£ No Hay Peor Sordo Que El Que No Quiere Oir £

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Elias

Cruzabamos el puente rocoso, cada vez mi respiración se volvía más pesada, una presión en mi pecho hacia que llevara inconscientemente mi mano hasta este, no se que me pasa pero no quiero aceptar la causa...
Baje mi mirada para ver como aunque cojeas un poco y vienes a mi paso, no te vez mal y eso es suficiente para mi, mire al Grim, no soy muy compasivo pero ver como ambos se completan, en si ver la felicidad ajena me hace sentir esa calidez que llevo anhelando  desde hace muchos años. Unos cuantos minutos de caminata más bastaron para llegar a nuestro hogar, mis piernas me flagearon haciéndome quedar en 4 sobre el camino de rocas que dirige a la puerta, mi cuerpo tiembla y comienza a tener espasmos a la vez que pequeñas espinas quieres sobresalir de mi cuerpo.

-Mago!

-Elías!- tu voz preocupada no me hace sentir bien, te pusiste a la altura de mi calavera, no quiero mirar te, si lo hago no se si me pueda contener...- Te estoy haciendo daño!- quería decirte que no era cierto, bueno si lo es pero no quiero que te culpes, las palabras amenazan con salir de mi boca pero si abro mi mandíbula se que saldría un rugido y no quiero que me temas, me levante, pase a un lado de ambos y rápidamente subí a mi habitación...

-Elías!- diste toques apresurados a la madera de mi puerta.- dejame entrar... Por favor... Estaré en tu sombra y así podrías sentirte mejor -dijiste dudosa-también podría practicar controlar y traspasar mi flujo de magia- dijiste de manera persuasiva.

-_____, no me molestes, estaré en mi habitación un tiempo, dile a la Chica Plateada que te ayude a curar te- logre decir a duras penas, mis instintos salieron a reflejar se en mi cuerpo, esta vez mis piernas formaron una cola de serpiente, musgo salió de mi cráneo y pelaje se posó alrededor de mi cuello... Una sed de sangre me invadió pero si antes que solo estaba la Chica Plateada me he logrado controlar, ahora que estas tu... tengo que ser fuerte como tu, mi Cachorrita.
Me recosté en la madera y dejé mi cráneo sobre mis manos.

-Elías! La cena está lista!- tocaste 3 veces la puerta, mis pupilas carmeci hicieron acto de presencia en mis cuencas, estaba dormido- Quieres que te la deje aquí? O.... Ya se!- dijiste emocionada- Uy, a ver si me sale- me dio cierta gracia escucharte, la oscuridad natural que en estos instantes posee mi habitación se amontonaron en una gran mancha negra en la madera, ladee mi cráneo por la confusión e intriga, de la nada apareció el plato con espaguetis.- Si apareció ahí? - Cuestionaste.

-Si, gracias Cachorrita- escuche como tus pasos se alejaban y me dedique a comer.

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De la misma manera me hiciste aparecer el omelet que Silky había preparado como desayuno, aún mi cuerpo se siente desequilibrado, no estoy controlando la magia que entra y sale de mi. Por la luz natural note como tu sombra se posaba del otro lado de la puerta y un olor algo fuerte más no desagradable me lleno mi orificio nasal, la curiosidad me gano.

-No deberías estar estudiando?- dije insinuando tus obligaciones.

-Bueno ya que estas indispuesto no saldrás a regañarme- dijiste en tono triunfal, es verdad aunque me cueste otorgar te este pequeño descanso.

-Y con que actividad humana desperdiciaras tu tiempo?- te cuestione acomodando me mejor en la madera, dejando mi cola sobre mi cama.

-Me estoy pintando las uñas, mientras que se me secan pasaré un tiempo contigo- mi estómago se revolvió y mi pecho comenzó a elevarse más rápido, es una sensación que no puedo describir además de la ternura que me acabas de provocar.

£ 𝑫𝑨𝑹𝑲 (𝑴𝑨𝑯𝑶𝑻𝑺𝑼𝑲𝑨𝑰 𝑵𝑶 𝒀𝑶𝑴𝑬) £Donde viven las historias. Descúbrelo ahora