Curiosidad.
Era la curiosidad la que me había estado carcomiendo el cerebro los últimos días.
Y aunque siempre con un motivo diferente, no me acostumbraba a la extraña necesidad de respuestas que al parecer, nunca me llevaban a donde quería.
Después de mi pequeño viaje hacia el pasado, el cual fue impulsado por aquella curiosidad, había llegado a un par de conclusiones que el tiempo me dejó asimilar.
Hasta ahora, había caminado por el filo del cuchillo con total y mera impunidad, como quien juega con fuego y sabe, no se quemara e incluso si asi fuera, no le dolería.
Desde que llegue aquí, me había puesto en una posición ajena a todos, al ser la única que no era parte de este mundo, inconscientemente había encasillado a todos bajo un estrico mandato dado por el libro.
Y fue esa misma imprudencia, la que me guió hasta cada uno de mis desastres.
Jugué con Keeran y Orión, en sus manos había apostado mi vida y libertad, pensado que mientras pueda esquivar sus avances, ganaría sin dudarlo.
Allí estuvo mi primer error.
Tal vez fue mi imprudencia mezclada con el hecho que sabía, que de perder, solo sería yo quien cayera hacia el abismo.
Quizás podia apostarme porque yo me importaba muy poco, entonces se vio como una salida sencilla.
Aunque no había pensando ni un segundo, en el riesgo real de mis acciones.
Riesgo que comprendí cuando vi hacia atrás.
El ser enjaulada, el terror constante mezclado con la desesperación de la pérdida absoluta de libertad.
Dos reinas, dos destinos similares.
Finalmente fue entonces, cuando comprendí que mi error había sido grande, y que verdaderamente, me estaba jugando la vida.
Pero no la vida de aquella joven que despertó hace mucho en el cuerpo de una hibrida.
Me estaba jugando el hoy. El ahora.
La familia que tanto habia añorado, las personas que apreciaba, el hermoso lugar donde por fin, fui aceptada por quien era, aún cubierta con sangre y lodo.
La felicidad que jamás pensé encontrar, el sentimiento de pertenencia...
Ahora entendía, todo eso estaba en juego.
<<Mis amados días bajo un aburrido sol están en juego.>>
Entonces, la pesadilla se hacía palpable.
Si bien en el pasado me habría sido imposible siquiera imaginar que tendría lo que hoy poseo, ahora me resultaba inadmisible el tener que perderlo.
<<Es una variable que jamás pude preever.>>
Pero lo quisiera o no, tenía demasiado que perder ahora.
No solo a quienes me rodeaban, sino también a la persona en quien me estaba convirtiendo.
<<De vivir en Gelia...>>
No existía forma de saber si no me terminaria cubriendo el hielo y escarcha.
Aunque los primeros días fueron un golpe duro, una parte de mi comprendió de que ya no podía asumir la situación como un mero juego de ganar o perder.
Sino en cambio, ahora era una apuesta contrarreloj sobre que sería de mi al final.
No iba a sacrificar jamás a Lyna, tampoco a los Rozenyx y mucho menos a los demás.
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¡Salvare a la Rosa de Marchitarse!
FantasyIncluso hasta el final, viví una vida sin sentido, siendo utilizada como un arma viviente. 《Si alguien puede oírme, realmente me gustaría experimentar el calor de una buena vida.》 《Salvala》 Al abrir mis ojos el dolor se había ido, Pero... ¡¿Desperté...