos adentro de el, estaba sorprendida por la rapidez en la que habían llegado.

—¡Hey!— los miré con los ojos entrecerrados.

—Hey— dijo Daniel sonriendo falsamente.

—Llegaron algo... Rápido— enfaticé en "rápido".

—Juli debía comprar unas cosas...— habló Jerónimo parándose del sofá a saludarme.

Él me abrazo, nos separamos y su brazo quedó en mis hombros.

—Bueno... ¿Dónde están los demás?

—Ellos están arreglando algo— Villamil hablo desde la cocina.

Me dio vergüenza por no haberlo saludado, no lo había visto.

—Qué sigiloso, querido Juan Pablo— me separé de Jerónimo y caminé para abrazar a Villamil— perdón por no haberte visto antes...

—Tranquila, este es un punto ciego de la entrada, casi siempre pasa cuando alguien se encuentra en la cocina— se ríe.

Los demás llegaron y saludaron con la mano, no sentamos en la sala, unos en el sofá, otros en las sillas del comedor y algunos en el suelo.

Yo me encontraba en el suelo junto a Jerónimo a mi lado izquierdo y Juliana en mi lado derecho.

—¿Cómo les fue ayer?— preguntó Martín desde la cocina sacando una botella de Whisky.

—Bien, no bebimos tanto— miré a mis chicos a excepción de Jerónimo quien fue el que más bebió de los cuatro.

—Yo me pasé un poco... Pero estoy bien— reímos y lo abracé.

Podía notar cómo los demás nos mirábamos; puesto que, estábamos en el suelo un poco "incómodo".

—Vamos a la terraza, creo que allá nos podemos sentar todos y compartir un buen rato...— dijo Juan mirando a cada uno.

—¡Vamos, vamos!— habla Pedro contento.

Todos estaban saliendo del apartamento y yo me quede con Martín para ayudarle con lo que necesitara.

—Podemos guardar esto en un bolso, así sería más fácil llevarlo todo.

Martín salió corriendo a su cuarto en busca de ese bolso porque llevaríamos snacks y bebidas.

Alguien tocó la puerta y fui abrirla, me resultó chistoso ver a Juan Pablo afuera riendo.

—¿Qué sucedió?— reí un poco y el señaló sus pies. Reímos aún más.

Tenía zapatos diferentes y bajó a cambiarse, yo no podía parar de la risa hasta que llegó Martín con el bolso.

—¿Qué pasó?— preguntó confundido al ver esa escena.

—Juan Pablo tenía zapatos diferentes y no podía parar de la risa, además su reacción fue muy graciosa— dije riendo aún más.

Hace mucho tiempo no me reía de esa manera.

Guardamos todo y salimos los tres rápidamente para tomar el ascensor y llegar al último piso. Al llegar todos reían y bebían whisky.

•••


Nota del autor: Imagínense que cuando estaba en el colegio una vez me fui con dos medias/calcetines diferentes del uniforme. No se imaginan la pena que pasé.

Les quiere, Natalia.

ROZAGANTE | Juan Pablo Isaza P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora