Dulce.
El té que bajaba por mi garganta era sumamente dulce y cálido. Me brindaba una sensación de tranquilidad que no había sentido en mucho tiempo.
Y que sabia, no iba a durar mucho mas.
Habían pasado tres días desde que tuve aquel encuentro con los príncipes de Gelia, tres días desde que todo se había derrumbado rápidamente a mi alrededor.
Tres días desde que el juego había comenzado.
Para mi buena suerte, no me había vuelto a cruzar con ningún Emperion en ese transcurso de tiempo, pero algo en mi me decía, que realmente, aquel no podía ser un buen augurio.
Aun me costaba trabajo reconocer el momento exacto en que las cosas habían tomado este rumbo completamente imprevisto, pero viendo la situación en la que estaba, no tuve más remedio que aceptarlo rápidamente.
Al igual que en la naturaleza, debía adaptarme o morir.
Aunque evitar caer en la desesperación, ese si que fue un trabajo duro.
Observe mi alrededor.
Lyna, se encontraba jugando con la bola de pelos, quien chapoteaba en un tazón de agua y comía los bocadillos que la protagonista de obsequiaba.
Al parecer, en el tiempo en que estuve dormida, estos dos se hicieron buenos amigos.
<<Debería haberlo esperado.>>
Suspire.
Aun así, estaba agradecida de poder disfrutar días como estos nuevamente, los cuales semanas atrás, parecían imposibles.
Al despertar, por suerte, y gracias a la intervención del rey, no recibí un castigo por mi mas reciente huida, todo quedo en calma cuando se menciono que "La doncella Nei, solo estaba siguiendo ordenes de su majestad."
Como si fuera arte de magia, mi historial estaba nuevamente limpio y los príncipes tuvieron que aceptar la voluntad de su padre.
<<Aunque bueno, fue una victoria a medias.>>
Aun seguía alojándome en el ala real del palacio, pues bajo el pretexto de que era un testigo clave en el asunto de el secuestro de Lyna Equa, y que necesitaba vigilancia y protección, lograron retenerme en aquel lugar.
Aquel lugar que irónicamente, era mas peligroso que ningún otro.
Aun así, insistí en que debía seguir con mis actividades como doncella de Lyna, quien corría peligro y solo podía confiar en mi. A pesar de las objeciones, finalmente no hubo un motivo para negar mi solicitud.
Desde el amanecer hasta el atardecer, estaba pegada a Lyna constantemente.
Pues el secuestro de la protagonista no es algo que deba tomarme a la ligera, era real y no estábamos ni un poco cerca de encontrar al culpable.
Aquello me generaba insomnio por las noches.
<<Aunque había un testigo.>>
Al parecer, mi querido amigo, el doctor, había sido rescatado, inconsciente, de las llamas infernales que se habían desatado en la mansión donde Lyna estuvo cautiva, y ahora, se encontraba en la prisión subterránea del palacio.
Por lo que entendía, antes de mi despertar, fue amenazado, torturado y golpeado, pero no había soltado una sola palabra.
Pero no perdía la esperanza de que pronto comenzara a cantar, pues al fin y al cabo, aun no he tenido mi tan ansiado encuentro con el.
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¡Salvare a la Rosa de Marchitarse!
FantasyIncluso hasta el final, viví una vida sin sentido, siendo utilizada como un arma viviente. 《Si alguien puede oírme, realmente me gustaría experimentar el calor de una buena vida.》 《Salvala》 Al abrir mis ojos el dolor se había ido, Pero... ¡¿Desperté...