Capítulo 45

275 11 38
                                    

Idea mágicas, así le llama él cuando va hacer alguna travesura o algo inadecuado.

—Yo voy, tengo una idea— dijo Daniel corriendo para abrir puerta y todos los miramos.

No estábamos seguros de que haría. Mientras tanto, se vio a Juan Pablo del otro lado, pero el no lograba vernos porque estaba concentrado en Daniel.

—¿A quién necesitas, amigo?— le preguntó Daniel.

—¿Está Nathalia?— le preguntó confundido a ver a tal hombre.

—Mi novia, no, ella salió. Si gustas puedes esperar adentro.

—¿Tú novia?— hizo una pausa— no, tranquilo, volveré después— dijo y se alejó de la puerta.

Los ojos de todos apuntaron a mi cuando vieron que Juan Pablo se fue, decidí ir por el corriendo hasta alcanzarlo, lo llamé pero me prestaba atención.

—¡Juan, Juan Pablo!— se giró molesto.

—¿Tú novio? ¿Y yo qué?— llegué hasta donde él pero me detuve por el tono de su voz.

No debía hablarme de esa manera, ningún hombre o mujer debe hablarle así al que es su novio o novia.

—¡No puedes hablarme así! Él es un amigo y...— me interrumpió.

—¿Un amigo? Crees que soy tonto Nathalia, por favor— pasa una mano su cara — si ibas a engañarme lo hubieras pensado de otra manera para no enterarme, que poca creativa eres...

—¿No vas a creerme?— me estaba enojando— me dices que sea tu novia, me hablas lindo y me prometes quererme... ¿Pero me sales con esto? Juan Pablo créeme, el es Daniel, mi mejor amigo y quería presentártelo— me acerco más a el pero el se aleja más de mi— ya te había hablado de él...

—¿Daniel? ¿Ahora le llamas mejor amigo con quien tienes sexo?— Juan Pablo seguía incrédulo.

—Vamos— intenté tomarlo de la mano pero no me dejó hacerlo— vamos al apartamento porque puedo probartelo.

—¡No voy a ir a ningún lado, mejor salgo de aquí!— caminó hasta el ascensor pero lo detuve.

—¡POR QUÉ ERES ASÍ! Te estoy diciendo la verdad y no quieres creerme— en este momento llorar era inevitable— beberías creerme y decirme que esta bien, que CONFIAS EN MI, pero no lo haces... Si esto es una maldita broma deberías de decirlo de una vez...

—Eres tu la que no entiendes y no quiero que llores por mi...— intentó hablar pero lo interrumpí.

—No puedo dejar de hacerlo— dije frotando mis ojos— me dices una cosa y luego terminas en otra. No entiendo que te pasa...— me estaba cansando de su actitud y no lo permitiría más.

Me sentía devastada por todos lo que habíamos logrado terminaría mal. Por mi menta pasaban muchas cosas hasta que recordé lo que me han dicho Camille y Verónica en nuestro apartamento, "cuando tu pareja tiene otra persona en su vida siempre se comportan extraño, es eso o te miente por otra cosa" decía Verónica.

Entendí cuando le pregunté a Juan Pablo por Andrea y me dijo "hablaré con ella", probablemente estén juntos.

¿Cómo fui tan tonta?

—Dime algo... ¿Volviste con Andrea?— no dijo nada— eso pensé, ahora entiendo cuando me dijo que no confiara en nadie, sabía que algo estaba mal pero fui tan ciega...

—Yo tengo la culpa— se acercó a mi pero retrocedí— sabía que si te lo decía te perdería de nuevo...

—¿De qué hablas?.

—Cuando estuve de gira en Medellín hice una apuesta con un amigo... — le dije que siguiera— la apuesta consistía en salir con alguien y...

—Y yo caí... ¿Quién te dijo que apostaras?

—Fue... Fue Pedro... No estábamos sobrios y yo había perdido un juego...

¿Ahora todo tiene sentido? Andrea siempre dijo la verdad, mis amigas no estaban de acuerdo con mi relación, el ambiente con Simón, Villamil y Martín hace unos días estaba tenso... Todo se unía perfectamente. Nunca fui yo la que hizo mal en no volver a la vida de las personas, siempre son ellas las que me lastiman, pero siempre soy yo la que termina perdiendo.

Había dejado de llorar, entendía todo.

Ahora no había vuelta atrás, había decidido volver al apartamento; sin embargo, Juan pablo me persiguió intentando explicarme todo, pero cuando llego allá los demás vieron como estábamos y decidieron meterse para no tener más problemas.

Los chicos se llevaron a Juan pablo, mi exnovio o mejor dicho exconocido, porque Daniel no soportaba verme así y quería golpearlo, Camille y Verónica me ayudaron, empacamos todo y salimos directo al aeropuerto.

Mis amigas volvieron a su país, Daniel se quedo conmigo y decidimos viajar a un país nuevo para nosotros. Las experiencias en Españas nunca terminan de la manera que esperaba y esta no fue la excepción, Juan Pablo y yo habíamos terminado definitivamente, estaba claro que no había ningún retorno y que no nos volveríamos a ver nunca más. 

•••

Nota del autor: Esta historia a llegado a su final.

La verdad, me encantó este último capítulo lleno de sentimientos quebrados y llanto, me ha costado escribir esta segunda parte de LA PLUMILLA DORADA porque nunca había hecho esto y no creo que se me de bien. Por eso al inicio la pause decidiendo que hacer, además de ya no sentir lo mismo por Morat, antes los amaba y me encantaba todo lo que hacian (duré asi tres años o más) hasta que me cansé y decidí escuchar música local de mi ciudad.

No digo que ODIO a Morat, yo los quiero y los respeto, hasta los sigo en las redes sociales de ellos... solo que no escucho sus canciones muy constantemente. Muy bizarra es mi vida, lo siento por eso.

Bueno, a llegado el momento en que les digo si tienen preguntas  algo similar con respecto a los capítulos.

¿Les gustó?

¿Qué cambiarían?

¿Qué hizo falta?

Solo queda agradecerles por leer, ustedes siempre me hacen muy feliz y me dan ese apoyo para hacer cosas nuevas. Realmente les quiero y estoy aquí para ustedes.

Hasta aquí llego yo, sigan su camino de lectura y no se trasnochen mucho. Tomen agüita.

Por si algo, Nathalia aun tiene camino por recorrer, pues, por si algo, por si les interesa saber sobre ella... Aunque creo que no *guiño, guiño*.

Me despido, esta vez Natalia sin H.

Les quiero mucho.

Adiós.

ROZAGANTE | Juan Pablo Isaza P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora